?Por qu¨¦ no borramos a los mosquitos de la faz de la Tierra?
Un profesor de Ecolog¨ªa de la Universidad inglesa de Northumbria explica qu¨¦ pasar¨ªa si acab¨¢ramos con esta indeseable criatura
Una criatura molesta. Chupasangre y fuente de contagio de enfermedades, es dif¨ªcil de querer incluso para los amantes de la naturaleza. El temido mosquito es ahora el primer sospechoso de la repentina aparici¨®n y expansi¨®n del virus Zika en Am¨¦rica central y del sur. El Zika se transmite por el mosquito Aedes aegypti, una especie tropical conocida por propagar enfermedades como la fiebre amarilla o el dengue.
Existen alrededor de unas 3.500 especies de mosquito, una cifra modesta para una familia de insectos, pero su impacto en el bienestar y la salud humana es catastr¨®fico. La hembra de los mosquitos Anopheles transporta el par¨¢sito que causa m¨¢s de 500 mil casos de malaria anualmente, mientras que el asi¨¢tico mosquito Tigre, Ades albopictus, propaga el dengue y el virus chikugunya. Los mosquitos han sido vectores para enfermedades emergentes como el virus del Nilo Occidental y ahora Zika.
Los mosquitos causan m¨¢s p¨¦rdidas y miseria a la humanidad que ning¨²n otro organismo (con la obvia excepci¨®n de nosotros mismos). Los mosquitos son criaturas odiadas, nerviosas y molestas, sus larvas contaminan lagos y pantanos. Y si se dan las condiciones id¨®neas,son pioneros expansionistas, se sienten en casa en los h¨¢bitats alterados que creamos.
Esto nos lleva a plantear las siguientes preguntas: ?Qu¨¦ bien hacen estos d¨ªpteros? Y si pudi¨¦ramos exterminarlos de la faz de la Tierra, ?deber¨ªamos hacerlo?
Como apunta la ec¨®loga Sarah Fang, el consenso es que los mosquitos no hacen nada particularmente bueno que pudi¨¦ramos echar en falta. Si los juzgamos teniendo en cuenta la dulce pero evocadora idea del ec¨®logo Charles Elton de que cada criatura de la Tierra tiene un lugar, del mismo modo que todos los pueblos tienen un elenco de personajes a los que les corresponde su sitio (carnicero, panadero, polic¨ªa), quedar¨ªa un cabo suelto: que los mosquitos carecen de un prop¨®sito especial. As¨ª que no los echar¨ªamos de menos, ?verdad?
Los amantes de los mosquitos discrepan
Podemos dividir los argumentos a favor de los mosquitos en dos categor¨ªas. El primero, que al ser tan numerosos se convierten en parte fundamental de la cadena alimenticia, sobre todo en las tundras ¨¢rticas, donde durante las pocas semanas de verano eclosiona una gran cantidad de mosquitos que sirven de alimento a las aves migratorias que llegan al norte a explotar esta riqueza.
Fang tambi¨¦n sugiere que las agresiones de mosquito pueden ser lo suficientemente feroces como para desviar las v¨ªas de migraci¨®n del carib¨² o reno, cuya total libertad tendr¨ªa consecuencias negativas tanto sobre el paisaje como los reba?os de pastoreo. En una relaci¨®n inusualmente exacta entre los mosquitos y sus depredadores, un estudio sobre los peque?os murci¨¦lagos del bosque Vespadelus vultuernus, en el este de Australia, revela una fuerte dependencia en adultos al mosquito Aedes vigilax. As¨ª que el hecho de que estos murci¨¦lagos los necesiten, puede ser un argumento para empezar a respetarlos.
Los mosquitos j¨®venes son importantes en cadenas alimenticias acu¨¢ticas, como presa de especies como el pez mosquito, la Gambusia affinis o en los diminutos charcos de agua estancada en las hojas de las plantas carn¨ªvoras, arbustos y copas de los ¨¢rboles. Una fauna muy reducida que habita esas hojas y ramas, como ranas venenosas y cangrejos, se alimenta de los cuerpos de larvas de mosquito que flotan en los charcos. Pero a pesar de las ranas venenosas y los murci¨¦lagos, que tienen su propio club de fans entre los ecologistas y amantes de la naturaleza, es poco probable influir en la mayor¨ªa de las personas para que se posicionen a favor de los mosquitos.
El segundo argumento es que los mosquitos prestan servicios ambientales, como la polinizaci¨®n que realiza el insecto adulto o la liberaci¨®n de nutrientes que sucede cuando sus cr¨ªas se alimentan de desechos org¨¢nicos. Pero aunque los mosquitos pueden actuar como polinizadores de plantas como las orqu¨ªdeas, no tienen el monopolio, no est¨¢n especialmente dise?ados para esta actividad y hay una gran cantidad de polinizadores que ocupar¨ªan su lugar.
Mientras que la reducci¨®n del n¨²mero de abejas es un ejemplo que ilustra c¨®mo dejar a un ecosistema en peligro, los mosquitos una incomprendida y poco estudiada parte m¨¢s del proceso de polinizaci¨®n en el que participan muchos jugadores.
Y siguen discrepando
Como el explorador portugu¨¦s Jo?o de Barras dijo de los tr¨®picos: "Dios ha puesto a un impresionante ¨¢ngel con una espada llameante de fiebres mortales [los mosquitos], que nos impide penetrar al interior de este jard¨ªn".?
As¨ª que no parece haber ninguna buena raz¨®n para defender su existencia. Es m¨¢s: destruirlos no solo nos abrir¨ªa el camino, sino que librar¨ªa a la humanidad de una terrible maldici¨®n. A excepci¨®n de algo...
Toda la sangre nutritiva y caliente estar¨ªa disponible. Y hay otros muchos bichitos por ah¨ª, como moscas negras y pulgas, que aguardan su momento para intervenir. Cuidado con lo que desea.
Mike Jeffries, profesor de Ecolog¨ªa de la Universidad de Northumbria, Newcastle
Este art¨ªculo fue publicado originalmente por The Conversation. Lea aqu¨ª el art¨ªculo original.
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