Conservar el campo para luchar contra el cambio clim¨¢tico
Cultivos de plantas le?osas como el olivo almacenan m¨¢s di¨®xido de carbono que los bosques de pino que ocupan las tierras abandonadas
El ecosistema mediterr¨¢neo no es lugar para bosques densos. En algunos lugares, las escasas lluvias que caen sobre su suelo lo impiden. El destino de los campos abandonados no es distinto. En ellos crecen bosques de pino con gran propensi¨®n a los incendios. Justo lo contrario que los cultivos de plantas le?osas que pueblan, precisamente, el paisaje ba?ado por el Mediterr¨¢neo. Y, seg¨²n?el proyecto Medacc, que estudia en Catalu?a la capacidad de adaptaci¨®n de la agricultura mediterr¨¢nea al cambio clim¨¢tico, cultivos como la vi?a, el olivo o el melocot¨®n acumulan di¨®xido de carbono en igual o mayor medida que los bosques de pino joven.?
Todo ello, con las ventajas que tienen los cultivos sobre estas masas forestales. ¡°La vi?a no se quema, genera riqueza, fija la poblaci¨®n en el territorio y regula el flujo de agua y nutrientes¡±, explica uno de los cient¨ªficos del Centro de Investigaci¨®n y Tecnolog¨ªa Agroalimentarias (IRTA) de la Generalitat. En el proyecto han participado investigadores de esta organizaci¨®n junto a otros del Instituto Pirenaico de Ecolog¨ªa del CSIC y el Centro de Investigaci¨®n Ecol¨®gica y Aplicaciones Forestales (CREAF) de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona. Es, adem¨¢s, ¡°la primera vez que se mide la capacidad de retenci¨®n de carbono en la agricultura¡±, a?ade el cient¨ªfico.
La capacidad de retenci¨®n depende del tipo de cultivo. La vi?a, por ejemplo, acumula 12 toneladas de carbono por hect¨¢rea de media. Sin embargo, esta captura empeque?ece en comparaci¨®n con el promedio de los frutales no c¨ªtricos de pepita como el melocot¨®n ¨C38 toneladas de carbono por hect¨¢rea¨C; las 53 toneladas del olivo; y las 85 toneladas de los c¨ªtricos como el lim¨®n. Y, aunque la cantidad de carbono almacenada en las zonas de pino estudiadas ¨Cde entre 10 y 25 a?os de edad¨C var¨ªa notablemente en funci¨®n del grosor y el n¨²mero de ejemplares, esta no alcanza las 18 toneladas por hect¨¢rea.
Los investigadores recurrieron tomaron muestras de cultivos de distintas comarcas de Catalu?a durante los ¨²ltimos tres a?os. En el caso de la vi?a, por ejemplo, el 70% de las muestras tomadas corresponden a vi?a de secano, como la de la Denominaci¨®n de Origen Pened¨¦s (Barcelona). El resto, a observaciones en vi?edos de regad¨ªo como los de Denominaci¨®n de Origen Costers del Segre, en la provincia de Lleida. En algunos casos, ¡°han aprovechado que los payeses replantaban una zona para tomar muestras¡± de las plantas, explica uno de los cient¨ªficos del centro IRTA.
Los hallazgos, incluidos en el Tercer Informe sobre el Cambio Clim¨¢tico en Catalu?a, fueron una derivada del objetivo principal del proyecto, destinado a adaptar la agricultura mediterr¨¢nea al cambio clim¨¢tico. ¡°La premisa era buscar la manera de conservar la cantidad y calidad de la producci¨®n con un 10% menos de agua¡±, explica uno de los investigadores. El proyecto, financiado con fondos Life+ de la Uni¨®n Europea, cuenta con un presupuesto de 2,5 millones de euros. Este forma parte del programa de horticultura ambiental del IRTA, dedicado a estudiar los efectos del cambio clim¨¢tico sobre la agricultura.?
La implicaci¨®n pr¨¢ctica de los hallazgos es clara: cultivos mediterr¨¢neos como el olivo contribuyen a la capacidad del ecosistema para capturar emisiones de di¨®xido de carbono. Mantener a la poblaci¨®n rural en el territorio, por tanto, puede ser vital para la contenci¨®n del cambio clim¨¢tico. Como resume uno de los autores del estudio: "Un campo de secano produce poco pero fija m¨¢s carbono que un bosque de pinos".?
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