Los ¨²ltimos veranos fueron los m¨¢s calurosos desde los romanos
El calor experimentado a partir de 1986 es el m¨¢s an¨®malo desde hace 2.100 a?os
Si el pasado agosto escuch¨® aquello de "este calor no es normal", tuvo la suerte de o¨ªr c¨®mo una frase hecha se convert¨ªa en dato cient¨ªfico. Un complejo estudio realizado por un equipo internacional de investigadores lo certifica: los ¨²ltimos veranos han sido los m¨¢s calurosos de los ¨²ltimos dos milenios en Europa y la regi¨®n mediterr¨¢nea. Episodios estivales de calor extremo como los vividos en 2003, 2010 y 2015 no se han visto en el continente al menos desde que los romanos gobernaban el mundo.
Se trata de la reconstrucci¨®n de temperatura de Europa m¨¢s larga hasta la fecha, realizada a partir de medidas indirectas como los anillos de ¨¢rboles y de simulaciones por potentes ordenadores
"Los ¨²ltimos 30 a?os presentan un periodo de calentamiento sin precedentes durante los ¨²ltimos dos milenios", resume Laura Fern¨¢ndez Donado, una de los 45 investigadores de una treintena de instituciones tan prestigiosas como el Max Planck alem¨¢n, el CNRS franc¨¦s, la NOAA estadounidense o el CSIC espa?ol que han realizado este estudio. Los cient¨ªficos no han encontrado en estos dos milenios otro periodo con est¨ªos tan calurosos como los comprendidos entre 1986 y 2015, lo que apoya las conclusiones alcanzadas por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Clim¨¢tico (IPCC) sobre el calentamiento y su origen humano, porque son una notable anomal¨ªa fuera del rango de las variaciones naturales observadas en los ¨²ltimos 2.100 a?os.
"No podemos decir que el siglo XX haya sido el de los veranos m¨¢s c¨¢lidos de los ¨²ltimos 2.000 a?os, porque tanto el siglo I como el X muestran una temperatura media muy similar a la del XX, aunque estos calentamientos tengan distintos or¨ªgenes", defiende Fern¨¢ndez Donado, especialista en paleoclima del Instituto de Geociencias (UCM-CSIC). "Hay que destacar que las temperaturas veraniegas durante el siglo XX son casi estacionarias hasta 1929, luego muestran una significativa tendencia al enfriamiento hasta 1987 y desde 1988 hasta la actualidad se ven afectados por una significativa y fuerte tendencia al calentamiento", asegura el estudio.
"El an¨®malo calentamiento reciente es particularmente claro en el sur de Europa, donde la variabilidad es generalmente m¨¢s peque?a, y donde se espera que los efectos del cambio clim¨¢tico antropog¨¦nico surjan antes", a?ade este trabajo.
"No podemos decir que el siglo XX haya sido el de los veranos m¨¢s c¨¢lidos de los ¨²ltimos 2.000 a?os, porque tanto el siglo I como el X muestran una temperatura media muy similar a la del XX, aunque estos calentamientos tengan distintos or¨ªgenes"
El estudio sugiere que los cambios naturales del pasado en las temperaturas del verano son m¨¢s grandes de lo que se pensaba, lo que sugiere que los modelos clim¨¢ticos podr¨ªan estar subestimando la gama completa de los fen¨®menos extremos futuros, incluyendo las olas de calor. Durante la ¨¦poca romana se experimentaron veranos c¨¢lidos hasta el siglo III, seguido por condiciones estivales m¨¢s fr¨ªas entre los siglos IV y VII. Tras un Medievo c¨¢lido lleg¨® el fr¨ªo de la Peque?a Edad de Hielo que dur¨® desde comienzos del siglo XIV hasta mediados del XIX.
Cada vez es m¨¢s habitual que distintos organismos cient¨ªficos nos informen cada poco tiempo de que vivimos algunos de los periodos con las temperaturas medias m¨¢s altas: el mes m¨¢s c¨¢lido desde que se tienen registros, el a?o m¨¢s c¨¢lido desde que se tienen registros, etc. Pero esa toma de datos comenz¨® en 1880, por lo que el trabajo de los cient¨ªficos se complica cuando quieren comparar la situaci¨®n actual con un periodo m¨¢s amplio de tiempo. Ese es el gran valor de este estudio, publicado por Environmental Research Letters, al desarrollar la reconstrucci¨®n de temperatura de Europa m¨¢s larga hasta la fecha, analizando el cambio de temperatura en una regi¨®n y no a escala global que es como normalmente se plantea.
Como explica Fern¨¢ndez-Donado, para conocer la temperatura del pasado existen dos m¨¦todos principales: las reconstrucciones?¡ªa partir de medidas indirectas como los anillos de ¨¢rboles y archivos documentales de la regi¨®n¡ª y las simulaciones a partir de modelos clim¨¢ticos, realizadas por supercomputadores incluyendo factores como la variabilidad solar, las emisiones de erupciones volc¨¢nicas, la variaci¨®n de las concentraciones de los gases de efecto invernadero, etc. Estudiando todas estas fuentes de informaci¨®n, los investigadores han sido capaces de extraer con gran exactitud c¨®mo fueron los veranos europeos desde que los romanos se abanicaran en sus meses sextilis, posteriormente dedicados al emperador Augusto.
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