Enrique Ponce, eterno ni?o prodigio
Ha cumplido los 25 a?os como torero, y sigue visti¨¦ndose de luces cual principiante con necesidad de foguearse
El 8 de diciembre cumpli¨® 44 a?os, pero mantiene la misma carita de ni?o bueno de cuando, a¨²n con pantalones cortos, actu¨® en p¨²blico por vez primera bajo la atenta mirada de su abuelo. Alfonso Enrique Ponce Mart¨ªnez ¡ªEnrique Ponce en los carteles taurinos¡ª festej¨® en 2015 sus ¡®primeras¡¯ 25 temporadas como matador de toros. Se le reconoce hace tiempo como una figura para la historia que ha roto todos los r¨¦cords, ha toreado m¨¢s que nadie, ha salido a hombros de todas las plazas importantes, ha indultado tantos toros como para hacer varias ganader¨ªas, es rico, muy rico, porque se lo ha ganado delante del toro; y, adem¨¢s, hace 19 a?os que est¨¢ felizmente casado con Paloma Cuevas, hija de torero, con quien comparte una intensa vida social y tiene dos hijas.
A pesar de todo, sigue visti¨¦ndose de luces en Espa?a, Francia y Am¨¦rica, como si tal cosa. Ahora mismo, pasa parte del invierno entre M¨¦xico, Colombia o Per¨² cual principiante con necesidad de foguearse antes de que comiencen las primeras ferias espa?olas.
No ha sido el torero l¨ªder del escalaf¨®n en 2015 (solo ha toreado 39 festejos) ni ha despertado pasiones, y su nombre ya no es novedad, pero es la guinda de cualquier feria de post¨ªn. No se esperan de ¨¦l gestas heroicas, pero mantiene el inter¨¦s de los p¨²blicos, que lo consideran un catedr¨¢tico en tauromaquia, que ha alcanzado el m¨¢ximo nivel de la t¨¦cnica, el conocimiento y la elegancia.
Disfruta de la gloria de los elegidos, quienes nada tienen ya que demostrar, y siguen en activo por puro placer. ¡°Estoy en un momento excepcional¡±, dec¨ªa a este peri¨®dico hace solo unos meses.
Entre corridas y viajes, a¨²n le sobra tiempo para enfundarse un esmoquin y asistir a fiestas solidarias y saraos culturales que le conceden la p¨¢tina de prestigio social de la que carecen los taurinos. Le encanta la moda y practica el golf, la caza y el esqu¨ª. Dicen que tiene buen o¨ªdo, canta boleros y rancheras e imita a Luis Miguel, Julio Iglesias y Frank Sinatra. Y todo, sin perder la compostura de hombre elegante y educado, bien acompa?ado por su esposa y rodeado de una pl¨¦yade de admiradores, atra¨ªdos por el im¨¢n de una pareja mod¨¦lica rebosante de glamour.
Pero, por encima de todo, Ponce es un grand¨ªsimo torero, serio y comprometido con su profesi¨®n, que cuenta con multitud de partidarios que valoran su madurez y su sentido de la est¨¦tica, mientras algunos aficionados le critican su elaborado academicismo no exento de frialdad.
Todo comenz¨® hace ya 25 a?os en Valencia, cuando el 16 de marzo de 1990 tom¨® la alternativa; y ah¨ª sigue, millonario e idolatrado, jug¨¢ndose la vida, incombustible, a la espera de que sus hijas le convenzan para que se retire.
Mientras, mantiene intacta su cara de no haber roto nunca un plato, de ni?o prodigio que ha alcanzado el misterio insondable del toreo. Ponce es uno de los m¨¢s grandes, y as¨ª se le reconoce a pesar de esa joven madurez por la que no pasan los a?os.
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