Crecer con empleo
El nuevo Gobierno tendr¨¢ que decidir una pol¨ªtica de est¨ªmulo de la demanda
El balance econ¨®mico de 2015 no es plenamente satisfactorio por varias razones. La m¨¢s importante es que el ejercicio ha confirmado una v¨ªa de salida de la crisis caracterizada por la recuperaci¨®n de tasas notables de crecimiento, pr¨®ximas al 3% del PIB, que, sin embargo, no han tenido los efectos esperados en la creaci¨®n de empleo estable y en la elevaci¨®n de las rentas salariales. El crecimiento, superior al de casi todos los pa¨ªses europeos, se ha recibido con un exceso de entusiasmo ¡ªen particular, por el Gobierno¡ª, dejando a un lado la evidencia de que, si bien otros pa¨ªses de nuestro entorno crecen menos, ya han recuperado los niveles de prosperidad previos a la recesi¨®n, mientras que Espa?a se encuentra a mitad de camino. Este es el hecho crucial que el equipo econ¨®mico del presidente del Gobierno soslaya sistem¨¢ticamente.
La econom¨ªa est¨¢ atravesando por un periodo en el cual se registran aumentos significativos del PIB, con descensos continuos de la tasa de paro, pero sin que crezca el empleo estable; la mejora estad¨ªstica se ha conseguido mediante el aumento de la temporalidad y la ca¨ªda de las rentas salariales. La medicina aplicada por el Gobierno (una reforma laboral que ha contribuido a favorecer el despido y laminar las rentas) ha inflado las estad¨ªsticas de contrataci¨®n, pero ha deprimido la capacidad de reacci¨®n del consumo y la inversi¨®n.
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Dicho de otra manera, la mejora de las condiciones financieras ¡ªdescenso r¨¢pido de la prima de riesgo, buena aceptaci¨®n de los activos espa?oles en los mercados¡ª no est¨¢ siendo aprovechada por la econom¨ªa real. M¨¢s por virtud del BCE que por los logros del equipo econ¨®mico de Rajoy, los intereses de la deuda dejan un amplio margen para la acci¨®n presupuestaria; o lo dejar¨ªan si el volumen de la deuda no siguiera aumentando. Aumento que solo puede significar un incumplimiento real de los objetivos de d¨¦ficit. El montante del d¨¦ficit puede maquillarse; el de deuda resulta m¨¢s dif¨ªcil. El problema de fondo de la llamada econom¨ªa real, en s¨ªntesis, es que, aunque ha mejorado la situaci¨®n del cr¨¦dito y ya no existe la presi¨®n sobre los activos espa?oles, las expectativas de consumo e inversi¨®n son bajas; el resultado es crecimiento sin empleo estable y una limitada recuperaci¨®n de las rentas.
El episodio de los cambios fiscales vivido en 2015 resulta tambi¨¦n significativo. El Gobierno aprob¨® una reforma fiscal que, en sustancia, es una simple rebaja del IRPF. La raz¨®n de este reduccionismo pol¨ªtico no es dif¨ªcil de suponer: el IRPF tiene un impacto evidente en el bolsillo de los contribuyentes, mientras que el choque que producen otros impuestos (como el IVA, por ejemplo) es igual de importante, pero menos doloroso. El hecho de que la aplicaci¨®n de la rebaja del IRPF se adelantara a mediados de a?o indica con claridad que el recorte del IRPF no es una reforma, sino m¨¢s bien un se?uelo electoral.
Con todo, el ejercicio 2015 deja el entorno financiero de la econom¨ªa real en mejores condiciones que a finales de 2014. El Gobierno que llegue a formarse tendr¨¢ que considerar con claridad al menos tres cuestiones b¨¢sicas: un cambio de pol¨ªtica econ¨®mica, porque la l¨ªnea de austeridad sin m¨¢s ha agotado sus posibilidades (de hecho, las agot¨® en 2014), en favor de est¨ªmulos de la demanda; una reforma fiscal de verdad, que implique cambios reales en todos los impuestos, en busca de aumentar la recaudaci¨®n y elevar el ahorro, y un an¨¢lisis en profundidad de la viabilidad del sistema de pensiones. El marco de estas tres decisiones es una negociaci¨®n con Bruselas que ampl¨ªa la capacidad de maniobra presupuestaria en Espa?a.
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