El drama de ser refugiado, cristiano e iraqu¨ª
Miles de iraqu¨ªes han abandonado su pa¨ªs debido a la represi¨®n del Estado Isl¨¢mico El ¨¦xodo de muchos finaliza en Jordania, donde encuentran acogida
A las puertas del templo de Santa Mar¨ªa Madre de la Iglesia, en la localidad jordana de Marqa, espera un nutrido grupo de familias. Algunas a¨²n no se conocen entre ellas porque acaban de huir casi con lo puesto. Son algunos de los cristianos procedentes de Irak que se han visto obligados a dejar su pa¨ªs debido a la amenaza del Estado Isl¨¢mico. El mill¨®n y medio aproximado de cristianos que habitaban el pa¨ªs enlos noventa se redujo poco m¨¢s de medio mill¨®n tras la invasi¨®n de Estados Unidos en 2003 y. con la expansi¨®n de este grupo terrorista, la cifra ha vuelto a caer. Quienes llegan a Marqa buscando refugio lo hacen siguiendo el consejo ofrecido por alg¨²n compatriota: visitar al padre Carlos Jaar para recibir ayuda y asesoramiento. En la actualidad, unas 680 familias dependen de esta parroquia.
El padre Carlos sabe de qu¨¦ habla. Es presidente para Oriente Medio de la ong espa?ola Mensajeros de la Paz, desde la que realiza, adem¨¢s, varios proyectos de reconciliaci¨®n entre j¨®venes ¨¢rabes y jud¨ªos. Pero adem¨¢s ¨¦l es un refugiado palestino desde hace m¨¢s de 40 a?os, cuando, siendo solo un ni?o, tuvo que abandonar su Bel¨¦n natal para irse con su familia a Honduras primero y a Jordania despu¨¦s. Entiende perfectamente el desarraigo al que se enfrentan.
Conocedor de la dif¨ªcil situaci¨®n del pa¨ªs vecino, contabiliza entre diez mil y doce mil los iraqu¨ªes que han pasado por su iglesia en Amm¨¢n, ya sean musulmanes o cristianos, desde que comenz¨® la guerra en el 2003. Ha repartido mantas, comida, ropa para sus hijos o incluso calefactores para el invierno. Adem¨¢s les organiza por grupos para contratarles un peque?o bus y que no se arriesguen a que les paren y les detengan por no tener el visado en regla.
En la actualidad hay m¨¢s de 500.000 iraqu¨ªes refugiados en Jordania, seg¨²n C¨¢ritas. La inmensa mayor¨ªa son ilegales: ¡°entran como turistas y a los tres meses, sin el visado, ya quedan en la sub sociedad. De marginados a parias¡± lamenta el padre Carlos. ¡°Huyen despavoridos, sin haber tenido tiempo de hacer ni una maleta, y a¨²n tienen el miedo en el cuerpo. Cuando recib¨ªan alg¨²n tipo de amenaza, animales decapitados o la palabra infiel en su casa, rezaban para que tuviesen un ma?ana y poder escapar¡±. Y cada vez se dan m¨¢s casos de familias enteras emigradas a Siria durante el principio de la contienda que han tenido que volver a irse durante el conflicto actual. Alguna de ellas est¨¢n alojadas en el campamento de refugiados sirios de Zaatari, al norte del pa¨ªs, otras se han ido por la inseguridad que all¨ª impera y rondan las calles de Amm¨¢n en busca de otros iraqu¨ªes que les puedan acoger.
La situaci¨®n en Jordania es dif¨ªcil. A pesar de no haber participado en la Convenci¨®n del Estatuto del Refugiado en 1951, s¨ª reconoce su situaci¨®n y se acepta el principio de no devoluci¨®n as¨ª como el reasentamiento de los refugiados en un tercer pa¨ªs. Sin embargo, no se admite su integraci¨®n local como soluci¨®n. Por ello, como refugiados, tienen grandes restricciones para acceder a la sanidad p¨²blica, a la educaci¨®n, muy saturada, y para entrar en el mercado de trabajo jordano, lo que empuja a algunos hacia el sector informal.
En diez a?os no habr¨¢ cristianos en Irak
Amer Alhassna pertenece a una de esas familias asentadas en la clandestinidad en Jordania que lleg¨® de Irak despu¨¦s de ahorrar para el pasaje durante varios a?os. A cuatro m¨¢s que les acompa?aron les obligaron a darse la vuelta.? ¡°Hemos tenido mucha suerte y fue porque la polic¨ªa, al ver al peque?o de mis hijos con el pelo pelirrojo, entendi¨® que eramos familiares de Ibrahim Al Duri, el general pelirrojo, n¨²mero dos de Sadam Hussein y rey de tr¨¦boles en la baraja confeccionada por el Pent¨¢gono¡±, cuenta Amer. Sonr¨ªe y resopla mirando al cielo.
La familia que convive con ellos sufri¨® el drama de la represi¨®n fan¨¢tica. Prefieren no mentar su apellido para mantener la seguridad de los parientes que a¨²n se encuentran cerca de Mosul. Un grupo armado secuestr¨® a su marido y a uno de sus hijos para pedirles un rescate. S¨®lo por ser cristianos y tener una peque?a empresa. No pudieron pagar el total de la cantidad exigida y ejecutaron al patriarca. Su hijo sali¨® ileso pero con grandes secuelas postraum¨¢ticas.
Hanna Shakir Banoosha lleg¨®, con su mujer Fadia y su hija Andrya de cinco a?os, a Jordania en marzo del 2014 procedente de Bartalah en Mosul. ¡°El Daesh, Estado Isl¨¢mico, hab¨ªan ocupado gran parte de la ciudad y nos enter¨¢bamos que estaban expulsando a toda minor¨ªa ¨¦tnica que no comulgase con su fe, sobre todo cristianos. Pintaban las paredes de las casas indicando nuestra religi¨®n. Saqueaban las viviendas que mis vecinos hab¨ªan abandonado e incluso lo hac¨ªan con inquilinos dentro. La ¨²nica salida que planteaban era convertirse al Islam o ser ejecutados. Decidimos irnos casi con lo puesto. Era una situaci¨®n absurda pero peligrosa, estaba en juego nuestra vida. Era horroroso.¡± Recuerda.
Dif¨ªcil es, sobre todo, la terrible situaci¨®n de los cristianos en Irak, de los que no han podido huir a¨²n. ¡°Viven su d¨ªa a d¨ªa entre escombros, violencia generalizada y pobreza como todos los dem¨¢s ¡ªlos ricos se fueron los primeros¡ª, pero se enfrentan a la marginalidad que les profesan sus vecinos debido a su fe¡±, comenta el Padre Carlos. ¡°Esta situaci¨®n ha propiciado una huida masiva de la comunidad cristiana, que ha pasado de casi un mill¨®n de fieles a menos de 400.000. En diez a?os no habr¨¢ cristianos en Irak¡±.
Por medio de otras familias procedentes de su pueblo y refugiadas en Amm¨¢n, Hanna conoce la situaci¨®n de los que fueron sus vecinos. ¡°El verano pasado la situaci¨®n empeor¨® considerablemente, fueron m¨¢s violentos: empezaron a matar cristianos sistem¨¢ticamente y hasta un arzobispo fue asesinado. El 7 de agosto llegamos a enterarnos que unas 120.000 personas de la llanura de N¨ªnive y Mosul hab¨ªan comenzado a huir¡±.
Todos los meses se encuentran con gente que acaban de llegar de Irak. ¡°Muchos han conseguido marchar despu¨¦s de haber estado ocultos y haber vendido lo poco que les quedaba para poder pagarse la huida¡±.
La ¨²nica salida que planteaba el EI era convertirse al Islam o ser ejecutados. Decidimos irnos casi con lo puesto
Los comerciantes o vecinos de su barrio les avisan cuando ven deambulando por las calles del barrio a familias que parezcan ser refugiadas. ¡°Nos vamos en su b¨²squeda y les ofrecemos nuestra ayuda ya sean iraqu¨ªes o sirios. Les hablamos sobre un sacerdote cat¨®lico que podr¨¢ ayudarles¡±, se?ala Hanna.
El padre Carlos hace una llamada a diario para ayudar a todas las familias reci¨¦n llegadas en la medida de lo posible. ¡°Todos los d¨ªas, al acabar la misa, pido que hagan venir a esta iglesia a las familias en apuros que conozcan, todos son bienvenidos. No tenemos bodega pero vamos viviendo al d¨ªa como sea¡±. Los reci¨¦n llegados son posteriormente presentados ante el resto de la comunidad iraqu¨ª, antes de la misa de las seis del s¨¢bado, d¨ªa que se re¨²nen todos para mantener el contacto y organizar ayudas a los que se van sumando.
Desde su puesto de presidente para Oriente Medio de Mensajeros de la Paz, el padre Carlos visitaba este pa¨ªs dos veces al mes a entregar ayuda humanitaria o incluso a tratar con ni?os enfermos. Pero un grupo islamista le cerr¨® el paso de una de las peores maneras posibles: fue secuestrado en Bagdad y sometido a torturas psicol¨®gicas durante cuatro d¨ªas. ¡°Pas¨¦ tanto miedo que no pod¨ªa ni rezar¡±. La segunda vez que le secuestraron dur¨® tan solo unas horas y a¨²n as¨ª se mantuvo firme. Pero la gota que colm¨® el vaso fue cuando estaba citado para reunirse con Vieira de Mello, uno de los representantes de la ONU en el pa¨ªs. Su ch¨®fer se retras¨® varios minutos tarde y, cuando lleg¨® por f¨ªn a su cita, encontr¨® un terrible espect¨¢culo de fuego, lamentos y humo. Un coche bomba mat¨® a Vieira junto a 22 personas m¨¢s y ¨¦l solo pudo darle la extrema unci¨®n. No quiso pisar m¨¢s la tierra iraqu¨ª.
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