Presentaci¨®n y representaci¨®n

Los Clinton fingen que desayunan en un bar de New Hampshire, adonde los ha conducido la campa?a electoral de Hillary. Seguramente fingen tambi¨¦n que son un matrimonio cl¨¢sico con tendencias irresistibles a la normalidad. Podr¨ªan haberse quedado en el hotel y disfrutar de un desayuno con diamantes, pero ella le ha dicho a ¨¦l (o ¨¦l a ella):

¨C?Por qu¨¦ no fingimos que desayunamos como un matrimonio cutre en un bar cutre?

¨CVale ¨Cha contestado ¨¦l (o ella)¨C y, de paso que fingimos desayunar, desayunamos, que me he levantado con un hambre canina.

?Se puede fingir que se desayuna y desayunar al mismo tiempo? S¨ª, del mismo modo que se puede fingir ser un matrimonio y ser un matrimonio. Entre la representaci¨®n y la presentaci¨®n, despu¨¦s de todo, solo hay un prefijo. Este es uno de los grandes misterios de la vida: el desleimiento de la realidad en la ficci¨®n y viceversa. Hace poco, en la ceremonia de entrega de los Goya, Pablo Iglesias fingi¨® que llevaba esmoquin a la vez de llevarlo, mientras que Pedro S¨¢nchez fing¨ªa no llevar corbata sin llevarla. Hay mentiras que son de forma simult¨¢nea verdades, y verdades que, sin dejar de serlo, son mentiras. Esta foto retrata una mentira verdadera, impresionante tanto por su calidad de representaci¨®n como de presentaci¨®n. De ah¨ª el gesto de asombro de los rostros del segundo plano, que se lo creen y no se lo creen al mismo tiempo. Cuando lleguen a casa, contar¨¢n que han visto a los Clinton desayunar en un bar. Pero mientras lo cuentan se preguntar¨¢n por dentro si de verdad se trataba del famoso matrimonio. Y si desayunaban.

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