Sospechosa

Una vez me acost¨¦ con un hombre que, de joven, hab¨ªa robado est¨¦reos de autos. Aviso por si en el futuro aparezco muerta y, en vez de investigar las causas, las autoridades se abocan a hurgar en mis nexos con el delito. Eso es lo que sucedi¨® con la periodista Anabel Flores, que el 8 de febrero fue secuestrada en Orizaba, Veracruz, y cuyo cad¨¢ver apareci¨® un d¨ªa despu¨¦s. Originaria de un Estado donde ya hay 17 reporteros muertos bajo el mandato del mismo gobernador, la primera reacci¨®n de la fiscal¨ªa fue se?alarla como sospechosa: comunic¨® que investigar¨ªan sus v¨ªnculos porque en 2014 fue vista con El Pantera, hombre de posibles nexos con el delito. Uno de los peri¨®dicos en los que Flores cubr¨ªa noticias policiales, El Buen Tono, public¨®: ¡°Desde septiembre de 2014, Anabel Flores fue separada de su cargo (...) al constatarse que su nivel de vida no correspond¨ªa con el sueldo que percib¨ªa¡±. Otro, El Sol de Orizaba, aclar¨® que era colaboradora freelance(como quien dice ¡°no tenemos nada que ver¡±). Yo estaba en Acapulco el 17 de octubre de 2014, cuando padres y compa?eros de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala el mes anterior organizaron una marcha hacia esa ciudad. La Subsecretar¨ªa de Protecci¨®n Civil recomendaba alejarse de las ventanas, revisar salidas de emergencia: cuidarse de los v¨¢ndalos. La gente, en la calle, dec¨ªa: ¡°?Que vayan a protestar a Iguala!¡±, y ¡°No eran estudiantes, eran militantes¡±. Como si ser masacrado en Iguala no fuera un problema nacional y ser militante justificara el amasijo. Transformar a la v¨ªctima en el mejor sospechoso es todo un m¨¦todo. Ma?ana Anabel Flores ser¨¢ olvido. Pero un Gobierno que fomenta la idea de que los peores enemigos son las v¨ªctimas, y que comete la perversi¨®n de convencer de eso a sus ciudadanos, ya perdi¨® todas las batallas. Las grandes, las chicas, las justas y las injustas: todas.

?