Moscas con alas de hada que superan a las creadas por la madre naturaleza
Investigadores fabrican moscas con alas de fantas¨ªa que no existen de forma natural y que las hacen m¨¢s ¨¢giles
Cualquiera que haya intentado cazar una mosca en el aire se habr¨¢ hecho una idea de la endemoniada velocidad que muestran estos insectos no solo para volar, sino tambi¨¦n para driblar, quebrar su trayectoria en direcciones impredecibles y escapar de la frustrada mano de su captor. El ¨²nico consuelo es, tal vez, que el insecto lleva millones de a?os perfeccionando su vuelo por la fuerza paciente y tenaz de la selecci¨®n natural ¨Cla mosca cazada no pone huevos¡ª y que ese proceso ha optimizado sus alas para escapar de cualquier predador. A partir de hoy habr¨¢ que buscarse otro consuelo.
Richard Bomphrey y sus colegas del laboratorio de estructura y movimiento de la Universidad de Londres han mostrado, mediante la modificaci¨®n artificial de la forma de las alas de la mosca, que hay alas de dise?o que mejoran de manera n¨ªtida a las creadas por la madre naturaleza. Manipulando con tecnolog¨ªa punta las pautas de activaci¨®n de un solo gen que regula la forma de las alas (no la mosca com¨²n, sino la del vinagre, Drosophila melanogaster), han logrado construir en pocos d¨ªas unas moscas m¨¢s ¨¢giles que las silvestres. ?Tantos millones de a?os de evoluci¨®n para esto?
Bomphrey y sus colegas son m¨¢s cuidadosos en su interpretaci¨®n. En el trabajo que publican en Nature Communications subrayan que las variaciones naturales en la forma de las alas pueden conferir otro tipo de ventajas aparte de la agilidad de vuelo, como por ejemplo la de atraer a posibles parejas, o la necesidad de economizar energ¨ªa, y que la soluci¨®n que ha encontrado la naturaleza representa un equilibrio entre todas ellas.
Seg¨²n esto, las moscas sobre-naturales de los investigadores londinenses ser¨¢n todo lo r¨¢pidas que quieran, pero fracasar¨ªan en la naturaleza por feas, o por otros rasgos indeseables. Por el momento no han podido someter a prueba esta hip¨®tesis.
El gen que ha manipulado los cient¨ªficos, no hay que olvidarlo, es obra de la madre naturaleza: se llama narrow (estrecho) y, como su nombre indica, sus mutaciones convencionales causan por s¨ª mismas un estrechamiento de las alas. Pero las t¨¦cnicas para manipular su actividad que han usado Bomphrey y su equipo son demasiado sofisticadas, en principio, para estar al alcance de la naturaleza. Las formas de las alas que han generado son genuinamente nuevas, por as¨ª decir, o genuinamente artificiales.
Las moscas sobre-naturales de los investigadores londinenses ser¨¢n todo lo r¨¢pidas que quieran, pero fracasar¨ªan en la naturaleza por feas, o por otros rasgos indeseables
¡°Esto es un ejemplo cl¨¢sico de compensaci¨®n en la naturaleza¡±, explica Bomphrey. ¡°Los dise?os generados por la evoluci¨®n son siempre un compromiso entre distintos objetivos: en este caso, la agilidad frente a la econom¨ªa; a menudo ocurre lo mismo con el dise?o de nuestros veh¨ªculos: ?quieres m¨¢s velocidad o m¨¢s kil¨®metros por litro de gasolina?¡±
¡°No solo hemos alterado la forma del ala de manera no invasiva¡±, a?ade el primer autor del trabajo, Robert Ray, ¡°sino que hemos generado formas que son evolutivamente accesibles al organismo ¨Cnuestra t¨¦cnica genera formas de ala que podr¨ªan surgir por selecci¨®n natural¡ª, lo que hace nuestro enfoque una t¨¦cnica nueva y poderosa para investigar la interacci¨®n entre forma y funci¨®n¡±.
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