Photoshop: d¨¦jame las arrugas, pero qu¨ªtame la papada
?Por qu¨¦ est¨¢ mal afinar la figura pero nadie se queja por una luz tramposa o pesta?as de pl¨¢stico? Sobre arte, belleza y realidad
Piense en Las Meninas, de Diego Vel¨¢zquez, obra maestra del siglo de oro espa?ol. El cuadro fue pintado en 1656, como se?ala el tratadista Antonio Palomino en su libro El museo pict¨®rico y escala ¨®ptica (1724). Sin embargo, el pintor sevillano luce en el pecho la Cruz de la Orden de Santiago, honor que le fue concedido en 1659. Dicho de otra manera: a?os despu¨¦s, el artista (u otra mano pict¨®rica, entre las que se baraja hasta la del mism¨ªsimo rey Felipe IV) no tuvo ning¨²n reparo en photoshopear el cuadro para que las generaciones venideras le contemplaran en plena gloria. Ahora piense en La Piedad de Miguel ?ngel: una Virgen Mar¨ªa con rostro casi adolescente sostiene el cuerpo sin vida de su hijo. Si Cristo muri¨® a los 33 a?os, tal como se desprende de los Evangelios, su madre, en una era preb¨®tox y preliftings, deber¨ªa tener el rostro de una se?ora cincuentona, castigado por el abrasador sol de Judea. En el fresco La Virgen del Parto, el pintor renacentista italiano Piero della Francesca plasma a Santa Mar¨ªa, a pocos d¨ªas de dar a luz, con una encomiable cintura y con el rostro y las manos carentes de la hinchaz¨®n habitual en la recta final del embarazo.
"Las estatuas de los emperadores romanos los mostraban gloriosos y musculados, aunque muchos historiadores sostengan que eran menos agraciados" (D¨ªez Garde, comisario de exposiciones)
?Banalidad? En absoluto. Desde que el mundo es mundo, el arte ha buscado dar un enfoque bello a la vida. Y, en m¨¢s de una ocasi¨®n, se ha concedido licencias en aras de la perfecci¨®n. ¡°La contemplaci¨®n del arte proporciona un modo de escapar del dolor existente en el mundo¡±, afirmaba el fil¨®sofo Arthur Schopenhauer en el libro El mundo como voluntad y representaci¨®n (1818). Y aunque algunos maestros de la pintura, entre los que se encuentran el espa?ol Goya o el brit¨¢nico William Hogarth, hayan retratado lo m¨¢s abyecto del ser humano con toda su crudeza, en la historia de las artes humanas abundan los ejemplos de realidades dulcificadas. ¡°Las estatuas de los emperadores romanos los mostraban gloriosos, musculados y con arreglo a los c¨¢nones est¨¦ticos del momento, aunque muchos historiadores sostengan que eran bastante menos agraciados f¨ªsicamente. Y lo mismo pasaba con los retratos de reyes de las cortes europeas, la diferencia es que entonces no hab¨ªa modo de conocer de verdad c¨®mo era el monarca y ahora s¨ª sabemos c¨®mo son los famosos porque les hemos visto saliendo del gimnasio y sin maquillaje. Y, sobre todo, porque existen redes sociales donde comparar opiniones, manifestar nuestra indignaci¨®n y encontrar a otros que piensan como nosotros¡±, explica Jos¨¦ Luis D¨ªez Garde, comisario de exposiciones. ¡°El matiz estriba en que hace siglos se manipulaba la imagen para lanzar un mensaje desde el poder y ahora se hace por meros motivos est¨¦ticos. Pero el resultado es id¨¦ntico¡±, concluye.
La ¨²ltima en clamar al respecto ha sido la actriz Lena Dunham con motivo de su foto de portada en Tentaciones (aunque luego haya tenido que rectificar, porque tal manipulaci¨®n nunca existi¨® -al menos, por parte de los responsable de la revista). ?Pero y si hubiera sido cierto? Los profesionales del gremio se defienden: ¡°Siempre se acusa al retocador de alterar la realidad. Pero antes de ¨¦l, sobre esa celebridad ya ha actuado un maquillador que le ha quitado ojeras y le ha puesto pesta?as postizas, un peluquero que le ha colocado extensiones para lograr un melen¨®n espectacular que nada tiene que ver con la coleta que tra¨ªa de casa, una estilista que ha cambiado su aspecto en vaqueros por una imagen ultra sexy, a veces usando fajas que apenas dejan respirar¡ Eso sin contar con el trabajo previo que hayan hecho esteticistas, odont¨®logos o m¨¦dicos est¨¦ticos. La elecci¨®n de la iluminaci¨®n y la localizaci¨®n tambi¨¦n ayuda a crear una fantas¨ªa. ?Y luego el que altera la imagen es el encargado del Photoshop?", se pregunta Paco Llata, jefe de fotograf¨ªa de la revista Tiempo. ¡°No es ¨¦tico manipular una fotograf¨ªa de actualidad, pero cuando se trata de belleza siempre se tiende a mejorar. De hecho, en el 99% de los casos son los propios modelos los que exigen la correcci¨®n. El problema es que hay profesionales poco sutiles a los que se les va la mano con la herramienta licuar -utilizado para estilizar la figura- y pierden la perspectiva de la realidad".
Los artistas quieren que les dejen guapos
?Hasta d¨®nde se puede arreglar una foto? ?Hay un manual de deontolog¨ªa al respecto o se aplica un doble rasero donde no importa tocar ciertas partes de la anatom¨ªa, pero hacer lo propio con otras es intolerable? ¡°Es cierto que, por lo general, nadie se da cuenta si eliminamos las venas de los ojos o el vello de los brazos, pero s¨ª ven cuando un muslo ha quedado demasiado delgado¡±, comenta Alberto Yag¨¹e, director de Studio Yag¨¹e, uno de los laboratorios fotogr¨¢ficos que m¨¢s trabaja con las publicaciones espa?olas. ¡°Lo malo es que como se ha abusado tanto del licuado, ahora hay una reacci¨®n y la gente quiere volver a ver cuerpos reales¡±. Pero en esto tampoco somos pioneros: ¡°El fara¨®n Akenat¨®n rompi¨® con los criterios est¨¦ticos del Antiguo Egipto imponiendo un realismo que romp¨ªa con el hieratismo anterior y esta revoluci¨®n dur¨® lo mismo que su reinado. En ese sentido, tampoco creo que funcionaran las revistas de moda o belleza que usaran siempre im¨¢genes sin modificar. Se vender¨ªa el primer ejemplar, por curiosidad, pero luego decaer¨ªan¡±, apunta D¨ªez Garde.
Los fot¨®grafos coinciden en que los modelos siempre intentan trabajar con un equipo que los deje bien. ¡°Dan por hecho que habr¨¢ modificaci¨®n. Pero es que, adem¨¢s, en la propia sesi¨®n fotogr¨¢fica, al decirle ¡®saca culete, mete tripa o pon el brazo as¨ª o de aquella manera' estamos modificando la percepci¨®n ¨®ptica de su anatom¨ªa. Y viajando en el tiempo, encontramos a Sara Montiel, que exig¨ªa que se pusiera una media en la c¨¢mara para tamizar los primeros planos. Era un licuado pre-digital", recuerda el fot¨®grafo de famosos Alberto Bern¨¢rdez. ¡°El problema de nuestra sociedad es la inmadurez. Adoramos la perfecci¨®n idealizada de la juventud y nos aterran los cambios asociados a la vejez. Pero no solo es cosa de modelos y famosos, a muchos roqueros aguerridos las arrugas no les incomodan: son un signo de muchas noches de juerga vividas, sin embargo, les espanta que les saquen papada. Ah¨ª toca jugar con las luces, la pose y, finalmente, el retoque¡±, apostilla el fot¨®grafo Alfredo Arias.
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