Explotaci¨®n sexual infantil o turismo responsable
El auge del negocio en Granada, Nicaragua, ha propiciado el aumento del n¨²mero de menores prostituidos y abusados
La ciudad de Granada es sin duda uno de los destinos tur¨ªsticos m¨¢s conocidos de Nicaragua. Los antiguos edificios de una de las primeras urbes fundadas por los espa?oles en tierra firme hace casi 500 a?os, sus pintorescos colores, su arquitectura colonial y el majestuoso lago Cocibolca atraen a m¨¢s de medio mill¨®n de visitantes al a?o. Pero este desarrollo viene de la mano de un notable y preocupante crecimiento de la prostituci¨®n sexual comercial. Una lacra social a¨²n m¨¢s acentuada por que la gran mayor¨ªa de las trabajadoras sexuales son menores de edad.
Segu?n la Federacio?n Coordinadora Nicaragu?ense de ONG que trabajan con la Nin?ez y la Adolescencia (Codeni), cerca de 20,000 nin?os, nin?as y adolescentes nicaragu?enses son vi?ctimas de explotacio?n sexual en alguna de sus manifestaciones como pedofilia, pornograf¨ªa, prostituci¨®n, turismo sexual o trata de menores. Sin embargo, es muy difi?cil cuantificar el n¨²mero exacto por el cara?cter encubierto de la actividad y la vinculacio?n a redes de intereses econo?micos, lo cual puede restringir la voluntad de ciertos sectores a combatir esta problema?tica.
Cuando cae la noche, la ciudad de Granada sigue manteniendo un ritmo trepidante. Los mercados y los comercios van cerrando pero los locales de ocio ya han abierto sus puertas. La ciudad a diario se viste de fiesta, sobre todo en una de las principales arterias tur¨ªsticas: La Calzada, donde la algarab¨ªa y el alboroto de los turistas se entremezclan con la m¨²sica de los bares, las canciones m¨¢s rom¨¢nticas de los mariachis que rondan a las parejas y los ofrecimientos de los vendedores y vendedoras ambulantes. A las ni?as se les conoce como chicleras porque llevan canastos con dulces que venden a los visitantes pero algunas, en realidad, ofrecen sus servicios sexuales. Son menores de 12 a 17 a?os de edad que suelen lucir ropa ajustada y un excesivo maquillaje para intentar ocultar su juventud. Es una buena tapadera para buscar alg¨²n encuentro sexual a cambio de unos d¨®lares y no llamar demasiado la atenci¨®n.
Rosa es una ni?a vivaracha y sonriente de 13 a?os, y a pesar de su maquillaje aparenta poco m¨¢s edad. Vende semillas de mara?¨®n a los turistas en la calle de la Calzada. Llega del barrio Solidaridad, a las afueras de Granada, acompa?ada de su hermano de 12 a?os y una hermana de ocho, que se dedican a ofrecer frutos secos en unas peque?as cestas de mimbre. Su madre les prepara las bolsas en varios tama?os y, si no venden lo suficiente, tendr¨¢n que irse a casa caminando de madrugada con castigo asegurado. Pero desde hace dos a?os cree que las cosas le van mejor desde que, por medio de una amiga un a?o mayor que ella, ha entrado en el negocio de la prostituci¨®n.¡°Tengo varios amigos que me cuidan cuando vienen a Granada, les hago compa?¨ªa y a cambio puedo llegar a casa en taxi y con plata suficiente. Mi hermano se queda cuidando a la peque?a durante unas horitas. No saben nada, les digo que voy a intentar vender por otra calle y al regreso me deshago de mis mara?ones para que nadie sospeche¡±, admite.
Cerca de 20,000 nin?os, nin?as y adolescentes nicaragu?enses son vi?ctimas de explotacio?n sexual en alguna de sus manifestaciones
Seg¨²n Karla Sequeira, coordinadora de la Asociaci¨®n-Comit¨¦ de la Ni?ez y la Familia (Aconifa), en la ciudad transitan a diario al menos 50 ni?as y ni?os en situaci¨®n de explotaci¨®n sexual comercial, la mayor¨ªa v¨ªctimas del turismo sexual practicado principalmente por extranjeros, aunque tambi¨¦n hay nacionales. Para Sequeira, Granada es un potencial destino para el turismo sexual infantil y urge retirar a los menores que permanecen en riesgo por las calles.
En un informe publicado por el Instituto de Estudios Estrat¨¦gicos y Pol¨ªticas P¨²blicas (IEEPP) Granada no solo atrae por su belleza colonial, el turismo sexual es una pra?ctica que se desarrolla a vista de las autoridades y de la poblacio?n en general.
¡°Existen nin?as y nin?os en las calles en situacio?n de riesgo, quienes son percibidos como ¡°objetos y mercanci?a¡±. Se tiende a culpar a la familia, principalmente a las madres que en algunos casos se prestan a explotar sexualmente a las hijas, dejando en la impunidad a los explotadores y demandantes sexuales¡±, indica el informe.
En el caso de Ninoska, una ni?a de 14 a?os, el entorno familiar ha sido el detonante para llegar a vivir en la calle. Su padre est¨¢ en la c¨¢rcel por trata de personas, y su madre lleg¨® a prostituirse porque lo que ganaba en su puesto de verduras del mercado era escaso por su afici¨®n al alcohol. Su hermana mayor se prostituye los fines de semana para pagarse los estudios. Ninoska creci¨® entre el maltrato: ¡°Desde que ten¨ªa unos siete a?os de edad mi mam¨¢ me enviaba a diario desde las cinco de la ma?ana al puestito, y despu¨¦s hasta las siete de la tarde a las calles a vender cigarrillos y chicles. No pod¨ªa regresar a casa si no vend¨ªa todo porque me pegaba. Un t¨ªo de mi pap¨¢ lleg¨® tambi¨¦n tomado y una vez me viol¨®. Me di¨® mucho asco pero tambi¨¦n mucha fuerza: le intent¨¦ machetear y nunca m¨¢s se me acerc¨®. A mi mam¨¢ siempre me la encontraba tomada y dormida. Yo aprovechaba para salir con algunos de los clientes de mi hermana y desde entonces soy la que lleva la comida a casa¡±.
Seg¨²n Unicef, el abuso de menores en el seno de la familia es un fen¨®meno com¨²n en los estratos m¨¢s desfavorecidos de Am¨¦rica Latina. En demasiados casos supone un camino directo a la prostituci¨®n. El 47% de las ni?as prostitutas en Centroam¨¦rica han sido v¨ªctimas de abusos sexuales y violaciones en sus hogares, y casi la mitad de ellas se inicia en la prostituci¨®n entre los 9 y los 13 a?os, asegura la agencia de las Naciones Unidas. En Nicaragua, el 68% de los abusos sexuales a menores es dentro del propio hogar.
A las ni?as se les conoce como chicleras porque llevan canastos con dulces que venden a los visitantes pero algunas, en realidad, ofrecen sus servicios sexuales
Adem¨¢s, el entorno contempla factores socioecon¨®micos y culturales como la pobreza, el desempleo, la falta de acceso a una educaci¨®n de calidad, la migraci¨®n, la desarticulaci¨®n familiar, la escasez de espacios de recreaci¨®n, la discriminaci¨®n o el machismo, factores que facilitan la existencia no solo de una demanda, sino de cierta tolerancia social ante la explotacio?n sexual comercial. Son muchos los menores en situacio?n o riesgo de que no cuentan con acceso a salud primaria y especializada ni atencio?n psicolo?gica o orientacio?n juri?dica y que, en general, se enfrentan a una evidente desinformacio?n sobre sus derechos.
Coralia Dom¨ªnguez es oficial especializada en la trata de personas de la polic¨ªa nacional en Granada. ¡°Fue en el 2010 cuando se cre¨® un protocolo de actuaci¨®n junto a instituciones gubernamentales y comisiones de la ni?ez para luchar contra esta lacra. Uno de los problemas que nos encontramos para detectar a los explotadores y a las menores que son v¨ªctimas es que a veces son las propias madres o familiares quienes las prostituyen y cuando son llevadas ante las autoridades, ambas se cubren y no denuncian el hecho¡±, apunta.
¡°En Granada la explotaci¨®n sexual infantil como actividad sexual remunerada se manifiesta principalmente como pornograf¨ªa infantil y turismo con fines sexuales¡±, asegura Karla Sequeira, Tambi¨¦n a?ade: ¡°En un sondeo realizado junto a Unicef se demostr¨® que esta ciudad se vend¨ªa como un destino de explotaci¨®n sexual¡±. Dato que confirma Coralia Dom¨ªnguez: ¡°De hecho, nos encontramos con un hotel que realizaba mensualmente un concurso de m¨ªster a chicos menores de edad. El que ganaba era el m¨¢s solicitado por los clientes. Se publicaba en internet y se subastaban al mejor postor. Sus fichas con fotos incluidas eran escandalosas. Figuraba su altura, peso, color de ojos y tama?o del pene. Fue cuando decidimos aunar fuerzas y junto a instituciones gubernamentales asumimos como factor de riesgo el turismo sin control alguno¡±.
Sequeira tambi¨¦n indica que un trabajo realizado por estudiantes de la Universidad Nacional Aut¨®noma de Nicaragua demostr¨® que varios hoteles se vieron implicados al permitir que menores de edad ingresaran a sus instalaciones con turistas a sostener relaciones sexuales. "Los propios turistas a la hora de realizar la reserva en el hotel, solicitaban a un chaval o chavala en el paquete de su estad¨ªa en el hotel, y claro, se les permit¨ªa. Muchos aqu¨ª pensaban que eso era lo normal¡±, apunta.
En abril de 2004, promovido por Unicef y diversas instituciones, como el Instituto Nicarag¨¹ense de Turismo (INTUR) o la C¨¢mara Nacional de Turismo (CANATUR), la Comisi¨®n Municipal de la Ni?ez y la Adolescencia de Granada, se present¨® una iniciativa para hacer frente a esta situaci¨®n. El resultado fue el Co?digo de Conducta para la Proteccio?n de Nin?as, Nin?os y Adolescentes contra la Explotacio?n Sexual Comercial en el Turismo, donde se suscriben asociaciones de agencias de viaje, de li?neas ae?reas, de restaurantes, de hoteles y otros cuerpos empresariales relacionados al sector. Los firmantes se comprometieron a adoptar poli?ticas internas para la prevenci¨®n y la lucha contra el turismo sexual y para el adecuado manejo de situaciones de esta naturaleza.
En la ciudad transitan a diario al menos 50 ni?as y ni?os en situaci¨®n de explotaci¨®n sexual comercial, la mayor¨ªa v¨ªctimas del turismo sexual
Desde la polic¨ªa tur¨ªstica tambi¨¦n se realizan operativos de atenci¨®n, prevenci¨®n y de actuaci¨®n. As¨ª, sensibilizan a los locales cuando consideran que pueda haber una irregularidad en alg¨²n adulto en compa?¨ªa de menores. Amaru Francisco Alfaro, jefe de este cuerpo, explica que el protocolo funciona. "Gracias a nuestros controles de prevenci¨®n sistem¨¢ticos y a la colaboraci¨®n de trabajadores del sector y de la ciudadan¨ªa hemos conseguido detener el ascenso de este tipo de delincuencia. Pero debemos seguir trabajando. Nuestro objetivo es extinguir esta lacra, labor dif¨ªcil, s¨ª, pero poniendo las cosas m¨¢s complicadas a los pederastas van a caer menos v¨ªctimas. De echo, hace dos a?os detuvimos a un conocido pederasta estadounidense gracias a la participaci¨®n popular, al FBI en un trabajo en conjunto con nosotros. Tambi¨¦n desmantelamos una banda de trata con adolescentes en Granada y Masaya, o la detenci¨®n de un productor de pornograf¨ªa infantil con el estudio situado en un reconocido hotel de la ciudad¡±, explica el capit¨¢n .
Xiomara D¨ªaz, empresaria hostelera de Granada, asegura que en el sector tur¨ªstico es muy frecuente que los turistas intenten ir con ni?as a cenar o a meterlas en el hotel. Su restaurante es un ejemplo en cuanto a responsabilidad social. Capacitan y sensibilizan al personal en turismo responsable, les dan las herramientas para poder reportar directamente a la polic¨ªa un comportamiento sospechoso o un caso de explotaci¨®n infantil. ¡°Sobre todo que los trabajadores no consideren que lo tienen que hacer como buena pr¨¢ctica en su empresa, sino con su comunidad¡±, indica.
En abril de 2015, Xiomara fund¨® UpNicaragua, ¡°un programa que apuesta por empoderar a ni?as y adolescentes de 13 a 18 a?os con el fin de romper el ciclo de la pobreza, el abuso y la explotaci¨®n adem¨¢s de darles la oportunidad de que sean part¨ªcipes socialmente como actores principales¡±. Esta iniciativa surgi¨® como resultado de la escasez de programas sociales de prevenci¨®n y de reinserci¨®n para un segmento de la poblaci¨®n que crec¨ªa de manera preocupante.
Entre diversos talleres, actividades culturales y de ocio hay uno que a las ni?as y adolescentes les apasiona: la elaboraci¨®n de joyer¨ªa con papel reciclado. Sus dise?os se venden en la tienda solidaria que la propia Xiomara tiene en su negocio ¡°Les ense?amos una herramienta de trabajo que nos permite recaudar fondos para que nuestro proyecto sea auto sostenible y para darles una aportaci¨®n a las chicas gener¨¢ndoles, adem¨¢s, un compromiso y un notable aumento en su autoestima¡±.
Karla Sequeira exige que la explotaci¨®n sexual comercial de adolescentes y ni?os no se vea como un trabajo m¨¢s, sino como un delito, por lo que es un error haberlo establecido de esta manera en el convenio con el Programa Internacional para la Erradicaci¨®n del Trabajo Infantil de la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT).
Asegura que actualmente desde Aconifa y la Comisi¨®n Municipal de la Ni?ez y la Adolescencia de Granada est¨¢ atendiendo a una veintena de ni?as que han sido v¨ªctimas de explotaci¨®n sexual comercial, pero que uno de los problemas es que no tienen claro cuantas m¨¢s pueden estar bajo ese acto criminal. ¡°?A qui¨¦nes vas a cuantificar? ?Solamente a las que vemos p¨²blicamente? No, porque tambi¨¦n hay otras que son v¨ªctimas del proxenetismo, de abusos sexuales en su propio hogar, otras que las han casado con sus violadores, las que se dan por desaparecidas...estas ni?as no andan en las calles¡±, concluye.
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