?Por qu¨¦ nos hace tanta gracia que alguien se caiga?
Desde Plat¨®n a Groucho Marx: muchos han intentado explorar el origen de la risa. Sigue siendo un enigma
Psic¨®logos, fil¨®sofos, c¨®micos y tambi¨¦n neur¨®logos han tratado de averiguar qu¨¦ es lo que le hace re¨ªr al mundo. Y aunque todos coinciden en que, junto al amor, es uno de los grandes misterios sin resolver, en el camino han ido dejando interesantes conclusiones acerca de esta capacidad genuinamente humana.
Por ejemplo: la pr¨®xima vez que alguien le pregunte ?d¨®nde est¨¢ su sentido del humor? Usted puede contestar con total seguridad: en la uni¨®n mesenc¨¦falo pontina. ¡°Es un ¨¢rea con un centro coordinador de los n¨²cleos que conectan los m¨²sculos implicados en la risa¡±, explica Manuel Arias, neur¨®logo y coordinador del Grupo de Humanidades de la Sociedad Espa?ola de Neurolog¨ªa (SEN) en su art¨ªculo Neurolog¨ªa de la risa y del humor: risa y llanto patol¨®gicos, (revista Neurolog¨ªa). Aclara que el humor es un fen¨®meno en el que entran en juego las emociones, la voluntad y la capacidad de sorpresa ante las incongruencias: ¡°La risa aparece cuando en lugar de la racionalidad cognitiva que nuestro cerebro espera, lo percibido es una incongruencia. Entonces se origina una controversia que, al ser detectada por el cerebro, este se autorrecompensa liberando dopamina¡±.
?Nos re¨ªmos de lo mismo?
La risa aparece cuando el cerebro percibe una incongruencia y libera dopamina como recompensa
Aunque este proceso es el mismo en todas las personas, los motivos que lo ponen en marcha no son id¨¦nticos. ?O tal vez s¨ª? Para el psic¨®logo Eduardo J¨¢uregui, cofundador de la consultora Humor Positivo y autor de El sentido del humor: Manual de Instrucciones (RBA Libros), ¡°cada persona tiene su propio sentido del humor. Depende de la cultura en la que crecemos, la familia, amistades y de la propia biograf¨ªa y personalidad¡±. Incluso, puede intervenir la capacidad intelectual, seg¨²n Arias.
?C?MO ES EL CHISTE PERFECTO?
¡°Sorpresa, verdad, perspicacia, originalidad y, por supuesto, un p¨²blico feliz¡±, estos son, seg¨²n el humorista Carlos Ramos, la lista de ingredientes del chiste perfecto, o al menos para que tenga algo de ¨¦xito entre la audiencia. Y es que en esto del humor, garant¨ªas las justas. Tampoco Scott Weems, autor de ¡®Ja! La ciencia de cu¨¢ndo re¨ªmos y por qu¨¦¡¯ (Taurus), cree que se pueda asegurar que un chiste vaya a ser infalible. La investigaci¨®n de Weems recalca que el humor depende de muchos elementos subjetivos y que lo m¨¢s importante es la predisposici¨®n del que escucha. Lo que nunca hay que hacer con un chiste, seg¨²n recoge el profesor Juan Carlos Siurana en el estudio ¡®Los rasgos de la ¨¦tica del humor¡¯ es explicarlo: ¡°Chiste explicado, chiste estropeado¡±.
Y todos sabemos que lo que hace gracia en un pa¨ªs, en otro no tiene ni pizca. El profesor Gert Jan Hofstede, coautor del libro Software of the mind, ha dedicado muchos a?os a estudiar c¨®mo cambia el sentido del humor cuando cruzamos la frontera. Hofstede habla de la idiosincrasia de las diferentes nacionalidades. As¨ª, los brit¨¢nicos se r¨ªen con la iron¨ªa y el juego intelectual, los americanos frivolizan con chistes para superar las adversidades, los chinos y japoneses tienen una gran capacidad para re¨ªrse de s¨ª mismos (recuerde el programa Humor amarillo) y a los espa?oles nos divierten los chistes verdes, los pol¨ªticos y el humor negro.
Por encima de estas diferencias, Arias cree que hay hechos capaces de arrancar una carcajada a la mayor¨ªa de las personas. Esta universalidad del humor es compartida por Carlos Ramos, c¨®mico y profesor de improvisaci¨®n y mon¨®logos: ¡°No creo que haya diferentes sentidos del humor, solo existen culturas distintas. La esencia del chiste es la misma en cualquier lugar¡±. Y asegura que, aunque no existe el chiste universal, ¡°ver tropezar a un poderoso es lo que m¨¢s risas provoca en los dem¨¢s siempre que no haya que lamentar da?os¡±. Cuando el protagonista cae al suelo ¡°suele hacerse m¨¢s da?o en su ego que en las rodillas¡±, porque sabe que ¨¦l tambi¨¦n se hubiese re¨ªdo de ser espectador. Hay otras situaciones m¨¢s delicadas donde ¡°re¨ªrse no es lo m¨¢s adecuado¡±, sostiene el psic¨®logo J¨¢uregui. Ramos lo tiene claro: ¡°Si un comentario resulta doloroso para el que lo escucha, ya se ha cruzado la l¨ªnea¡±.
Pero, si existe un ¨¢mbito en el que el sentido del humor es imprescindible, es en la pareja. As¨ª lo ve J¨¢uregui, autor de Amor y Humor (RBA Integra), quien considera que ¡°si una pareja se r¨ªe de las mismas cosas es que ve el mundo del mismo modo y eso es clave para su ¨¦xito¡±.
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