El tsunami de barro t¨®xico, el mayor desastre medioambiental de Brasil
Un vertido minero hace estragos por el r¨ªo Dulce y pone en riesgo todo un ecosistema Miles de personas no saben si est¨¢n consumiendo agua contaminada con metales pesados
El congelador que Vanda Lopes Rosa guarda con celo en su casa no da abasto. Las bellas capturas de tilapia, dorada y bagre se acumulan dentro del electrodom¨¦stico, pese a que su pescader¨ªa dom¨¦stica ¡ªsituada en una humilde estructura de ladrillo a orillas del r¨ªo Dulce¡ª atrajo durante a?os a cocineros de restaurantes y comerciantes de todo el municipio de Baixo Guand¨², en el estado de Esp¨ªritu Santo (sudeste de Brasil). ¡°Estamos desesperados. Hace d¨ªas que los peces mueren en el r¨ªo. ?Qu¨¦ vamos a comer ahora? ?C¨®mo vamos a sobrevivir econ¨®micamente? Nadie quiere comprar nuestro pescado t¨®xico y aqu¨ª no hay empleo para nadie¡±, lamenta esta fornida brasile?a de 43 a?os.
Como en decenas de localidades erigidas a lo largo del cauce del r¨ªo Dulce, las redes en el modesto barrio de Mascarenhas ya no son desplegadas y los grifos han dejado de suministrar agua. D¨ªas despu¨¦s de la ruptura de una gigantesca presa de residuos de mineral de hierro el pasado 5 de noviembre en la localidad de Mariana ¡ªun accidente ocurrido casi 500 kil¨®metros r¨ªo arriba¡ª, las aguas quedaron te?idas de un color ocre oscuro. El cauce est¨¢ contaminado con elementos t¨®xicos y metales pesados como el ars¨¦nico. Una poluci¨®n perceptible por el hedor que desprende el agua y por los cientos de especies que yacen muertas en las orillas: ante la agon¨ªa provocada por la falta de ox¨ªgeno producto de la poluci¨®n, gambas y pacamaos optan por salir de su medio natural y morir en tierra, bajo un sol abrasador.
¡°Nuestra vida era el r¨ªo, porque el 80% de las personas aqu¨ª vive de ¨¦l¡±, explica Adroaldo Gon?ales Filho, un pescador de 58 a?os con 40 de carrera a sus espaldas. ¡°S¨®lo s¨¦ pescar. Mi vida y las de 60 familias de aqu¨ª se han desmoronado. Han matado nuestro r¨ªo¡±, asevera, en una reuni¨®n en casa de Vanda Lopes que congrega a varios pescadores locales y que est¨¢ dominada por un sentimiento de indignaci¨®n contra las empresas mineras.
Un poco m¨¢s de un mes despu¨¦s de que la presa minera de Fundao cediera y liberara el equivalente a 20.000 piscinas ol¨ªmpicas de agua y barro t¨®xicos en el estado de Minas Gerais y ¡ªa trav¨¦s del r¨ªo Dulce¡ª en el vecino Esp¨ªritu Santo, no hay diagn¨®stico sobre lo que pudo causar ¡°el mayor desastre ambiental de la historia de Brasil¡±, seg¨²n palabras de la presidenta Dilma Rousseff. Los t¨¦cnicos de la empresa minera responsable, la compa?¨ªa Samarco ¡ªuna sociedad propiedad a partes iguales de dos gigantes mundiales del sector, la brasile?a Vale y la australiana BHP Billiton¡ª dicen que tardar¨¢n seis meses en determinar lo que provoc¨® el accidente, que arras¨® por completo el pueblo de Bento Rodrigues y caus¨® la muerte de 13 personas, as¨ª como ocho desaparecidos.
Los primeros indicios apuntan a una negligencia de la compa?¨ªa ante el deterioro de los diques y del sistema de drenaje, pese a que auditor¨ªas anuales desde 2013 advert¨ªan del riesgo de colapso. Tambi¨¦n se baraja la hip¨®tesis de que, ante el hundimiento del precio de mineral de hierro, el exceso de producci¨®n para hacer econ¨®micamente viable la mina provocara un exceso de presi¨®n en la estructura de contenci¨®n.
El impacto medioambiental del vertido es devastador para esta regi¨®n dependiente del agua del r¨ªo Dulce. En ciudades como Colatina, donde residen 122.000 habitantes, se ha interrumpido por tiempo indeterminado el suministro, y el Ej¨¦rcito y una legi¨®n de camiones cisterna abastecen diariamente a la poblaci¨®n, obligada ahora a esperar durante horas para conseguir un recurso b¨¢sico. Un desabastecimiento que impacta de lleno a unos municipios azotados ya por una hist¨®rica sequ¨ªa desde 2014 y que ahora se preguntan si lograr¨¢n sacar adelante negocios como la producci¨®n de papel o la ganader¨ªa, actividades de gran peso econ¨®mico localmente y que requieren abundante agua dulce.
La poluci¨®n es perceptible por el hedor que desprende el agua y por los cientos de especies que yacen muertas en las orillas
¡°El impacto es muy grande para nuestra actividad, que demanda agua totalmente potable para la limpieza de nuestras instalaciones de sacrificio de bueyes. Estamos teniendo unas p¨¦rdidas de unos 600.000 euros por mes¡±, explica Arthur Arpini Coutinho, presidente de la empresa c¨¢rnica industrial Frisa, mientras recorre las instalaciones de la compa?¨ªa en Colatina, con capacidad para sacrificar cientos de cabezas de ganado por d¨ªa. ¡°Como ve, muchos de los empleados est¨¢n parados. S¨®lo trabaja el 30% del personal mientras el desabastecimiento contin¨²e¡±.
Para tratar de explicar la magnitud de la cat¨¢strofe provocada por el vertido en la naturaleza, el bi¨®logo brasile?o Augusto Rischi ha dicho que es solo ¡°comparable al accidente de Fukushima¡±, en referencia a la destrucci¨®n causada por la central nuclear japonesa accidentada en 2011. Arguye Rischi que, adem¨¢s de la destrucci¨®n de la fauna y flora en el cauce del r¨ªo y sus orillas, el vertido t¨®xico tendr¨¢ un notable impacto en la costa atl¨¢ntica cercana a la desembocadura, donde desde hace 10 d¨ªas se extiende una mancha de varios kil¨®metros de aguas marrones.
Para mayor infortunio, es precisamente en ese delta donde se encuentra la reserva biol¨®gica de Comboios, un ¨¢rea de playa protegida donde varias especies de tortugas marinas en peligro de extinci¨®n ¡ªentre ellas las tortugas gigantes, de hasta dos metros de longitud¡ª van a desovar. ¡°No sabemos qu¨¦ va a pasar ahora con las tortugas ni con las cr¨ªas. La mala suerte ha querido que estemos en el per¨ªodo de desove m¨¢s importantes del a?o para dos tipos de tortugas en peligro¡±, se?ala Jo?o Carlos Thome, coordinador de la asociaci¨®n Tamar, que lleva 35 a?os preservando tortugas marinas en varios centros de la costa brasile?a.
Reparaci¨®n y combate de los indios krenak
Con la herida socioambiental a¨²n supurando por el vertido, no son pocos los que han levantado la voz contra la minera Samarco, aunque el mayor foco de indignaci¨®n lo suscita la accionaria Vale, minera estatal privatizada ¨Caunque controlada por el Ejecutivo brasile?o- y que es la mayor productora de mineral de hierro del planeta.
El Estado brasile?o ha pedido por medio de una causa civil 20.000 millones de reales en concepto de reparaci¨®n ¡ªunos 5.000 millones de euros¡ª, a los que se suman otros 260 millones en de multas y fondos de garant¨ªa ya decretados. Cuantiosa cifra para Samarco, una empresa que en 2014 factur¨® 2.000 millones de euros, pero que ahora tiene la licencia de explotaci¨®n minera suspendida por un per¨ªodo de tiempo indefinido.
Mientras en los juzgados comienza una batalla judicial que se anuncia larga, la sociedad civil ha iniciado acciones concretas, ante el temor de que ni siquiera la eventual multimillonaria multa suponga la rehabilitaci¨®n integral del r¨ªo Dulce.
Los ind¨ªgenas brasile?os krenak entendieron que la mejor forma de presionar a Samarco y a Vale era atacando el centro neur¨¢lgico de su negocio: la exportaci¨®n de mineral, sobre todo a China. Durante cuatro d¨ªas, unos 350 miembros de esta tribu originaria de Minas Gerais acamparon nada menos que sobre los ra¨ªles de la l¨ªnea de tren propiedad de la empresa Vale. Armados con barras met¨¢licas y armas de madera, cerraron los accesos por carretera al campamento situado a las afueras de la ciudad ribere?a de Resplendor, con el objetivo de que la polic¨ªa no les pudiera expulsar.
Los primeros indicios apuntan a una negligencia
El transporte de decenas de trenes repletos de mineral de hierro que hacen la ruta diaria entre los yacimientos de mineral de hierro y el puerto de Vitoria qued¨® interrumpido. ¡°Estamos llevando a cabo una guerra justa¡±, se?ala Djukurna Krenak, una de las l¨ªderes tribales, entrevistada sobre los ra¨ªles, que avanzan en paralelo al r¨ªo Dulce. Esta l¨ªnea f¨¦rrea es una infraestructura estrat¨¦gica para Vale y para Brasil, pues el a?o pasado 119 millones de toneladas de mineral de hierro ¨Cen torno al 35 por ciento del total de la producci¨®n de la empresa- circularon por esta l¨ªnea de 660 kil¨®metros, seg¨²n explic¨® Vale a este diario.
¡°Nuestra tradici¨®n ha sido arrasada por completo. Siempre vivimos en estas tierras. Nuestra lengua, nuestro ocio, nuestra pesca e incluso nuestra religi¨®n est¨¢n asociados al r¨ªo Dulce. ?C¨®mo va a ser ahora el futuro de nuestros hijos? Es una tragedia ecol¨®gica mundial. Nuestros antepasados seguro que est¨¢n muy tristes¡±, dice Djukurna, de 36 a?os y formada en historia. ¡°Tenemos que empezar a entender c¨®mo va a ser nuestra forma de relacionarnos con nuestra propia cultura en adelante. Este es el mayor desaf¨ªo enfrentado por nuestro pueblo. Pero en ese proceso no podemos flaquear, porque si lo hacemos, Vale pasar¨¢ por encima de nosotros¡±, agrega, y promete que volver¨¢n a ocupar la l¨ªnea si la minera incumple los t¨¦rminos del pacto.
Opacidad y riesgo para la salud
La gesti¨®n p¨²blica del desastre ha sido igual de catastr¨®fica que los da?os medioambientales causados. Los habitantes del pueblo de Bento Rodrigues s¨®lo supieron del advenimiento del tsunami t¨®xico cuando llegaron las oleadas del vertido, lo que suscita dudas sobre los sistemas de alerta instalados por Samarco, si es que hab¨ªa. El Gobierno brasile?o no lo hizo mejor: la presidenta Dilma Rousseff tard¨® nada menos que una semana en visitar la zona del accidente, que divis¨® apenas durante un vuelo en helic¨®ptero.
La mayor opacidad, cuando no negligente desinformaci¨®n, est¨¢ vinculada a la calidad del agua del r¨ªo Dulce, que decenas de miles de personas utilizan en su d¨ªa a d¨ªa. Samarco y Vale han negado tajantemente que haya metales pesados ¡ªcancer¨ªgenos, en muchos casos¡ª en el agua, una versi¨®n apoyada por algunos estudios de autoridades locales.
Alarmada por informes que indicaban lo contrario, Naciones Unidas intervino el 25 de noviembre con un duro comunicado en el que alertaba de la existencia de ¡°metales pesados y qu¨ªmicos t¨®xicos¡± en el agua, y urgi¨® a Brasil y a las empresas a respetar el ¡°derecho a la informaci¨®n de la poblaci¨®n¡±.
¡°Hab¨ªa una falta de transparencia sobre la causa del desastre y de los efectos. El Gobierno y las empresas dec¨ªan que el vertido no era t¨®xico, pero recibimos informes de laboratorios independientes que indicaban exactamente lo contrario¡±, explica a El Pa¨ªs Baskut Tunkat, Relator Especial sobre sustancias qu¨ªmicas peligrosas y desechos en la ONU. ¡°Los riesgos para la salud deben de ser clarificados por parte del Gobierno y las empresas. Es un derecho b¨¢sico¡±, agrega.
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