Una profesora de Harvard a las mujeres trabajadoras: "Colocaos como hombres"
Amy Cuddy observa en sus estudiantes que ellos se apropian m¨¢s del espacio, con un efecto directo en la testosterona y sensaci¨®n de confianza
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Si vamos a preparar una entrevista de trabajo, nuestra primera ponencia en las pr¨®ximas jornadas organizadas por la empresa o la conversaci¨®n que pondr¨¢ fin a una relaci¨®n de pareja, solemos concentrarnos exclusivamente en qu¨¦ vamos a decir: las palabras qu¨¦ escogeremos y el tono con en el que las vamos a pronunciar. Y todo, con el fin construir el mensaje perfecto que llegue al receptor tal y como se gest¨® en nuestra cabeza. Sin embargo, olvidamos por completo una parte sustancial de la comunicaci¨®n: el lenguaje no verbal. Esto, lejos de ser un simple desliz, se acerca a la categor¨ªa de grave error. Pues si atendemos a la voz de los expertos en este asunto, como la del psic¨®logo alem¨¢n Albert Mehrabian, conoceremos teor¨ªas como su Regla 7-38-55, seg¨²n la cual solo el 7% de lo que le llega a nuestro interlocutor proviene de las palabras, el 38% tiene origen en la voz y el tono que empleamos y el 55% restante es achacable a lo que no decimos, es decir, al lenguaje no verbal. Eso s¨ª, el propio Mehrabian matiza que esta norma solo es aplicable en conversaciones en las que las emociones y los sentimientos tienen un papel destacado.
Amy Cuddy, psic¨®loga social, profesora en Harvard Business School (escuela de negocios de la Universidad de Harvard) y conocida en todo el mundo desde que en 2012 particip¨® en las TED Talks (conferencias de la fundaci¨®n Sapling ideadas para construir un mundo mejor) con la charla Power poses (Posturas de poder), aseguraba en su intervenci¨®n que el lenguaje corporal no solo influye en c¨®mo nos ven los dem¨¢s, sino que tambi¨¦n (y esto es lo m¨¢s interesante), puede cambiar la visi¨®n que tenemos de nosotros mismos a trav¨¦s de la pr¨¢ctica reiterada de ciertas poses que Cuddy llama "posturas de poder".
Pero, ?cu¨¢les son estos gestos capaces de influir en nuestra autopercepci¨®n? A trav¨¦s de su experiencia docente, la psic¨®loga dice haberlas detectado entre sus alumnos varones. La profesora describe c¨®mo los chicos entran en el aula llenando el espacio sin complejos, levantan la mano con seguridad y participan en los debates activamente. Por el contrario, muchas de las estudiantes parec¨ªan hacerse peque?as desde el mismo instante en que entraban en clase, "adoptando posiciones de debilidad".
A partir de esta observaci¨®n y de los resultados de un experimento llevado a cabo entre los alumnos, Cuddy demuestra c¨®mo la ejecuci¨®n de posturas que transmiten confianza, a pesar de que nosotros nos sintamos inseguros, puede alterar los niveles cerebrales de testosterona (hormona de la dominaci¨®n) y el cortisol (hormona del estr¨¦s), elevando la primera y reduciendo la segunda.
De modo que, teniendo en cuenta las premisas de la experta, es posible deducir que fingir seguridad a trav¨¦s del lenguaje corporal nos convierte en individuos con la testosterona elevada y el cortisol bajo, es decir, personas poderosas capaces de emprender grandes proyectos manteniendo a raya el estr¨¦s. Y en esto los hombres, seg¨²n la profesora, sacan partido a las mujeres.
Tres a?os despu¨¦s, en diciembre de 2015, la psic¨®loga social desarroll¨® ampliamente esta teor¨ªa en su libro Presence, en el que reitera la idea de que si las f¨¦minas emularan el modo en que los varones se mueven, hablan o se sientan, sus niveles de testosterona aumentar¨ªan en un 20%. Y eso, ?en qu¨¦ se les afectar¨ªa? "En primer lugar, se producir¨ªa un aumento instant¨¢neo de la autoestima, que conducir¨ªa a una mejora sustancial de la imagen que los dem¨¢s recibir¨ªan de ellas y, en ¨²ltima instancia, alcanzar¨ªan con mayor facilidad el ¨¦xito, fuera este del tipo que fuera".
G?NESE UNA OVACI?N SIN ABRIR LA BOCA
Si el pr¨®ximo reto que tiene por delante consiste en enfrentarse a un auditorio con m¨¢s de cien personas, con sus miradas clavadas en usted y dispuestas a no pon¨¦rselo f¨¢cil, sepa que es posible arrancarles un gran aplauso sin necesidad de abrir la boca. La psic¨®loga Alicia Martosm, de la Fundaci¨®n Behavior&Law, apunta algunas claves para que convencer sin palabras al p¨²blico m¨¢s hostil.
- Mant¨¦ngase erguido.
- Pasee la mirada constantemente entre la gente para conectar y captar su atenci¨®n.
- Mueva los brazos y las manos para ilustrar el mensaje. Este gesto transmite credibilidad.
- Separe las piernas. No se balancee y mantenga una distancia de unos 20 cent¨ªmetros entre los pies.
Esta teor¨ªa, expuesta por Cuddy y que relaciona el lenguaje no verbal masculino, las posturas poderosas, el aumento de testosterona, la disminuci¨®n de cortisol, el fortalecimiento de la autoestima y el ¨¦xito social y personal, es compartida aunque con reservas por Alicia Martos, psic¨®loga de la Fundaci¨®n Behavior&Law: "Por supuesto, estoy de acuerdo en que nuestra gestualidad y posturas env¨ªan mensajes a nuestro cerebro. Sin embargo, difiero en la visi¨®n meramente reduccionista que hace Cuddy del g¨¦nero en referencia al lenguaje corporal. En mi opini¨®n, un hombre tambi¨¦n puede tener interiorizados patrones gestuales de debilidad. De hecho, creo que tanto hombres como mujeres deben empoderar su lenguaje corporal para transmitir a su cerebro que nos sentimos en¨¦rgicos. De este modo, nuestro cuerpo ser¨ªa capaz de modificar la mente".
?Por qu¨¦ ellas juegan con su pelo?
Seg¨²n Martos, hombres y mujeres utilizan el mismo lenguaje no verbal, aunque tambi¨¦n admite que "es posible apreciar una tendencia espec¨ªfica de gestos en cada caso". En este sentido, la psic¨®loga considera que "mientras las mujeres se abrazan y besan m¨¢s, los hombres suelen limitarse a un apret¨®n de manos". Adem¨¢s, "ellas emplean m¨¢s gestos relacionados con la escucha activa, como verbalizar expresiones de inter¨¦s o mostrar asentimiento o desaprobaci¨®n con la cabeza", a?ade.
?Y por qu¨¦ las mujeres se besan y los hombres se dan la mano? "El origen de los gestos masculinos y femeninos tiene ra¨ªces fundamentalmente culturales, aunque tambi¨¦n hay razones determinadas por la fisonom¨ªa". Teniendo en cuenta que es muy habitual que una mujer luzca una larga y bella melena, no es extra?o que juguetee con un mech¨®n de su cabello mientras conversa. Ahora bien, ?qu¨¦ hay detr¨¢s de ese inocente entretenimiento capilar? La interpretaci¨®n que se desprende de este gesto puede ir desde el simple aburrimiento, a una man¨ªa con origen en la infancia, "pasando por una falta de inter¨¦s total por lo que le rodea, incluido el que le habla".
Una cosa es que usted se aburra y lo demuestre atus¨¢ndose los rizos, y otra muy distinta que sea el que se convierta en fuente de aburrimiento o falta de inter¨¦s. Para evitarlo, mueva las manos con energ¨ªa y desparpajo, tenga la espalda inclinada hacia delante y col¨®quese el pelo detr¨¢s de las orejas, seg¨²n Martos. En el extremo opuesto, lo que vendr¨ªa a ser los premios Razzies en el ¨¢mbito de la comunicaci¨®n no verbal, la experta entregar¨ªa a los galardones a: morderse los labios, cruzar los brazos delante del pecho y rascarse la nariz. Entre los grandes comunicadores no verbales, la experta se?ala al presidente de Argentina Mauricio Macri, Barack Obama, la activista venezolana Lilian Tintori y Oprah Winfrey.
Elija el modelo que elija y dejando a un lado la cuesti¨®n de si la comunicaci¨®n no verbal viste falda o pantal¨®n, la psic¨®loga asegura que "si uno cree en lo que est¨¢ diciendo, su lenguaje corporal fluir¨¢ naturalmente con la palabra y transmitir¨¢ seguridad. El problema surge cuando forzamos nuestra corporalidad con la intenci¨®n de mejorar la eficacia del mensaje. En ese momento, aparecen las incongruencias, nuestro cuerpo contradice el discurso y solo conseguimos expresar falta de honestidad".
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