Mi historia
Todos convertimos nuestra vida en un relato que construimos con suma cautela
¡°Si te contara la historia de mi vida, podr¨ªas escribir un best seller¡±. Los escritores escuchamos con frecuencia esa frase, que contiene una realidad y una quimera. ?Un best seller? Lo ¨²nico cierto es que todos, escribamos o no, convertimos nuestra vida en una historia que construimos con suma cautela. En ese proceso, seleccionamos lo que deseamos recordar y aniquilamos el resto. A veces, sin embargo, recordamos con especial intensidad aquello que estaba destinado al olvido. De eso se habla en terapia: de lo rechazado, lo desaparecido, lo silenciado. Has de aflojar los hilos del texto que has elaborado para encontrar lo que late debajo: los nudos mal rematados, las indecisiones, los atajos.
Cuando mi hijo era peque?o, le cont¨¦ que de ni?a la televisi¨®n se ve¨ªa en blanco y negro. Muy serio, me pregunt¨® si el mundo entonces era tambi¨¦n en blanco y negro. Freud, un maestro de la narrativa, sab¨ªa que el tiempo no es algo fijo como sugiere el tiempo lineal. Hay un tiempo que no es tiempo sino un estado perdurable de ser. En terapia es posible volver a ser la ni?a de 5 a?os que ve¨ªa la tele en blanco y negro, la adolescente de 15, la joven de 26, la mujer de 40¡ Volver a vivir el da?o y las frustraciones; tambi¨¦n las pasiones clandestinas, los proyectos del pasado. Volver a ser quien pudiste ser, pero no. Aunque lo recordado es asimismo una ficci¨®n, permite nombrar de nuevo, romper automatismos, imaginar posibilidades distintas, reelaborar el relato de nuestra vida.
Los fot¨®grafos llaman positivar al proceso de rescatar la imagen contenida en el negativo. Cuando la terapia funciona, la consulta se parece al cuarto oscuro donde sol¨ªan revelarse las fotograf¨ªas.
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