Renzo Piano nunca trabaja solo
Lo mejor de trabajar en equipo, reconoce el c¨¦lebre arquitecto italiano, ¡°es que, a menudo, ni siquiera sabemos de qui¨¦n es la idea original¡±
El arquitecto Renzo Piano (G¨¦nova, 1937) celebra sus 50 a?os de dedicaci¨®n al oficio y la Cit¨¦ de l¡¯Architecture et du Patrimoine de Par¨ªs le ha dedicado una gran exposici¨®n: La m¨¦thode Piano (hasta el 29 de febrero), que repasa su trayectoria y sus procedimientos de trabajo colaborativo.
A trav¨¦s de un dispositivo de maquetas y mesas muy documentadas, me sumerjo en un proceso de experimentaci¨®n con paisajes, alturas, climas, confrontaciones y patrimonios urbanos que dan forma a un recorrido tem¨¢tico por proyectos seleccionados en Europa, Estados Unidos o ?frica que profundizan en la relaci¨®n entre arquitectura y paisajismo. La exposici¨®n es lo opuesto a una retrospectiva tradicional. Busca iluminar un proceso creativo colectivo contrapuesto a la idea de arquitecto como ¨²nico creador de m¨¦todo discursivo. Acudo a Francis Rambert, uno de los comisarios de la exposici¨®n: ¡°Si bien es la intuici¨®n la que le gu¨ªa, es la exploraci¨®n la que le motiva. Piano es como un navegante en busca de horizontes desconocidos que trabaja siempre en equipo, en un acto sin igual¡±.
Desde sus inicios, Piano nunca ha trabajado solo. Ya en los sesenta, cuando a¨²n ignoraba que Francia le dar¨ªa el espaldarazo definitivo y proyecci¨®n internacional al ganar el concurso para construir el Centro de Arte Pompidou, concebido junto a Richard Rogers, se centr¨® en experimentar la t¨¦cnica, el espacio y la ciudad a partir de estructuras ligeras seducido por Jean Prouv¨¦ (de quien fue alumno; uno de los m¨¢s l¨²cidos ingenieros-arquitectos-dise?adores que dio el siglo XX) y atra¨ªdo por Louis Kahn, con quien trabaj¨® un tiempo en Estados Unidos antes de volver a Europa. El propio Piano, sonriente, explica ese pulso en el v¨ªdeo que ilustra la muestra: ¡°Lo mejor de trabajar as¨ª es que, a menudo, ni siquiera sabemos de qui¨¦n es la idea original¡±.
Una vez m¨¢s, busco ayuda en el influyente cr¨ªtico de arquitectura Martin Filler. En un art¨ªculo publicado en The New York Review of Books argumenta que hoy d¨ªa la arquitectura es demasiado compleja para ser dise?ada por una sola persona. En su opini¨®n, el ejemplo m¨¢s significativo de esta evoluci¨®n es el estudio noruego Snohetta (art¨ªfice, en 2008, de la ?pera de Oslo, ¡°uno de los m¨¢s divertidos e instant¨¢neamente amados espacios p¨²blicos de Europa¡±), compuesto por dos directores y cuatro socios, con sede en Oslo y Nueva York, y con un total de 137 trabajadores. As¨ª, sostiene que, a pesar de la imagen que tenemos del arquitecto como h¨¦roe solitario, la arquitectura siempre ha sido un trabajo altamente colaborativo. ¡°Aunque el parti (principio b¨¢sico de organizaci¨®n) de un dise?o pueda ser producto de un cerebro, la realizaci¨®n de una estructura de complejidad moderada depende de una extensa gama de experiencias de varios individuos, no de un don singular. Como esfuerzo art¨ªstico, la arquitectura de nuestros d¨ªas se parece a la realizaci¨®n de pel¨ªculas: el mayor creativo (director) requiere de las competencias t¨¦cnicas espec¨ªficas de una extensa cohorte de colaboradores¡±. No es extra?o, pues, que Martin Filler haya definido la reciente Fondation J¨¦r?me Seydoux-Path¨¦ de Par¨ªs, a cargo del Renzo Piano Building Workshop, as¨ª: ¡°Una obra maestra, una ingeniosa demostraci¨®n de c¨®mo insertar un trabajo de vanguardia ¨Cun voluptuoso armadillo de aluminio, cristal y metal¨C en un edificio haussmaniano¡±.
Termino de recorrer la exposici¨®n y me pregunto de d¨®nde nacer¨¢ en Piano la pasi¨®n por crear en equipo. Me pierdo en la hemeroteca y hallo una entrevista concedida a Lucia Magi en la que ofrece una respuesta: ¡°No se me daba bien la escuela. Y eso me permiti¨® crecer con la idea de que ten¨ªa que aprender de los otros. Los empollones se forman pensando que son superiores y acaban siendo arrogantes. Yo ten¨ªa la sensaci¨®n inversa¡±.
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