100 a?os cambiando la hora
La implantaci¨®n del horario de verano siempre estuvo relacionada con la guerra y las crisis energ¨¦ticas
El horario de verano,?con sus largas tardes, habr¨ªa que agradec¨¦rselo a la Primera Guerra Mundial. En unos d¨ªas se cumplen 100 a?os desde que Alemania decidiera adelantar el reloj por la guerra. La decisi¨®n fue poco a poco seguida por la mayor¨ªa de los pa¨ªses m¨¢s desarrollados de entonces. Aquel primer cambio de hora de 1916 se justific¨® por razones de ahorro energ¨¦tico, igual que en toda su azarosa historia.
Cuando el k¨¢iser Guillermo II firm¨® el decreto del sommerzeit (horario de verano) el 6 de abril de 1916, lo hizo como una medida de guerra. Entonces, el carb¨®n mov¨ªa y encend¨ªa el mundo, pero la guerra lo estaba convirtiendo en un producto cada vez m¨¢s caro de conseguir, en especial para las potencias centrales como Alemania o el Imperio austroh¨²ngaro. El oscuro mineral era fundamental para los trenes cargados de tropas y suministros o para iluminar las f¨¢bricas de armamento, las dos prioridades del Consejo Federal Alem¨¢n. Por eso, aquel domingo 30 de abril de 1916 a las 11 de la noche ser¨ªa las 12.
El ejemplo alem¨¢n fue seguido por muchos pa¨ªses europeos. Sus aliados austroh¨²ngaros cambiaron la hora a la vez que los germanos. En otro ejemplo m¨¢s de la racionalidad econ¨®mica de la medida, los pa¨ªses cercanos a Alemania, con fuertes v¨ªnculos comerciales, como Pa¨ªses Bajos, Dinamarca o Suecia, adelantaron sus relojes en los d¨ªas siguientes. Pero la decisi¨®n con mayor significado hist¨®rico fue la de los brit¨¢nicos. Los primeros que hab¨ªan intentado convertir en norma el horario de verano no quer¨ªan ser los ¨²ltimos.
Un a?o antes de que los alemanes instauraran por decreto el horario de verano, en el Reino Unido mor¨ªa el constructor William Willett. Apasionado de las carreras de caballos y del golf, a Willett le fastidiaba c¨®mo, al llegar el verano y sus d¨ªas m¨¢s largos, sus conciudadanos no sab¨ªan aprovechar esas horas extra de luz. Desde 1907, cuando tuvo la idea de adelantar la hora, dedic¨® la mayor parte de su tiempo y su fortuna en conseguir que la C¨¢mara de los Comunes aprobara una ley sancionando lo que los anglohablantes llaman Daylight Summer Time, o DST a secas. En su caso, el factor econ¨®mico solo era uno m¨¢s. Para Willett, tambi¨¦n era importante el tiempo extra de luz solar que sus compatriotas podr¨ªan disponer para el ocio, la pr¨¢ctica del deporte o estar con la familia.
El primer pa¨ªs en instaurar el horario de verano fue Alemania y lo hizo para ahorrar carb¨®n durante la Gran Guerra
Cinco veces consigui¨® Willett que su idea se debatiera en el Parlamento y las cinco fue tumbada. El constructor amante de la luz del d¨ªa, por la importancia que le daba en sus casas, tuvo grandes aliados en su causa, como el futuro primer ministro Winston Churchill. Pero tambi¨¦n se encontr¨® con grandes objetores. Adem¨¢s de los granjeros y los que defend¨ªan sus intereses, buena parte de la comunidad cient¨ªfica de entonces se mostr¨® en contra. En particular, los editores de la revista Nature fueron muy cr¨ªticos: "La idea es impropia de la dignidad de una gran naci¨®n y har¨ªa de nosotros el hazmerre¨ªr de las gentes ilustradas del mundo", manten¨ªa uno de sus editoriales sobre la materia.
La decisi¨®n alemana reaviv¨® los rescoldos del plan de Willett. Esta vez el Gobierno brit¨¢nico, que hab¨ªa desde?ado el plan en los a?os anteriores, lo apoy¨® como parte de un programa para sostener la econom¨ªa de guerra. Buena parte de los mineros del carb¨®n estaban ahora en las trincheras y la producci¨®n del mineral hab¨ªa menguado. Adem¨¢s, al haber m¨¢s horas de luz, se reducir¨ªa el consumo el¨¦ctrico y los barcos podr¨ªan ser descargados hasta m¨¢s tarde sin temor a los ataques de los dirigibles alemanes.
Willett no pudo ver la aprobaci¨®n de la Summer Time Act, en mayo de 1916. Tampoco pudo saber c¨®mo los brit¨¢nicos rebautizaron el horario de verano como la hora Willett. Ni siquiera pudo o¨ªr a sir Henry Norman, uno de los primeros en apoyar a Willett una d¨¦cada atr¨¢s, terminar su alegato a los Comunes diciendo: "Quiero pensar que llegar¨¢ un d¨ªa en el que los trabajadores de este pa¨ªs, y en eterno agradecimiento, querr¨¢n erigir en honor de William Willett una estatua en alguna colina donde pueda ser ba?ada por el primer rayo de un amanecer de abril, una hora antes de la Hora Media de Greenwich". La estatua fue finalmente levantada en 1927 y en su reverso hay un reloj solar con la leyenda HORAS NON NUMERO NISI AESTIVAS, que en lat¨ªn quiere decir, solo marco las horas del verano.
Tras los brit¨¢nicos, sus aliados tambi¨¦n adelantaron la hora. Los franceses, que la llamaron l'heure d'¨¦t¨¦, lo hicieron en junio. Los rusos ya convertidos en sovi¨¦ticos lo hicieron en 1917. En una clara muestra de la conexi¨®n b¨¦lica del cambio horario, los estadounidenses solo adelantaron sus relojes en 1918, cuando entraron en la contienda y por el mismo motivo: ahorrar en la factura energ¨¦tica.
"La idea es impropia de la dignidad de una gran naci¨®n", dec¨ªa un editorial de la revista 'Nature' en 1911
Espa?a fue una de las ¨²ltimas naciones occidentales en cambiar la hora. En un real decreto de abril de 1918, se implantaba el adelanto horario para el 15 de ese mismo mes, cuando a las 23 horas ser¨ªan las 24 horas, volviendo a recuperar esa hora el seis de octubre. Como el resto de los casos, "la raz¨®n aducida fue la escasez de carb¨®n provocada por la Primera Guerra Mundial, que oblig¨® a intensificar la producci¨®n y a reducir el consumo y, al mismo tiempo, armonizar el horario con el de los pa¨ªses vecinos", escrib¨ªa Pere Planesas, del Observatorio Astron¨®mico Nacional, en un art¨ªculo del Anuario del Observatorio Astron¨®mico de Madrid.
Con el fin de la guerra, tambi¨¦n se acab¨® el horario de verano. La pr¨¢ctica totalidad de los pa¨ªses dejaron de cambiar la hora salvo los brit¨¢nicos, que la han mantenido a lo largo de todo este tiempo, llegando incluso a realizar un experimento en los a?os 60 doblando el cambio de hora, adelant¨¢ndola en dos horas. Durante tres a?os, los brit¨¢nicos tuvieron la misma hora que los europeos continentales.
La generalizaci¨®n del cambio de hora no volvi¨® hasta que volvi¨® la guerra. Hitler, por ejemplo, adelant¨® los relojes en 1940. Los franceses, esta vez como imposici¨®n germana, hicieron lo mismo. Los estadounidenses repitieron la jugada del 18. Reinstauraron el horario de verano en 1942, cuando ya hab¨ªan entrado en la Segunda Guerra Mundial, tras el bombardeo de Pearl Harbour, en diciembre del 41. Los brit¨¢nicos, que no hab¨ªan abandonado su gran invento, fueron m¨¢s all¨¢ y adelantaron el cambio de hora seis semanas y llegaron a plantearse adelantar los relojes ya en febrero.
De nuevo, acabada la guerra, todos los grandes pa¨ªses se olvidaron del cambio de hora... hasta que llegara la nueva crisis. As¨ª, en los a?os 60 solo Reino Unido e Italia manten¨ªan el horario de verano. En un pa¨ªs tan federal como Estados Unidos hab¨ªa estados donde se pod¨ªa cambiar de hora m¨¢s de una decena de veces. A¨²n hoy, aunque una ley federal aprob¨® la vuelta al horario de verano en 1975, todav¨ªa hay estados, como Haw¨¢i o Arizona, que no siguen la norma. Tampoco lo hace Alaska pero, por su latitud, no tendr¨ªa sentido.
Hasta la crisis del petr¨®leo de 1973, el cambio de hora ha sido una excepci¨®n vinculada a crisis energ¨¦ticas
La crisis del petr¨®leo de 1973 desatada por la guerra entre ¨¢rabes e israel¨ªes volvi¨® a traer el horario de verano. El apoyo de los estadounidenses a Israel y el bloqueo de las exportaciones de crudo de las naciones ¨¢rabes a EE UU provocaron la recuperaci¨®n del cambio de hora. El argumento era el mismo que cuando Willett y el carb¨®n. Una hora m¨¢s de luz al d¨ªa supon¨ªa un menor consumo de derivados del petr¨®leo.
Desde entonces, el cambio de hora se ha mantenido en unos 70 pa¨ªses, la mayor¨ªa en el hemisferio norte. Incluso, se ha visto reforzado. En Estados Unidos, por ejemplo, la duraci¨®n del horario de verano se alarg¨® para que cubriera la noche de Halloween. En Europa, la Uni¨®n Europea armoniz¨® el sistema y fij¨® la hora y fecha para el cambio de hora en las 2:00 del s¨¢bado al domingo del ¨²ltimo fin de semana de marzo.
Para David Prerau, autor del libro Seize the Daylight: The Curious and Contentious Story of Daylight Saving Time sobre la azarosa historia del cambio de hora y asesor del Congreso de EE UU en la ¨²ltima ampliaci¨®n del horario de verano, aunque el argumento del ahorro energ¨¦tico ha marcado su historia, "a la mayor¨ªa de la gente le gusta porque disfrutan teniendo una hora extra de luz del d¨ªa por la tarde, cuando la encuentran m¨¢s aprovechable que por la ma?ana".
Prerau tambi¨¦n es de los que mantiene que el cambio horario ahorra energ¨ªa, reduce los accidentes de tr¨¢fico o reduce la tasa de criminalidad. Pero tambi¨¦n reconoce que es un grave trastorno para granjeros y agricultores y que, si se adelanta mucho, en las latitudes m¨¢s al norte, amanece a media ma?ana. Pero, sostiene, "en conjunto, el horario de verano es muy beneficioso siempre que no lo tengas en los meses m¨¢s oscuros del invierno".
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