As¨ª, no Podemos
La agresividad de Pablo Iglesias encubre los problemas en su ¡®holding¡¯ pol¨ªtico
Las complicaciones en la negociaci¨®n de los socialistas con Podemos se producen tras el fuerte viraje dado por esta formaci¨®n en las ¨²ltimas semanas. Tras disfrazarse de socialdem¨®crata en la campa?a previa a las elecciones generales del 20 de diciembre, Pablo Iglesias bloque¨® la posibilidad de un Gobierno presidido por el socialista Pedro S¨¢nchez, tras haber pretendido imponerle su persona como vicepresidente plenipotenciario y el programa que costaba a los espa?oles un aumento del gasto p¨²blico de 96.000 millones de euros en tres a?os, entre otras condiciones.
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Frente a las interpretaciones electoralistas dadas en su d¨ªa a ese viraje ¡ªPodemos habr¨ªa exigido condiciones inviables para provocar nuevas elecciones, en la confianza de dar el sorpasso al PSOE¡ª, las noticias sobre la multiplicaci¨®n de crisis internas nos asoman a otra realidad. Consciente de que gobierna una formaci¨®n inestable, Iglesias ha forzado la m¨¢quina de los ataques al enemigo exterior para tratar de encubrir las tensiones internas. Sin olvidarse de salpicarlo con gestos tan humanos como el ejercicio de alcahueter¨ªa practicado por Iglesias al comentar una hipot¨¦tica relaci¨®n personal entre uno de sus correligionarios y una colega del PP, utilizando para ello nada menos que un debate de investidura.
No parece que lo hayan apreciado muchos de los electores que inicialmente hab¨ªan comprado los desgarradores discursos de Podemos ¡°contra la casta¡± y ¡°el candado del 78¡±: la mitad de sus votantes desaprueba el veto de esta formaci¨®n a Pedro S¨¢nchez como candidato a la presidencia del Gobierno, seg¨²n una encuesta de Metroscopia. Para acabarlo de arreglar, el grupo de izquierda anticapitalista que dio origen a Podemos quiere romper del todo con los socialistas y forzar las elecciones, sin duda para polarizar a¨²n m¨¢s la incandescente situaci¨®n pol¨ªtica espa?ola.
Se sorprenden algunos sectores cr¨ªticos de Podemos por los procedimientos impuestos por Iglesias en el gobierno de su organizaci¨®n, pese a la inquietud que reina desde hace tiempo en ella por la soberbia y el ¡°endiosamiento/arrogancia¡± exhibidos por el cabeza visible de la formaci¨®n, como lo explica el documento interno publicado por EL PA?S. Resulta ciertamente dif¨ªcil mantener la cohesi¨®n de lo que no es un partido pol¨ªtico, sino un holding de grupos con distintas bases territoriales, intereses no siempre coincidentes y voluntad dudosa de plegarse a la voz de mando, como lo prueban las dimisiones en cadena de dirigentes pr¨®ximos al n¨²mero dos, I?igo Errej¨®n, en la organizaci¨®n madrile?a de Podemos.
Tratar de humillar a los adversarios pol¨ªticos con imposiciones inviables, denunciar en todos los tonos el pacto del PSOE con Ciudadanos: esas son las razones pol¨ªticas exhibidas desde la c¨²pula de Podemos. Su objetivo nunca ha sido apoyar un Gobierno socialista, como hace el resto de la izquierda en Portugal, sino sustituirlo, como Syriza hizo en Grecia con el PASOK. Pero ni siquiera eso basta para recoser las costuras. De muchas maneras, se lo est¨¢n diciendo a Pablo Iglesias desde sus propias filas: as¨ª, no podemos.
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