Diez a?os m¨¢s de agujero en la capa de ozono
La eficacia internacional en la prohibici¨®n de los clorofluorocarbonos puede considerarse un buen precedente
El agujero de ozono ha vuelto a batir marcas en esta temporada ant¨¢rtica, s¨ª. Pero, a diferencia de lo que ocurre con el cambio clim¨¢tico, no hay raz¨®n para la alarma. El protocolo internacional de Montreal firmado en 1987 est¨¢ funcionando bien, la prohibici¨®n de los CFC (clorofluorocarbonos) y dem¨¢s gases que destruyen el ozono ha dado paso a otros compuestos inocuos para la atm¨®sfera y la Organizaci¨®n Meteorol¨®gica Mundial de Naciones Unidas prev¨¦ que el ozono se ir¨¢ recuperando a lo largo de los pr¨®ximos 10 a?os. ?A qu¨¦ viene entonces este r¨¦cord del agujero en el Polo Sur? Lo que estamos viendo es una combinaci¨®n de dos factores. El primero son las oscilaciones clim¨¢ticas anuales, que durante esta temporada austral se han caracterizado por unas temperaturas extraordinariamente bajas en la estratosfera. El fr¨ªo en esas capas altas, unido al aumento de la radiaci¨®n solar que ha acompa?ado a la primavera en el Polo Sur, han generado unas condiciones ¨®ptimas para la destrucci¨®n qu¨ªmica del ozono all¨ª, que no se daban desde 2006. Este es un factor sobre el que la actividad humana no tiene mucho que decir.
El segundo factor es m¨¢s interesante: estamos pagando a¨²n la factura del pasado. Como ya sab¨ªan los cient¨ªficos en los a?os setenta y ochenta, los CFC son catalizadores de la destrucci¨®n del ozono: bastan unas concentraciones muy escasas en la atm¨®sfera para sembrar el da?o, y su persistencia en las capas altas hace que todav¨ªa estemos viendo los efectos de lo que emitimos hace d¨¦cadas. Este factor s¨ª se debe a la actividad humana, pero en este caso, parad¨®jicamente, solo cabe felicitarse por las acciones que han tomado los Gobiernos. Es solo que hay que tener un poco de paciencia: otros diez a?os m¨¢s de paciencia, seg¨²n los expertos.
Nada de esto resta importancia al problema. La gravedad de la p¨¦rdida de ozono se debe a sus efectos directos y perversos sobre la salud. El ozono es la principal pantalla natural contra la radiaci¨®n ultravioleta contenida en la luz solar, y su destrucci¨®n aumenta por tanto las tasas de c¨¢ncer de piel, cataratas oculares y da?os gen¨¦ticos del sistema inmune. Estos efectos da?inos son particularmente graves en las regiones polares, y sobre todo en la Ant¨¢rtida, pero tambi¨¦n se dejan sentir en el resto del planeta. Por estas razones, los cient¨ªficos de Naciones Unidas calculan que el protocolo de Montreal acabar¨¢ evitando dos millones de casos de c¨¢ncer de piel para 2030.
Pese a las variaciones estacionales y anuales, la acci¨®n internacional contra el agujero de ozono puede considerarse un excelente precedente. El primer art¨ªculo sobre el asunto de Paul Crutzen data de 1969, y los trabajos merecedores del Nobel de Mario Molina y Sherwood Rowland, que identificaron a los CFC como culpables, se publicaron en los a?os setenta. Que el problema est¨¦ ya encaminado hacia una soluci¨®n s¨ª que se puede considerar un r¨¦cord, en comparaci¨®n con los plazos que se han venido manejando para el cambio clim¨¢tico. Tomemos ejemplo.
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