Temerarios o responsables

Los resultados del 20-D nos sit¨²an ante una legislatura in¨¦dita en su composici¨®n de la que emerge un nuevo pluralismo pol¨ªtico. Se abre una oportunidad para que la pol¨ªtica espa?ola se acerque a los usos democr¨¢ticos de Europa mediante la formaci¨®n de un Gobierno de amplio apoyo parlamentario en funci¨®n de los acuerdos alcanzados con anterioridad a la investidura de su presidente. A juicio de la direcci¨®n del PSOE, cualquiera vale menos el PP. Como si para borrar el estigma de ser considerado igual que el PP precisaran excluir del ¨¢mbito de la negociaci¨®n al partido m¨¢s votado. Pedro S¨¢nchez se ha metido en un buen l¨ªo y una senda intransitable. Al no secundar Ciudadanos esta aventura, el PSOE est¨¢ abocado a ser compa?ero de viaje de Podemos y sus barones territoriales. Estos le someter¨¢n m¨¢s pronto o m¨¢s tarde a exigencias innegociables y le emplazar¨¢n al desarrollo de pol¨ªticas p¨²blicas que han resultado un desastre irrefutable en todos los pa¨ªses del mundo en los que sus prop¨®sitos prendieron.

?Descartada esta segunda opci¨®n por moral y pol¨ªticamente insalvable, solo quedar¨ªa repetir las elecciones. Ser¨ªa esta una salida fallida, propia de pol¨ªticos negligentes. Los que con raz¨®n han criticado el asamblearismo deplorable de la CUP no pueden hacer dejaci¨®n de las funciones de una democracia representativa. Repetir las elecciones supondr¨ªa dejar exclusivamente en manos de la Administraci¨®n la conducci¨®n de los asuntos p¨²blicos que afectan a la vida diaria de los ciudadanos. Pero en momentos tan tormentosos como el presente, casi todos los asuntos ordinarios se convierten en extraordinarios. Hace falta lo antes posible un Gobierno estable con apoyos suficientes y capacidad para tomar decisiones cruciales. Volver de nuevo a las urnas es un signo de impotencia pol¨ªtica y desconsideraci¨®n con los ciudadanos a quienes sus representantes endosan el fracaso de la funci¨®n de negociar que tienen encomendada.

Ante este panorama, los partidos, y fundamentalmente el PSOE dada su capacidad decisoria, deber¨ªan iniciar un camino de responsabilidad: acordando condiciones y prioridades para la futura acci¨®n de gobierno y permitiendo despu¨¦s la formaci¨®n de un Gobierno con suficiente apoyo parlamentario para llevar a la pr¨¢ctica los acuerdos que se adopten. Asuntos b¨¢sicos de esa agenda de prioridades son entre otros los siguientes:

Repetir las elecciones ser¨ªa un acto fallido, propio de pol¨ªticos negligentes

1. Afrontar el desaf¨ªo separatista desde la perspectiva de nuestra legalidad democr¨¢tica con el mensaje inequ¨ªvoco de que las fronteras de Espa?a no las pueden decidir una parte de los espa?oles. En Catalu?a se ha vaciado el principio representativo tras haberse conculcado el de legalidad y seguridad jur¨ªdica. Restablecidos esos principios, ser¨¢ viable acordar cuantas reformas constitucionales sean necesarias.

2. Sostener y mejorar el crecimiento econ¨®mico transitando hacia un modelo productivo de mayor valor a?adido y un mercado de trabajo m¨¢s funcional y una mejor formaci¨®n acad¨¦mica y profesional.

3. Aumentar el car¨¢cter distributivo de nuestro Estado de bienestar atajando el escandaloso fraude fiscal y promoviendo un plan de choque contra la pobreza y las desigualdades que resta?e la fractura del pacto social. Un Gobierno fiable y de amplia base parlamentaria nos hace fuertes ante las autoridades europeas, cuyo concurso es necesario para el logro de este prop¨®sito.

4. Regenerar la pol¨ªtica con compromisos que impliquen tomarse, por fin, en serio el Estado de derecho y las funciones de la representaci¨®n, cauce primordial de la participaci¨®n pol¨ªtica. La corrupci¨®n y el clientelismo provienen de los reiterados incumplimientos en ambos campos.

Pactada una agenda de prioridades en la direcci¨®n apuntada y formalizados los acuerdos suscritos al menos por PSOE, PP y Ciudadanos, se habr¨ªan creado las condiciones para hacer viable un nuevo Gobierno, conformado por PP y Ciudadanos y que el PSOE deber¨ªa facilitar con su abstenci¨®n. Los pol¨ªticos espa?oles tienen la oportunidad de demostrar que no se aferran al poder a cualquier precio, ni convierten sus contratiempos personales en problemas de todos y no se empe?an en aventuras cuyas consecuencias previsibles lamentar¨ªamos la mayor¨ªa de los espa?oles.

Eduardo Garc¨ªa Espinosa es abogado y Ram¨®n Vargas-Machuca Ortega, profesor de Filosof¨ªa.