El significado de un simple ¡°ya¡±
La idea de Rajoy pareci¨® clara: aqu¨ª no se pasar¨¢ un caso de corrupci¨®n por alto, pero hasta ahora s¨ª que lo hab¨ªamos hecho
Mariano Rajoy se refer¨ªa el pasado 4 de febrero a la incesante corrupci¨®n que ha colocado al PP en un estado general de encausamiento; y proclam¨®: ¡°Esto se acab¨®, y aqu¨ª ya no se pasa por ninguna¡±.
La sintaxis de Rajoy se hace dif¨ªcil de descodificar a veces, y por eso unos peri¨®dicos titularon con la versi¨®n original (¡°aqu¨ª ya no se pasa por ninguna¡±), mientras que otros la intentaron arreglar (¡°aqu¨ª ya no se pasa ninguna¡±, sin la preposici¨®n). Lo cual no habr¨¢ impedido que muchos de quienes le escucharon pensasen que en realidad hab¨ªa querido decir ¡°aqu¨ª ya no se pasa una¡±.
Pero no nos detendremos en estas minucias gramaticales sino en la profunda carga sem¨¢ntica que adquiere en esa oraci¨®n el m¨¢s simple adverbio de tiempo: ¡°ya¡±. Dos letras que trazan una l¨ªnea clara para separar el presente y el pasado.
Se puede dudar de que la actitud del PP vaya a discurrir por ah¨ª (la inmunidad reforzada de Rita Barber¨¢ no presagia nada bueno)
No es lo mismo decir ¡°mi hermana no vive en aquella casa¡± que ¡°mi hermana ya no vive en aquella casa¡±. Con ambas oraciones se informa de que la hermana de quien habla no habita en ese domicilio, pero esta ¨²ltima aporta un dato adicional: antes s¨ª que resid¨ªa all¨ª.
Del mismo modo, la idea transmitida por Rajoy, quiz¨¢s sin quererlo, parece clara: aqu¨ª no se pasar¨¢ un caso de corrupci¨®n por alto, pero hasta ahora s¨ª que lo hab¨ªamos hecho.
La declaraci¨®n del presidente dec¨ªa: ¡°Todas las personas que han sido detenidas han sido suspendidas de militancia, que es la decisi¨®n m¨¢s fuerte que podemos adoptar en este momento. (¡) Y, queridas amigas y amigos [con esa construcci¨®n parece que s¨®lo son queridas las amigas], esto se acab¨® y aqu¨ª ya no se pasa por ninguna¡±.
Al decir que la suspensi¨®n de militancia es ¡°la decisi¨®n m¨¢s fuerte que se puede tomar¡±, Rajoy se refer¨ªa tal vez al ¨¢mbito sancionador. Porque hay otras para marcar la etapa inaugurada por ese ¡°ya¡±: mostrar inter¨¦s hacia los casos de corrupci¨®n y no aparentar distracci¨®n y distancia; llamar por sus nombres y sus cargos a esa ladronesca que creci¨® en el partido, y no con el ambiguo ¡°ese se?or¡± (o con el calificativo ¡°mentiroso¡± cuando el imputado implica a una dirigente); buscar en los archivos nuevas pruebas contra los perillanes, sin destruir discos duros ni dilatar los procesos con triqui?uelas; apartar a los que consintieron; no dar ¨¢nimos ni dirigir declaraciones de amor a los cantama?anas, no escudarse en las suciedades de otros para aparentar la limpieza propia.
Se puede dudar de que la actitud del PP vaya a discurrir por ah¨ª (la inmunidad reforzada de Rita Barber¨¢ no presagia nada bueno). Pero ahora s¨ª tenemos la certeza de que todo aquello que sucedi¨® antes de la frontera de ese ¡°ya¡± no se desconoc¨ªa, sino que se toleraba. Nunca un vocablo tan breve delat¨® una confesi¨®n involuntaria tan clara.
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