Jefferson, pol¨ªtico y constructor
El tercer presidente de Estados Unidos tambi¨¦n firm¨® varios proyectos arquitect¨®nicos. Su obra estuvo influenciada por Andrea Palladio
Estamos acostumbrados a que sean los mandatarios los que encarguen, con mayor o menor acierto, la construcci¨®n de obras p¨²blicas. Pero, ?qu¨¦ pasa cuando pol¨ªtico y constructor son la misma persona? Pues que las ideas del primero pueden determinar el modelo de naci¨®n que edifica el segundo. Es el caso de Thomas Jefferson (1743-1826), tercer presidente de Estados Unidos.
Entre los dise?os presentados en el concurso para la construcci¨®n de la Casa Blanca que convoc¨® George Washington en 1792, destacaba un boceto an¨®nimo que los historiadores atribuyen a Jefferson, el mismo que una d¨¦cada despu¨¦s ocupar¨ªa la residencia presidencial. En aquel momento, el principal autor de la Declaraci¨®n de Independencia ya hab¨ªa debutado como arquitecto amateur con la construcci¨®n de su casa y del capitolio del Estado de Virginia. Aquel dise?o sin nombre se parec¨ªa bastante a Villa Rotonda, un palacete renacentista dise?ado dos siglos antes por Andrea Palladio. Destacaba la fachada, inspirada en los p¨®rticos romanos, y una enorme c¨²pula. Pero el premio se lo llev¨® otro proyecto, tambi¨¦n de estilo neocl¨¢sico. Eso s¨ª, cuando el pol¨ªtico se instal¨® en la magna casa a?adi¨® dos columnatas en los lados este y oeste para ocultar espacios como la lavander¨ªa y los establos. Esas columnas conectan las famosas alas este y oeste de la Casa Blanca.
La idea de imitar una villa romana se qued¨® entonces en un mero dibujo cuya copia se puede ver hoy en la muestra Jefferson y Palladio: C¨®mo construir un nuevo mundo, que acoge el Museo Palladio en la ciudad italiana de Vicenza hasta el 28 de marzo. La exposici¨®n, que explica la influencia renacentista en Jefferson, se enmarca en una serie de muestras sobre los gobernantes que tomaron al artista de Padua como referente para la arquitectura de su pa¨ªs, explica Guido Beltramini, comisario de la exposici¨®n.
El estadounidense conoci¨® la obra del italiano a trav¨¦s de las p¨¢ginas de Los cuatro libros de la arquitectura, en el que Palladio detallaba c¨®mo hab¨ªa proyectado las villas cl¨¢sicas del V¨¦neto. El ensayo se convirti¨® en todo un best seller en el Siglo de las Luces. ¡°No se entiende el neoclasicismo europeo sin su influencia. Sobre todo en Inglaterra¡±, se?ala Jos¨¦ Ram¨®n Soraluce, catedr¨¢tico de Arquitectura de la Universidad de A Coru?a. El joven Jefferson, fascinado con aquellos palacios, copi¨® el modelo y levant¨® la villa de Monticello en la ciudad de Charlottesville (Virginia). All¨ª crecieron generaciones de esclavos como la mulata Sally Hemings, con la que el pol¨ªtico vivi¨® un largo romance despu¨¦s de enviudar. El mismo Jefferson que defend¨ªa la igualdad de todos los hombres en la Declaraci¨®n de Independencia, nunca reconoci¨® su relaci¨®n con aquella mulata. ¡°Fue un pol¨ªtico contradictorio, pero era muy consciente de la importancia del simbolismo de la arquitectura en la construcci¨®n del nuevo pa¨ªs¡±, sostiene Fernando Mar¨ªas, catedr¨¢tico de Historia del Arte de la Universidad Aut¨®noma de Madrid.
Durante los a?os en los que hizo carrera pol¨ªtica en Washington, dej¨® apartado el dise?o. Pero cuando finaliz¨® su segundo mandato presidencial, volvi¨® a sentir la llamada del ladrillo. Esta vez construir¨ªa una universidad en Virginia para que los j¨®venes de su Estado no tuvieran que trasladarse a Harvard o a Yale. ¡°El campus tiene como vivienda central otra r¨¦plica de Villa Rotonda flanqueada por una decena de pabellones para profesores y alumnos¡±, detalla Bruce Boucher, director del museo del centro universitario. Jefferson qued¨® tan satisfecho que quiso que sus compatriotas le recordaran, entre otras cosas, por haber sido el padre de esta universidad, como reza en la l¨¢pida que descansa sobre la hierba de su casa de Monticello.
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