Espa?a transmite salud
Mozambique es el pa¨ªs subsahariano que m¨¢s fondos de ayuda espa?ola ha recibido en los ¨²ltimos a?os, especialmente para reforzar el sistema sanitario y la investigaci¨®n
Al alba, Luisa Drofi Quefasse ya ha rastrillado el terreno que rodea su humilde casa en su aldea, Massaca. Y eso que en Mozambique amanece bien temprano. A las siete emprende su jornada. Recorre a pie los caminos de tierra bacheada entre casas y plantaciones de bananas hasta la parada de la chapa, un transporte informal sin horario ni asiento reservado en el que caben diez y viajan 20. Por el camino, visita a una anciana vecina para interesarse por su delicado estado debido a una anemia. Cada d¨ªa, Luisa y otros activistas de la Fundaci¨®n Encontro, apoyada por la cooperaci¨®n espa?ola entre otros donantes, realizan una ronda puerta a puerta para interesarse por la salud de los habitantes de la zona y darles consejo.
Tras casi una hora de espera, en la que el sol hace su aparici¨®n hasta calentar el ambiente a 40 grados, Luisa se dirige por fin al centro de pediatr¨ªa de la fundaci¨®n. All¨ª, con una sonrisa, explica a las madres que esperan a pasar consulta m¨¦dica c¨®mo preparar una papilla nutritiva para evitar que sus hijos padezcan desnutrici¨®n. Ella sabe bien el sufrimiento de un progenitor cuando se enfrenta a las consecuencias de una mala alimentaci¨®n de su prole. Hace 15 a?os, esta mujer menuda de 50, acudi¨® a consulta porque su hijo ten¨ªa bajo peso. Zefan¨ªes es hoy un adolescente que disfruta arreglando su bici y quiere ser doctor de mayor. Pero en aquel momento de incertidumbre, la madre comprendi¨® la importancia de la informaci¨®n en salud. Por eso, cuando Mar¨ªa Jos¨¦ Castro, la enfermera espa?ola que le atendi¨®, le pidi¨® ayuda para formar grupos de mujeres y luchar contra un brote de c¨®lera, no dud¨® en ayudar. Aquella fue la semilla de actual programa de activistas de la instituci¨®n, que se dedica a impartir cursos entre l¨ªderes y voluntarios de la comunidad que a su vez difunden sus conocimientos entre la poblaci¨®n.
Luisa es la coordinadora de asuntos sociales de Encontro, forma y orienta a los activistas, mayoritariamente mujeres. ¡°Fue creciendo como persona y profesional. Y estudi¨® Acci¨®n Social. Todo ello, manteniendo sola a su familia, pues se separ¨® despu¨¦s de tener a su sexta hija¡±, relata con admiraci¨®n su amiga y mentora, la ¡°t¨ªa¡± Mar¨ªa. ¡°Ten¨ªa una situaci¨®n muy desagradable, no trabajaba y no me sent¨ªa capaz de hablar con otras personas. Pero a trav¨¦s del trabajo de los grupos conseguimos mejorar la salud en la aldea y reducir la violencia de g¨¦nero¡±, afirma despu¨¦s de haber terminado su jornada, si es que eso es posible.
¡°Tenemos desaf¨ªos muy grandes aqu¨ª¡±, razona Luisa. Los datos de la ONU (Onusida, OMS y Unicef) dan buena cuenta de ello. El VIH es responsable del 26% de las muertes en el pa¨ªs; 1,5 millones de personas viven con el virus y entre 33.000 y 81.000 no sobreviven a ¨¦l cada a?o en una poblaci¨®n de 26 millones. Ela es uno de los nombres que engrosar¨¢n la estad¨ªstica de 2015. Falleci¨® tras abandonar el tratamiento antirretroviral. Deja dos hu¨¦rfanos a cargo de la abuela, que tiene otros seis nietos bajo su responsabilidad. Luisa acude a su hogar para conocer las necesidades de los cr¨ªos. ¡°No tenemos qu¨¦ comer. No llueve y no tengo cosecha. No s¨¦ qu¨¦ hacer, no tenemos d¨®nde ir y no veo salida¡±, lamenta la anciana mientras Luisa acaricia a una de las ni?as sobre su regazo visiblemente d¨¦bil y adormecida.
La malaria es, por su parte, el principal verdugo de los ni?os. El par¨¢sito causa el 18% de los fallecimientos de menores de cinco a?os, mientras que la diarrea provoca el 8% y el VIH el 7%. Enfermedades curables o prevenibles cuyo abordaje podr¨ªa significar una dr¨¢stica reducci¨®n de la tasa de mortalidad infantil de 87 defunciones por cada 1.000 nacidos vivos en 2013, seg¨²n los ¨²ltimos datos disponibles.
Por qu¨¦ Mozambique
Mozambique ha sido calificado por el Comit¨¦ de Ayuda al Desarrollo (CAD) de la OCDE como Pa¨ªs Menos Adelantado (PMA). A pesar de registrar altas tasas de crecimiento del PIB en los ¨²ltimos a?os (7,1% en 2013), los resultados en la lucha contra la pobreza no han presentado avances significativos. El pa¨ªs sigue siendo uno de los m¨¢s m¨ªseros del mundo, al situarse en el ?ndice de Desarrollo Humano del PNUD 2014 en el puesto 178, sobre un total de 187 pa¨ªses. Por otra parte, la ¨²ltima Encuesta sobre Presupuesto Familiar revel¨® que los ¨ªndices globales de pobreza han aumentado del 54,1% en 2002/03 al 54,7% en 2008/09. Se prev¨¦ un desembolso para el periodo 2014-2016 de 46,55 millones de euros.
El volumen de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) espa?ola a Mozambique ascendi¨® durante el periodo 2006-2010 a un total de 267,3 millones; en el periodo 2008-2010 fue el primer receptor de fondos de la AECID en ?frica Subsahariana. Seg¨²n los datos aportados por la agencia, las anteriores cantidades se vieron reducidas a partir de 2011: 29,6 millones en 2011 de AOD neta (22,6 millones fueron aportados por la AECID), 13,9 millones en 2012 (8,4 de la AECID), 14,5 millones en 2013 (8,2 de la AECID). En 2014, la contribuci¨®n de la AECID se elev¨® a 8,7 millones (a la espera de confirmaci¨®n de AOD global).
Estas cifras explican que la inversi¨®n en salud sea crucial en Mozambique. Con esa convicci¨®n, el refuerzo del sistema de atenci¨®n primaria y la investigaci¨®n sanitaria son dos de las principales partidas de la ayuda al desarrollo espa?ola en el pa¨ªs subsahariano. Un esquema integral basado en que los m¨¦dicos previenen y curan las enfermedades y la ciencia las erradica.
Con esta pauta, adem¨¢s de programas de salud comunitaria como el que dirige Luisa, Espa?a financia el Centro de Investigaci¨®n en Salud de Manhi?a (CISM), creado en 1996. La aportaci¨®n espa?ola supone un 12% de los fondos de la instituci¨®n, es el segundo donante tras la Fundaci¨®n Bill & Melinda Gates (61%); no es el primero, pero s¨ª el m¨¢s perentorio. El mill¨®n y medio de euros que la AECID ingresa anualmente en la cuenta del centro sirve para pagar la infraestructura, la luz, el agua, el mantenimiento de los equipos, la formaci¨®n de los investigadores, el sueldo de la plantilla base¡ lo que los gestores llaman el core. ¡°Son las actividades y capacidades m¨ªnimas para poder optar a proyectos, con independencia del n¨²mero de estos¡±, detalla Delino Nhalungo, subdirector de CISM y responsable de las finanzas. Eso es precisamente lo que cubre la aportaci¨®n de la cooperaci¨®n espa?ola, 20,6 millones desde su fundaci¨®n, y, sin ella, ning¨²n programa o descubrimiento contra la malaria, la tuberculosis, el rotavirus o el VIH ser¨ªa posible en esta entidad. ¡°En 2008, el core supuso 1,5 millones de d¨®lares; ahora estaremos en dos millones¡±, precisa el subdirector. Una cantidad, que no obstante ha sufrido recortes durante la crisis y que ahora vuelve a recuperarse; la AECID destinar¨¢ 4,5 millones al centro en el periodo 2014-2016.
Sabedora de que su formaci¨®n posuniversitaria ha sido posible gracias a los fondos que la agencia espa?ola invierte en el CISM, Nelia Manaca, de 35 a?os, no duda en ¡°dar las gracias¡±. ¡°Se lo digo a los espa?oles: gracias por destinar una parte de sus impuestos a personas que estamos tan lejos, pero lo necesitamos. Lo ideal es que alg¨²n d¨ªa el pa¨ªs no requeira ayuda internacional, pero todav¨ªa es as¨ª¡±.
Estudi¨® Biolog¨ªa en la Universidad Eduardo Mondlane en Maputo gracias a una beca estatal, pues sus padres no ten¨ªan recursos. Era la primera de la familia en ir a la facultad. Cuando todav¨ªa estaba realizando su tesina, en 2005, vio un anuncio en el peri¨®dico que dec¨ªa que el CISM buscaba personal. A¨²n hoy le cuesta creer que la cogieran a ella. "?Era la primera oferta que ech¨¦!", apunta sentada frente a su ordenador. Tras dos a?os de formaci¨®n y trabajando como t¨¦cnica de laboratorio, opt¨® a una convocatoria interna para cursar un m¨¢ster y formarse como experta en salud ambiental en el Centro de Investigaci¨®n?en Epidemiolog¨ªa Ambiental (CREAL) de ISGlobal en Barcelona. De nuevo, se muestra sorprendida de que la seleccionaran entre otros compa?eros "que llevaban m¨¢s tiempo" en el CISM. "Pero era la ¨²nica a la que le gustaban los mosquitos", explica entre risas. Gracias a su predilecci¨®n por diseccionar al bicho, vivi¨® en Espa?a cuatro a?os, donde adem¨¢s, termin¨® su doctorado. "De Espa?a me gusta el verano porque hay luz hasta las ocho y puedes salir a pasear despu¨¦s del trabajo. Y tapear".
El VIH es responsable del 26% de las muertes en el pa¨ªs
Las investigaciones posteriores en salud ambiental que llev¨® a cabo en Mozambique se focalizaban, sobre todo, en c¨®mo afecta la contaminaci¨®n por la combusti¨®n de carb¨®n o ca?a de az¨²car por los productores, pero sobre todo por la quema de madera para cocinar ¡ª"el 90% de los hogares en el pa¨ªs utilizan esta fuente de calor", apostilla¡ª a la salud de las mujeres. Todav¨ªa est¨¢ analizando los datos recabados para obtener los resultados. "En algunos pa¨ªses ya se ha demostrado que es un problema y est¨¢n promocionando cocinas de le?a mejoradas, m¨¢s eficientes y que causan menos humo", asegura.
Esta y otras investigaciones que apoya, como la que ha demostrado que el rotavirus es el principal causante de diarrea en Manhi?a, lo que ha propiciado que se introduzca la vacuna en el pa¨ªs, salvan vidas. As¨ª lo cree Manaca, que quer¨ªa estudiar Medicina para ayudar a la gente, pero considera que su labor actual previene tantas o m¨¢s muertes que la de un doctor. "Me gusta cuidar y curar a la gente. No he podido hacerlo como m¨¦dica, pero lo hago como bi¨®loga", subraya.
Durante la carrera, sin embargo, no hab¨ªa considerado la posibilidad de dedicarse a este tipo de investigaci¨®n. "No sab¨ªa que exist¨ªa. Pensaba que pod¨ªa trabajar en un laboratorio de an¨¢lisis, pero no en esto. Su trayectoria ha sido una inspiraci¨®n para su familia. Sus hermanas peque?as van a la universidad, y la mayor volvi¨® a estudiar.
Nhalungo explica la importancia de esta inversi¨®n en educaci¨®n. ¡°Es fundamental. Hace a?os, dif¨ªcilmente encontrabas un inmun¨®logo en Mozambique, as¨ª que tienes que traer a personas con una formaci¨®n parecida y complementar sus conocimientos como especialista aqu¨ª¡±, detalla. As¨ª fue como el mozambique?o Eusebio Macete entr¨® como m¨¦dico en 1997 y acab¨® dirigiendo el centro cuando su predecesor, el espa?ol Pedro Alonso, actual director?del programa de malaria de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, dej¨® el cargo.
¡°De los 20 proyectos de investigaci¨®n que se desarrollan actualmente aqu¨ª, el 70% ya est¨¢n dirigidos por personal nacional¡±, afirma con orgullo cauto Nhalungo. Y a?ade: ¡°Ya tenemos cinco investigadores senior mozambique?os que a su vez forman a nuevos investigadores del pa¨ªs¡±.
Una de las senior es Khatia Munguambe, de 39 a?os, responsable del departamento de viabilidad y aceptabilidad. Su labor es tan importante que ninguna prueba en la poblaci¨®n ser¨ªa posible sin su intervenci¨®n. De ella depende conocer las inquietudes y reacciones de la poblaci¨®n ante la introducci¨®n de un procedimiento m¨¦dico, medicamento o vacuna. ¡°En 2007, para un programa de prevenci¨®n del contagio de VIH con un gel microbicida en mujeres, ten¨ªamos que conseguir un grupo de 500 para hacerles seguimiento durante un a?o. No era f¨¢cil porque supon¨ªa que ten¨ªan que compartir y hablar de sus pr¨¢cticas sexuales, acudir a consulta ginecol¨®gica cada cuatro semanas¡±, recuerda. Y lo lograron, aunque despu¨¦s la investigaci¨®n se detendr¨ªa pues una investigaci¨®n en Sud¨¢frica similar dio resultados negativos. ¡°Pero creamos una comunidad base que hasta hoy funciona. Y hay 21 l¨ªderes a los que preguntamos sobre la opini¨®n de la colectividad. Ahora est¨¢n estudiando la aceptaci¨®n que tendr¨ªa probar una vacuna contra el VIH. ¡°Tambi¨¦n con hombres¡±, precisa. La desigualdad de g¨¦nero es un lastre para combatir enfermedades, a?ade. ¡°Ellas tienen m¨¢s informaci¨®n, pues reciben formaci¨®n en salud sexual y reproductiva, se cuidan m¨¢s y cuidan de los enfermos, pero no tienen el poder de decisi¨®n".
Si el Ministerio de Sanidad est¨¢ ausente y la cooperaci¨®n falla, qu¨¦ queda? ¡°Nada. Todos los pa¨ªses del tercer mundo estamos as¨ª", responde el jefe de laboratorio del CISM
Khatia forma parte del personal fijo del centro, su salario lo cubre la aportaci¨®n espa?ola, aunque la investigadora cree que el gobierno del pa¨ªs deber¨ªa involucrarse en financiar centros como el CISM. ¡°La ciencia es muy importante. Imag¨ªnate que erradicas la malaria de una zona. Significa que las personas pueden trabajar, los ni?os pueden ir a la escuela y se producen menos gastos en salud¡±, enumera. En sus pesquisas descubren mitos que afectan negativamente a la salud como la creencia de que el c¨¢ncer de ¨²tero est¨¢ relacionado con el adulterio, lo que hace que muchas mujeres lo oculten en vez de buscar tratamiento.
La formaci¨®n de Nelia o Khatia, y tantos otros, en un centro de referencia mundial en enfermedades infecciosas no es el ¨²nico legado de la cooperaci¨®n espa?ola en Manhi?a. Gracias a los resultados de sus investigaciones se introducir¨¢ la vacuna del rotavirus y, muy probablemente, la del papiloma humano. En el hospital frente al CISM cuentan con 14 m¨¦dicos, cuando la media es de uno. Tambi¨¦n se desarrollan programas de sensibilizaci¨®n de la poblaci¨®n en cuestiones de salud, sobre todo, para que acudan al m¨¦dico en vez de al curandero cuando se sientan mal. Y la mortalidad materna e infantil han descendido en la regi¨®n m¨¢s que en el resto del pa¨ªs.
¡°Todo esto es bonito, pero requiere dinero¡±, subraya Nhalungo. En una diapositiva proyectada en la pared de su despacho est¨¢n recogidos todos los gastos del centro. D¨®lar a d¨®lar. Seg¨²n donantes y partidas. ¡°El Gobierno mozambique?o no es que se haya relajado en prestar atenci¨®n sanitaria, es que no tiene recursos para prestarla. Mantener un laboratorio de an¨¢lisis es caro; y las pruebas tambi¨¦n. La de VIH para ni?os reci¨¦n nacidos de madres seropositivas cuesta entre 55 y 60 d¨®lares¡±, abunda H¨¦ctor Mavuvane, responsable del laboratorio, preguntado por la ausencia de autoridades nacionales entre los financiadores. ?Cooperar salva vidas y no hacerlo mata? ¡°S¨ª¡±, responde sin dudas el especialista. ?Si el Ministerio de Sanidad est¨¢ ausente y la cooperaci¨®n falla, qu¨¦ queda? ¡°Nada. Todos los pa¨ªses del tercer mundo estamos as¨ª¡±, resuelve.
Poco sabe de donantes y presupuestos Tom¨¢s Joao Antonio Escudo, un vecino de 51 a?os que reside a 15 minutos a pie del hospital de Manhi?a y del CISM. ?l es uno de los 168.000 individuos que monitorea el equipo de investigaci¨®n del centro y beneficiaros de los programas de salud. Dice que no entiende por qu¨¦ gente que vive tan lejos aporta dinero de sus impuestos para ayudarles. ¡°Me gustar¨ªa conocer a esas personas¡±.
Mozambique?os que salvan vidas
Nelia Manaca
"Se lo digo a los espa?oles: gracias por destinar una parte de sus impuestos a personas que estamos tan lejos. Lo ideal es que alg¨²n d¨ªa el pa¨ªs no precise ayuda internacional, pero todav¨ªa lo necesitamos"
Khatia Munguambe
Estudi¨® biolog¨ªa, pero mientras realizaba su trabajo de campo en el Centro de Investigaci¨®n en Salud de Manhi?a (CISM), descubri¨® su pasi¨®n por las ciencias sociales. Hoy, dirige el departamento de aceptabilidad
Luisa Drofi Quefasse
"Cuando las personas de la comunidad me agradecen mi labor, me siento muy orgullosa". Inagotable a sus 50 a?os, se siente con energ¨ªa cada d¨ªa para subirse a un autob¨²s abarrotado y recorrer la regi¨®n casa por casa. "Tenemos desaf¨ªos muy grandes aqu¨ª".
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