La elegancia de los complementos

El malet¨ªn marr¨®n que cuelga de la mano izquierda de Rato, junto al negro, no lleva nada dentro. Esa ma?ana, el exministro estrella de Aznar ten¨ªa que declarar ante el juez y ya a punto de salir de casa, al echarse un vistazo en el espejo del recibidor, se dio cuenta de que se hab¨ªa puesto por error un cintur¨®n claro y unos zapatos negros. O se cambiaba de cintur¨®n o se cambiaba de zapatos. Pero se le hac¨ªa tarde para llegar con una hora de adelanto (por si los accionistas de Bankia) al juzgado, y en ese instante se le apareci¨® la cartera que combinaba con la correa. Asunto arreglado.

De todos modos, cogi¨® asimismo la cartera negra, que tambi¨¦n est¨¢ vac¨ªa, pero que combina con los zapatos. Lo de las carteras vac¨ªas es una hip¨®tesis basada en el hecho de que Rato siempre procura no llevar encima nada que le comprometa. Para eso cuenta con la fiel Teresa Arellano, su secretaria de siempre, pobre.

¨CTeresita, te voy a poner de administradora ¨Cle dijo un d¨ªa como si le hiciera un favor.

¨C?Administradora de qu¨¦? ¨Cpregunt¨® ella.

¨CDe Kradonara.

Kradonara es una de las empresas del entramado. El caso es que Teresita, seg¨²n confesi¨®n propia, se vio ¡°obligada emocionalmente a firmar¡±, lo que le supondr¨ªa m¨¢s tarde ser detenida y pasar una noche en el calabozo. Dice que despu¨¦s de mucho perseguir a su jefe logr¨® que la relevara de ese puesto, pero que fue ella la que pag¨® los 520 euros que les cobr¨® el notario. Un tipo de cuidado este Rato. Ahora bien, el detalle de las carteras es de portada de revista de moda. ?Tiene o no tiene gusto el se?orito?

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