¡°En el futuro ser¨¢ factible comunicarse con el pensamiento¡±
Nuria Oliver tiene un sue?o: que la conectividad a distancia sea natural, como un cara a cara Directora cient¨ªfica de Telef¨®nica y doctora en Ciencias de la Computaci¨®n por el MIT, su aspiraci¨®n sigue siendo demostrar que se puede tener ¨¦xito siendo mujer
Esta ejecutiva tiene un sue?o: lograr que la conectividad a distancia ¨Cel futuro que ya tenemos aqu¨ª¨C pueda ser tan natural como un cara a cara. Est¨¢ convencida de que la tecnolog¨ªa tiene un gran potencial para hacer el bien, pero es consciente de que tambi¨¦n lo tiene para el mal. Cree que ahora no tenemos control ni hay transparencia sobre la privacidad. Directora cient¨ªfica de Telef¨®nica y doctora en Ciencias de la Computaci¨®n por el MIT, su aspiraci¨®n sigue siendo demostrar que se puede tener ¨¦xito siendo mujer.
Pensaba empezar la entrevista interes¨¢ndome por las novedades que nos traer¨¢n los tel¨¦fonos m¨®viles en un siglo, pero he le¨ªdo que usted pronostica que ya no existir¨¢n. Me ha estropeado el comienzo¡ Es una frase que quiz¨¢ suena chocante hoy, dada la gran importancia de los m¨®viles en nuestras vidas. Pero si nos paramos a meditarlo, los m¨®viles no exist¨ªan hace 30 a?os y no tenemos por qu¨¦ pensar que en un futuro la tecnolog¨ªa no va a progresar. Hay muchas tendencias tecnol¨®gicas que nos hacen creer que el m¨®vil tal y como lo conocemos hoy no existir¨¢. Porque tiene muchas limitaciones. Empezando por la pantalla, que es muy peque?a, que nos obliga a estar mirando hacia abajo. La manera de introducir informaci¨®n en el m¨®vil es muy limitada, como la capacidad de computaci¨®n e incluso el formato. Habr¨¢ computaci¨®n m¨®vil, por supuesto, pero mucho m¨¢s embebida en nosotros mismos, en la ropa o incluso en nuestro cuerpo, en nuestros coches, en las ciudades¡, en todo el entorno en el que nos movemos.
Ya. Pero dentro de un siglo, ?c¨®mo har¨¦ para advertir a mi pareja de que ir¨¦ a comer a casa? Hay muchas ¨¢reas en las que se est¨¢n produciendo avances en la comunicaci¨®n a distancia. Lo que ocurre es que somos incapaces de imaginarnos la tecnolog¨ªa que habr¨¢ dentro de un siglo; a m¨ª me cuesta mucho. Sobre todo porque los fen¨®menos tecnol¨®gicos tienen un comportamiento de crecimiento exponencial y los humanos somos muy malos para predecir fen¨®menos exponenciales. Pero est¨¢ claro que viendo el progreso que se est¨¢ produciendo ahora en la interacci¨®n entre cerebro y ordenadores, en la estimulaci¨®n directa del cerebro para poder transmitir mensajes en la distancia, por ejemplo, creo que ser¨¢ mucho m¨¢s factible poder comunicarse con el pensamiento¡ Digamos que simplemente yo pensar¨ªa ese ir a casa y mi pareja recibir¨¢ mi pensamiento.
Ya. ?Y lograremos hacerlo con entrenamiento o con un chip? Puedo tener alg¨²n tipo de electrodos capaces de leer la estimulaci¨®n neuronal que se corresponde con mi pensamiento, traducirlo y conseguir que llegue el mensaje.
El ¡®big data¡¯ no es conocimiento. Sin su an¨¢lisis se trata de basura digital
Pero el receptor tambi¨¦n tendr¨¢ que tener el mismo entrenamiento o el mismo chip¡ O simplemente mandar un mensaje que el interlocutor pudiera leer o hacer un v¨ªdeo de mi pensamiento o soluciones similares. Otra alternativa es que el comunicante tambi¨¦n tuviese esos electrodos, pero con la capacidad de estimular las partes correspondientes de tu cerebro, de manera que t¨² recibir¨ªas los est¨ªmulos y simplemente sentir¨ªas que has recibido la informaci¨®n, pero ser¨ªa directamente por estimulaci¨®n neuronal.
?Y no es m¨¢s f¨¢cil mandar un whatsapp, o incluso hacer una llamada? No es tan f¨¢cil, hay que teclear¡ Es importante que reflexionemos sobre una de las caracter¨ªsticas que nos hace humanos: la riqueza de la comunicaci¨®n. La importancia, por ejemplo, de la no verbal. Hay estudios que afirman que hasta un 70% u 80% de la comunicaci¨®n es no verbal. Viene del tono de voz, del ¨¦nfasis, de los gestos, de las expresiones faciales, de la posici¨®n corporal. Todo eso hoy d¨ªa lo perdemos cuando estamos mandando un mensaje de texto. Una reflexi¨®n que tenemos que hacer como especie es por qu¨¦ estamos limit¨¢ndonos en la forma de expresarnos que tenemos cuando en realidad contamos con otras muchas posibilidades; por qu¨¦ la tecnolog¨ªa nos obliga a limitarnos, a tener solamente una comunicaci¨®n unimodal o monosensorial¡
?Quiere decir que llegaremos a tener una comunicaci¨®n a distancia m¨¢s personalizada y compleja? Exacto. Ser¨¢ mucho m¨¢s parecida a la que se produce cara a cara: mucho m¨¢s rica, mucho m¨¢s multisensorial. Yo creo que esa es una de las peque?as revoluciones que puedan llegar a pasar, porque, si lo pensamos, hoy d¨ªa gran parte de la comunicaci¨®n que tenemos es a distancia. Y si somos capaces de enriquecerla, estaremos facilitando las interacciones humanas. Todos sabemos que limitarnos a un mensaje de texto tambi¨¦n conlleva muchos malentendidos, mucha falta de entendimiento, dobles sentidos, o si una frase se ha dicho ir¨®nicamente o se ha dicho seriamente, ?no?
Ahora ya es usual conectarse visualmente, v¨ªa Skype o Facetime¡ Desde luego, pero todav¨ªa no es t¨¢ctil, no¡
?T¨¢ctil? T¨¢ctil y utilizando todos los sentidos. Se est¨¢n produciendo muchos avances en todos los dispositivos o sistemas electr¨®nicos para poder reconocer olores, producir olores, reconocer sabores, estimular la lengua para producir sabores, etc¨¦tera.
?Sabe usted que me llama mucho la atenci¨®n que los j¨®venes apenas hablan por tel¨¦fono? Se mandan unos mensajes largu¨ªsimos, escriben y escriben en las redes sociales, pero les cuesta marcar un n¨²mero y hablar con la otra persona. Es curioso, s¨ª, esos avances intentan personalizar y humanizar las comunicaciones interpersonales y nos olvidamos de alguna de las m¨¢s importantes, como es la voz, que permite m¨¢s matices. Justo ahora tengo en la lista de libros para leer Reclaiming Conversation: The Power of Talk in a Digital Age (Reclamando conversaci¨®n: el poder del habla en la era digital), de Sherry Turkle, una profesora del MIT que lleva much¨ªsimos a?os estudiando desde un punto de vista sociol¨®gico el impacto de la tecnolog¨ªa en las relaciones humanas, y una de sus mayores preocupaciones es precisamente esa, la p¨¦rdida de la conversaci¨®n¡
Los j¨®venes conversan poco. Hay adolescentes que no conversan con nadie. Solo escriben y escriben, y adem¨¢s de forma sincopada y descuidada, pero no mantienen aut¨¦nticas charlas personales con nadie. No hemos evolucionado mandando mensajitos de texto a otros, hemos evolucionado abraz¨¢ndonos y mir¨¢ndonos a la cara y gesticulando. Tal y como somos como especie humana, sigue siendo fundamental la voz.
Esa comunicaci¨®n total de la que antes hablaba podr¨ªa hacerse no desde un m¨®vil, sino desde un guante o¡ S¨ª, y probablemente tiene m¨¢s sentido que est¨¦ distribuido por el cuerpo, sobre todo si pensamos en el potencial que tienen los dispositivos que llamamos wearables. Por ejemplo, todos esos microchips que monitorizan se?ales fisiol¨®gicas. Lo l¨®gico es que est¨¦n en la ropa, incluso en la ropa interior para que tenga contacto directo con la piel.
Ya hablamos en esta serie de entrevistas con la doctora Mar¨ªa Blasco de que ser¨ªa perfectamente viable que mir¨¢ndote en el espejo por las ma?anas pudieras tener un control de tus constantes, de tu presi¨®n, tensi¨®n, az¨²car¡ S¨ª, pero yo creo algo tambi¨¦n muy interesante¡ Por las ma?anas est¨¢ bien, es una muestra al d¨ªa, pero una de las grandes revoluciones es poder tener un seguimiento total. Una de las ¨¢reas donde la tecnolog¨ªa va m¨¢s deprisa, y es l¨®gico porque es fundamental para los seres humanos, es en la medicina, en la salud, en el bienestar¡ Ahora mismo tenemos un modelo que es, en primera instancia, reactivo. En segundo lugar, los tratamientos est¨¢n basados en estad¨ªsticas a un conjunto de poblaciones muy grandes, pero no est¨¢n pensados para un individuo concreto. Y en tercer lugar, epis¨®dico, es decir, t¨² solo vas al m¨¦dico cuando te duele algo y el m¨¦dico no tiene ni idea de c¨®mo eres cuando no te duele nada, con lo cual no puede comparar tus valores. La tecnolog¨ªa nos va a permitir pasar a un modelo preventivo, personalizado y continuo porque vamos a poder monitorizar todas estas se?ales fisiol¨®gicas de una manera continuada en el tiempo. No solamente una vez al a?o cuando vas al m¨¦dico a hacerte un chequeo o porque te sientes enfermo.
Hay que definir de qui¨¦n son y qui¨¦n tiene acceso a los datos que uno genera
Los chips implantables, por decirlo de alguna manera¡ Ya existen y se est¨¢n usando con fines m¨¦dicos. Los hay para poder dotar de visi¨®n a personas que no pueden ver, implantes cocleares a quienes no pueden o¨ªr¡ Es una realidad. Hay varias empresas que tienen, por ejemplo, un chip implantable para la monitorizaci¨®n de valores bioqu¨ªmicos en la sangre para personas diab¨¦ticas, midiendo el nivel de az¨²car. El marcapasos es uno de los m¨¢s antiguos¡
Ya, y¡ Perm¨ªtame que ampl¨ªe el campo de estas posibilidades¡
Adelante, adelante¡ Uno de los aspectos que m¨¢s impacto puede tener en ese contexto ser¨¢ la existencia de chips que puedan modificar nuestra capacidad cognitiva. Esto es, implantar chips en el cerebro. Por supuesto que tanto los implantes cocleares o los de la retina obviamente tienen conexiones con el cerebro, pero ?qu¨¦ pasa si puedes tener un chip que te haga tener una supermemoria? ?O que te ayude a tomar decisiones de una manera diferente a como las tomar¨ªas sin ¨¦l?
Nicholas Negroponte, el conocido gur¨² tecnol¨®gico, dice que bastar¨¢ tomar una pastilla para aprender ingl¨¦s¡ Es posible. Negroponte era el director del laboratorio de dise?o y nuevos medios del Instituto Tecnol¨®gico de Massachusetts (MIT) cuando yo estaba haciendo el doctorado all¨ª¡ Es ah¨ª, en el cerebro, donde tenemos m¨¢s interrogantes, porque todav¨ªa estamos intentando entender c¨®mo funciona. Se da una circunstancia muy interesante en el contexto de la inteligencia artificial, y es que no hay que entender c¨®mo funciona el cerebro para poder tener inteligencia artificial, porque no tiene por qu¨¦ replicar al cerebro. Puedes tener la capacidad de aprender y de tomar decisiones y de resolver tareas que requieran inteligencia artificial, pero con mecanismos diferentes a los del cerebro, que es el resultado de miles de a?os de evoluci¨®n. Hay muchas tareas que se pueden hacer con otro tipo de procesos.
Volvamos a los datos en la ropa, en las paredes, en los electrodom¨¦sticos¡ ?Qu¨¦ garant¨ªas tendremos de la privacidad de tantos datos como proporcionamos y sobre los que tenemos escaso control? Es muy complejo. Efectivamente, ya hay cantidades ingentes de datos generados por nosotros, porque nuestras interacciones tanto en el mundo digital como en el f¨ªsico cada vez m¨¢s dejan una huella digital. Y casi puedo hacer el recuento desde que me he despertado hoy y he venido hasta aqu¨ª, de cu¨¢ntas interacciones he tenido en las que he dejado una huella. Hay un gran debate en torno a la naturaleza de esos datos, tanto a nivel regulatorio y gubernamental como a nivel de investigaci¨®n y de empresas. Se trata de definir de qui¨¦n son esos datos que son privados, porque los has generado t¨²; qui¨¦n tiene acceso, qu¨¦ es lo que se hace con ellos y si tienes o no el control de esos datos. Yo creo que se deben respetar dos grandes principios: que haya transparencia con relaci¨®n a qu¨¦ datos tuyos est¨¢n siendo capturados y para qu¨¦; y control, que t¨² puedas decidir para qu¨¦ se est¨¢n utilizando esos datos, si conciernen a tu comportamiento o a tu persona. Est¨¢ claro que la situaci¨®n actual no es sostenible, porque ahora mismo, desgraciadamente, no tenemos ni control ni existe transparencia con relaci¨®n a c¨®mo se est¨¢n utilizando nuestros datos.
Nuria Oliver
(Alicante, 1970) estudi¨® Ingenier¨ªa de Telecomunicaciones en Madrid. Termin¨® en 1994 como primera de su promoci¨®n (en la imagen, recibiendo la insignia correspondiente). De 1995 a 2000 curs¨® estudios de posgrado en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) y entr¨® como investigadora en la sede de Microsoft en Redmond (Washing?ton), desarrollando proyectos como las oficinas inteligentes o pantallas que se mueven con las manos. En 2003 comenz¨® a interesarse en los m¨®viles para convertirlos en ordenadores personales, tal y como son ahora. Reconocida como profesional experta en big data, inteligencia artificial e inform¨¢tica m¨®vil, desde 2007 es directora cient¨ªfica de Telef¨®nica I+D.
Es que cuando entras a ver la cantidad de datos que se generan al minuto, da un cierto escalofr¨ªo. Son tremendos. El big data¡ No ya en un siglo, quiz¨¢ en menos de cincuenta a?os habr¨¢ 100.000 millones de dispositivos conectados. Dice IBM que ¡°si todos los bits y bytes de datos del ¨²ltimo a?o fueran guardados en CD, se generar¨ªa una gran torre desde la Tierra hasta la Luna y de regreso¡±. Imag¨ªnese dentro de un siglo. Las cantidades de datos son asombrosas y superan nuestra capacidad de entendimiento. Y quiz¨¢ lo m¨¢s destacable y novedoso es que, adem¨¢s, se trata de datos no estructurados. Es decir, siempre hab¨ªa habido muchos datos, pero eran datos estructurados. Lo que quiere decir eso es que t¨² dise?as una tabla, una base de datos, y dices: ¡°En este campo va a ir el precio, y en este otro, el n¨²mero de productos¡±, por ejemplo. ?Qu¨¦ pasa ahora? Pues que los datos generados hoy d¨ªa son de voz, son textos, y recogidos por sensores varios. Esos se llaman no estructurados porque no est¨¢n metidos en ninguna tabla. As¨ª que hay que desarrollar much¨ªsimos algoritmos de inteligencia artificial simplemente para poder entenderlos.
Y tal acumulaci¨®n, ?sirve para algo? Hay que darles sentido, claro. Siempre digo que no hay que confundir datos con informaci¨®n y conocimiento. Si nadie es capaz de analizarlos, es basura digital. Por una parte, el big data facilita muchas oportunidades a los individuos porque por primera vez en la historia de la humanidad somos capaces de entender mejor c¨®mo pasamos nuestro tiempo, qu¨¦ es lo que hacemos, cu¨¢ntos pasos damos, desde d¨®nde hasta d¨®nde nos movemos, cu¨¢nto dormimos y, en fin, cu¨¢nto comemos. Casi podemos medirlo todo. Lo que da lugar a un movimiento, el quantify self, la cuantificaci¨®n de uno mismo. Pero uno de los mayores retos es pasar de quantify self a understood self, o sea, saber realmente para qu¨¦ sirven esos datos, qu¨¦ significa que hayas dado 5.000 pasos o que hayas dormido hoy ocho horas. Hay tambi¨¦n un ¨¢rea muy interesante en la que estamos trabajando desde hace ya varios a?os y que consiste en considerar todas estas fuentes de datos como sensores de actividad humana para poder agregarlos. A partir de ellos puedes inferir cu¨¢ntas personas aproximadamente puede haber en una regi¨®n, o c¨®mo se mueve la gente de esta regi¨®n a esta otra regi¨®n. Y esta informaci¨®n que podr¨ªa parecer in¨²til es valios¨ªsima para organizaciones, Gobiernos, la Cruz Roja, para tomar mejores decisiones que ahora, cuando muchas veces se emprenden con informaci¨®n obsoleta. Si hay un riesgo de una enfermedad infecciosa, donde la movilidad es clave, por ejemplo. No se convierte en una pandemia si la gente no se mueve. La oportunidad que tenemos para mejorar el mundo aprovechando todos estos datos es muy grande.
Tambi¨¦n para estropearlo. Para estropearlo tambi¨¦n, pero como cualquier cosa. La tecnolog¨ªa es una herramienta y, como cualquier otra herramienta, depende de c¨®mo la queramos usar. Mi trabajo siempre ha sido, es y seguir¨¢ siendo c¨®mo podemos aprovechar esta tecnolog¨ªa y que sirva para mejorar la calidad de vida. Cualquier herramienta se puede utilizar para el mal, eso est¨¢ claro, ?hasta un bol¨ªgrafo!
Vamos por un momento a prescindir de los humanos. Pasemos directamente ya al Internet de las cosas, a la interrelaci¨®n entre m¨¢quinas y m¨¢quinas, no entre m¨¢quinas y humanos. Tim Berners-Lee, el padre de la Red, dijo no hace mucho que su sue?o era ¡°una web en la que las m¨¢quinas sean capaces de analizar todos los datos, contenido, enlaces y transacciones entre la gente y los ordenadores. La rutina de nuestras compras, burocracia y vida diaria ser¨¢ gestionada por m¨¢quinas, hablando con m¨¢quinas¡±. ?No da un poco de miedo? Bueno, ahora mismo ya hay muchos procesos as¨ª. El mercado de valores lo constituyen m¨¢quinas hablando con m¨¢quinas. Hay muchos procesos que est¨¢n automatizados. Y s¨ª, tiene sus peligros, claro. Por una parte tenemos grand¨ªsimas ventajas a nivel de eficiencia, pero hay que ser conscientes de la vulnerabilidad que estamos aceptando o asumiendo cuando existe este grado tan alto de automatizaci¨®n. Eso es lo que pas¨® hace no mucho tiempo cuando hubo un fallo en uno de estos robots del stock market y tuvieron que cerrarlo durante unas horas porque descoloc¨® la econom¨ªa mundial. Est¨¢ claro que en una sociedad hiperautomatizada hay que multiplicar las precauciones.
Llevaremos microchips hasta en la ropa interior
El fil¨®sofo Daniel Dennett declar¨® a este peri¨®dico que ¡°Internet se vendr¨¢ abajo alg¨²n d¨ªa y cuando lo haga viviremos oleadas de p¨¢nico mundial¡±. Su preocupaci¨®n viene dada, sobre todo, porque cree que ¡°nunca hemos sido tan dependientes de algo. Jam¨¢s¡±. Ser¨ªa tremendo, s¨ª. Ahora ya somos casi incapaces de sobrevivir sin la electricidad. Por eso es muy importante dise?ar teniendo en cuenta sistemas con posibilidad de que existan redundancias o de no bloquearse completamente si hay un peque?o fallo en ellos.
El Pent¨¢gono ha invertido much¨ªsimo dinero en ropa inteligente¡ S¨ª, mucho.
Como en los drones. Quer¨ªa preguntarle su opini¨®n sobre los supersoldados y esas cosas que hemos visto recientemente en los medios. Pues ocurre como con todo. Por supuesto que es peligroso, pero es fundamental tener muy claros cu¨¢les son los principios ¨¦ticos y los c¨®digos de conducta a seguir conforme estamos desarrollando tecnolog¨ªa que tiene una capacidad inmensa para el bien, pero potencialmente tambi¨¦n para el mal. En realidad, desde hace muchos a?os ya tenemos posibilidad de aniquilar el planeta con todas las bombas at¨®micas que hay en el mundo. La tecnolog¨ªa para la destrucci¨®n ya existe, no necesita chalecos llenos de chips.
Pero a veces es de temer que determinadas empresas, las m¨¢s potentes del mundo, las tecnol¨®gicas y las de comunicaci¨®n, tengan m¨¢s poder que los Gobiernos. Las armas nucleares, por ejemplo, eran objeto de tratados mundiales y de una normativa de Naciones Unidas, pero ?qui¨¦n controla ahora a las grandes corporaciones? Es verdad. Pero tan importante como eso es lograr una educaci¨®n permanente que sirva de contrapeso ¨Cincluso desde los Gobiernos¨C a esos grupos que siempre ir¨¢n por delante. No estamos formando a las generaciones venideras para el futuro o incluso para el presente en el que nos encontramos. Y as¨ª va a ser muy dif¨ªcil que puedan contribuir al mundo del futuro, tomar decisiones correctas o ejercer ning¨²n tipo de liderazgo si no entienden c¨®mo funciona el mundo en el que se mueven.
Pues ya me dir¨¢ con lo que est¨¢ ocurriendo en Espa?a en cuanto a investigaci¨®n¡ Es espantoso. Siempre digo que la investigaci¨®n es una inversi¨®n, no un coste. Garantiza un futuro a un pa¨ªs. Est¨¢ m¨¢s que demostrado que los pa¨ªses que invierten en investigaci¨®n e innovaci¨®n tienen un futuro m¨¢s pr¨®spero y m¨¢s sostenible. A m¨ª me preocupa mucho la confusi¨®n que existe entre usar tecnolog¨ªa y saber c¨®mo funciona la tecnolog¨ªa. El hecho de que el 90% de los j¨®venes hoy d¨ªa vivan pegados a su m¨®vil, a su videojuego o a cualquier dispositivo tecnol¨®gico no les hace conocedores de esa tecnolog¨ªa.
Usan mucho los aparatos, pero saben poco de c¨®mo y por qu¨¦ funcionan. No saben nada. No saben ni programar. Si t¨² le preguntas a cualquier joven qu¨¦ diferencia hay entre llamar por Skype o WhatsApp y hacerlo por tel¨¦fono, no tienen ni idea. Tambi¨¦n desconocen completamente c¨®mo funcionan esas redes sociales que ?seguramente tanto usan. Lo fundamental es que vean la tecnolog¨ªa como una ?herramienta para crear, para resolver ?problemas, que la tienen en sus manos y que la pueden aprovechar, y eso s¨ª es democratizaci¨®n, porque todo el mundo tiene acceso a ella. Pero tenemos que educar en saber usar esa tecnolog¨ªa para resolver problemas.
Cosas concretas. ?Realmente los nuevos materiales, como el grafeno, pueden aportar tantos cambios? Es un ¨¢rea de investigaci¨®n muy interesante y en la que se est¨¢n produciendo grandes progresos. Est¨¢ claro que tenemos serias limitaciones con el silicio y los nuevos materiales ser¨¢n fundamentales para poder progresar. Lo mismo ocurre con los ordenadores cu¨¢nticos, que es otro de los potenciales avances que abren unas posibilidades inmensas.
?Leeremos libros? ?Leeremos peri¨®dicos? ?Iremos al cine? Consumiremos contenidos. Es dif¨ªcil saber lo que ocurrir¨¢, porque si tenemos estimulaci¨®n directa cerebral, entonces no haremos nada, ser¨¢ casi como la pel¨ªcula de Matrix. Estaremos ah¨ª y nos estar¨¢n estimulando todo el tiempo. Hay muchos futuros que te puedes imaginar. Pero est¨¢ claro que consumiremos contenido escrito y visual. En qu¨¦ formato o de qu¨¦ manera, de aqu¨ª a cien a?os es muy dif¨ªcil de predecir. Pero, s¨ª, yo creo que el ser humano siempre quiere aprender, quiere saber¡ Eso es algo que forma parte de qui¨¦nes somos como especie humana, y desde mi punto de vista creo que ser¨ªa terrible si perdi¨¦semos esa capacidad. El formato no es lo importante.
elpaissemanal@elpais.es
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