Cuatro preguntas muy sencillas para antes de comer que ayudan a adelgazar
?Y si fuera ira? Responder a estas cuestiones le dir¨¢ si merece la pena hincarle el diente a ese d¨®nut con doble de crema
El equilibrio con la b¨¢scula en personas sanas suele es una cuesti¨®n de matem¨¢tica: ingerir m¨¢s calor¨ªas de las que se queman dar¨¢ lugar a unos kilos de m¨¢s, mientras que lo contrario ser¨ªa la f¨®rmula para bajar de peso. Pero de nada sirve encomendarse al mejor dietista-nutricionista y entrenador personal si, en un momento de flaqueza, saboteamos la ingesta diaria con chucher¨ªas o si abordamos el plan de adelgazamiento como si fu¨¦ramos el Llanero Solitario: contra todo y contra todos. Si est¨¢ pensando en perder peso o lo intenta pero no hay manera, h¨¢gase estas preguntas antes de comer nada.
1. ?Siento ira, ansiedad o mal humor? Si la respuesta es "s¨ª", no coma
Puede que haya tenido un mal d¨ªa en el trabajo, o que se le haya averiado el coche. El caso es que se encuentra delante del frigor¨ªfico con una sensaci¨®n de enfado e impotencia: se abre una cerveza y arremete contra una bolsa de patatas fritas XL. O unos nachos con salsa. En cuesti¨®n de nanosegundos se mete para el cuerpo 300 calor¨ªas o m¨¢s y una suma preocupante de grasas saturadas. "Calmar un estado emocional interno con comida es una gratificaci¨®n a corto plazo que no aplaca la ira y, adem¨¢s, genera sentimientos de culpa¡±, insiste Mar¨ªa Gonz¨¢lez, psic¨®loga del Instituto M¨¦dico Europeo de la Obesidad. ¡°Para no lamentarlo, hay que reconocer que atravesamos un episodio de ansiedad. Lo primero es procurar no abalanzarse sobre la comida. A continuaci¨®n, se recomienda realizar ejercicios de relajaci¨®n¡±. Su compa?era, la dietista nutricionista Andrea Marqu¨¦s, da algunas pautas para no sucumbir en esas horas cruciales previas a la cena: ¡°No es necesario eludir la ingesta de alimentos, ya que, dadas las horas, es muy posible que haya hambre de verdad. Basta con decantarse por los que no sean tan negativos para nuestra salud f¨ªsica y mental. Por ejemplo, una pieza de fruta, una onza de chocolate negro si nuestro cuerpo nos pide dulce o bien unas lonchas de jam¨®n serrano o queso fresco, si lo que nos apetece es algo salado¡±. Y advierte frente a los atracones de un mal d¨ªa: ¡°Nuestro cerebro asocia esas patatas con el placer o la relajaci¨®n y volver¨¢ a ped¨ªrnoslas cuando vuelva a suceder¡±.
2. ?He hecho suficiente ejercicio hoy? Si la respuesta es "s¨ª", coma
?Es usted uno de esos maratonianos que no se libra de sus michelines pese a correr muchos kil¨®metros a la semana? Puede que la pizza de beicon con doble de queso no sea la mejor manera de reponer carbohidratos. ¡°La dieta deber ir en consonancia con la intensidad del ejercicio y distribuirse, preferentemente, en cinco comidas a lo largo de la jornada. De otra forma, el hambre se dispara y estamos ante los mismos picos de ansiedad de quienes se ponen a dieta¡±, comenta Marqu¨¦s.
Por si fuera poco, no es tan com¨²n acertar calculando calor¨ªas a ojo de buen cubero. ¡°Infravaloramos el aporte energ¨¦tico de los alimentos y tendemos a exagerar el gasto¡±, se?ala Juana Mar¨ªa Gonz¨¢lez, directora t¨¦cnica de la Cl¨ªnica Alimmenta. Mover el esqueleto no es un cheque en blanco para engullir comida basura o no nos habr¨¢ servido de nada el esfuerzo. ¡°Si so?amos con un fest¨ªn podemos premiarnos (cuando hayamos conseguido nuestro objetivo) con una cena en un buen restaurante donde la calidad prime sobre la cantidad¡±, se?ala.
3. ?Compartir¨ªa este plato con un ser querido que busca adelgazar? Si la respuesta es "s¨ª", coma
La fuerza de voluntad tiende a flaquear ante un bizcocho de chocolate casero cuando toda la casa huele a horno. Tampoco es f¨¢cil contenerse cuando se encuentra el armario repleto de snacks. ¡°A veces no es suficiente el compromiso con nosotros mismos, conviene contar tambi¨¦n basta con el apoyo del entorno. Esto implica no tener a mano aquellas tentaciones como dulces, quesos grasos, snacks, patatas fritas, galletas, boller¨ªa, refrescos¡ Es importante transmitir a quienes viven con nosotros que estamos haciendo un esfuerzo y que nos lo faciliten no consumiendo esos productos o, al menos, no en nuestra presencia¡±, apunta Gonz¨¢lez. ¡°En cambio, es un buen est¨ªmulo que nuestros allegados se centren en el refuerzo positivo de los buenos h¨¢bitos y no en hacer le?a del ¨¢rbol ca¨ªdo cuando no sigamos la dieta a rajatabla. Es tambi¨¦n un buen momento para que el resto de la familia adopte h¨¢bitos m¨¢s saludables, como aumentar la ingesta de frutas y verduras o utilizar t¨¦cnicas de cocinado como el horno, la plancha o la cocina al vapor¡±.
4. ?Hace mucho que no bebo agua? Si la respuesta es "s¨ª", no coma
Antes de lanzarse sobre ese d¨®nut con doble de chocolate analice sus sensaciones: ¡°A veces la sed se confunde con el hambre. Es bueno pararse un momento para detectar qu¨¦ nos pide el est¨®mago, porque puede que lo que necesite sea un vaso de agua¡±, revela M? Pilar Casanova, instructora en Mindful Eating y cofundadora de Alimentaci¨®n Consciente. ¡°Tampoco conviene dejarse llevar por el aspecto de un alimento o por lo bien que huela para comer sin mesura¡±, concluye.
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