Tres viajes al pasado a lomos del ADN prehist¨®rico
Un armadillo gigante, caballos de hace casi un mill¨®n de a?os o una misteriosa especie humana son algunos de los hitos recientes de la arqueolog¨ªa gen¨¦tica
Desde que a mediados de los ochenta Svante P??bo comenz¨® a recuperar el ADN de seres vivos muertos hace miles de a?os, los cient¨ªficos han logrado recuperar material gen¨¦tico de un gran n¨²mero de animales extintos. Esta tecnolog¨ªa, construida con tremendas cantidades de ingenio y trabajo meticuloso, se ha convertido en una m¨¢quina del tiempo para viajar al pasado. La pasada semana se anunciaba la secuencia mitocondrial de unos parientes inmensos del armadillo, pero es solo el ¨²ltimo hito de una ciencia muy reciente que est¨¢ ofreciendo resultados sorprendentes.
1. Un armadillo de dos toneladas
Hace unos d¨ªas se publicaba en la revista Current Biology el genoma mitocondrial del ¨²ltimo monstruo prehist¨®rico, el gliptodonte, una versi¨®n gigantesca del armadillo que vivi¨® en lo que ahora es Sudam¨¦rica hasta hace unos 10.000 a?os. El an¨¢lisis del ADN extra¨ªdo de caparazones de 12.000 a?os de antig¨¹edad de estos animales ha certificado su v¨ªnculo familiar con los armadillos modernos y ha mostrado una sorprendente trayectoria evolutiva. El ¨²ltimo pariente com¨²n de los gliptodontes y los armadillos actuales pesaba solo 6 kilos. Despu¨¦s de su separaci¨®n, los gliptodontes fueron aumentando de tama?o hasta alcanzar las dos toneladas.
¡°Este asombroso aumento de tama?o es, probablemente, la consecuencia de su dieta herb¨ªvora (ninguno de los armadillos modernos lo es). En los mam¨ªferos, los herb¨ªvoros desarrollan grandes cuerpos como estrategia contra los depredadores¡±, explica Fr¨¦d¨¦ric Delsuc, investigador del CNRS franc¨¦s y uno de los autores del trabajo. ¡°Combinado con su grueso caparaz¨®n huesudo y su cola con p¨²as, contaba con una protecci¨®n eficiente contra los depredadores como los gatos de dientes de sable o las aves del terror¡±, a?ade. Sin embargo, es posible que no estuviese tan bien preparado para otro tipo de depredador. ¡°Es probable que los primeros amerindios encontrasen a los gliptodontes, pero si contribuyeron significativamente a su extinci¨®n, es a¨²n cuesti¨®n de debate¡±, apunta el investigador.
2. El ADN m¨¢s antiguo jam¨¢s secuenciado
A finales del a?o pasado, se anunci¨® la secuenciaci¨®n de ADN humano de 430.000 a?os procedente de los yacimientos de Atapuerca. Este es el record hasta ahora para nuestra especie, pero los cient¨ªficos han logrado viajar a¨²n m¨¢s lejos en el pasado. En un estudio que publicado en Nature en 2013, se explicaba c¨®mo se hab¨ªa logrado secuenciar el genoma encontrado en el hueso de la pata de un caballo prehist¨®rico que hab¨ªa vivido hace m¨¢s de 700.000 a?os.
Aquel ADN se hab¨ªa conservado en unas condiciones especialmente favorables, en el permafrost canadiense, pero como recordaba Hendrik Poinar, investigador de la Universidad McMaster en Ontario y uno de los autores de la secuencia mitocondrial del gliptodonte, ser¨¢ posible recuperar material incluso m¨¢s antiguo. Sin embargo, el material gen¨¦tico tiene l¨ªmites y parece que habr¨¢ animales, como los tiranosaurios, que nunca se podr¨¢n secuenciar.
Un estudio publicado en 2012 y que analiz¨® f¨®siles encontrados en Nueva Zelanda calcul¨® el ritmo de degradaci¨®n del ADN dentro del hueso. Contando con una temperatura ideal de conservaci¨®n de cinco grados bajo cero, algo que rara vez se va a encontrar, en 6,8 millones de a?os, todos los enlaces del genoma habr¨ªan quedado destruidos. El ADN, no obstante, habr¨ªa dejado de ser legible mucho antes, 1,5 millones de a?os despu¨¦s de la muerte del animal, porque a partir de ese momento los trozos supervivientes ser¨ªan demasiado cortos para poder obtener de ellos ninguna informaci¨®n.
3. Una especie descubierta solo por su genoma
La secuencia de genomas humanos ha sido la que m¨¢s inter¨¦s ha despertado. Gracias al ADN recuperado de f¨®siles de neandertales, hemos podido saber que tuvimos sexo con ellos hace m¨¢s de 100.000 a?os y que ese tipo de relaciones continuaron durante decenas de miles de a?os.
Pero adem¨¢s de conocer los escarceos amorosos y sexuales de nuestros antepasados m¨¢s remotos, el ADN antiguo ha logrado un hito dif¨ªcil de imaginar hace poco m¨¢s de una d¨¦cada. En 2010, un equipo de investigadores liderado por Svante Paabo y Johannes Krause recuper¨® material gen¨¦tico del dedo me?ique de un hom¨ªnido que vivi¨® algo menos en la cueva de Denisova, en Siberia. Con la informaci¨®n que obtuvieron fue posible describir por primera vez una especie humana a partir del ADN y pese a que la escasez de f¨®siles imped¨ªa saber qu¨¦ aspecto pudieron tener aquellos individuos.
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