La velocidad y el tocino

CADA a?o, en los famosos circuitos de f¨®rmula 1 de Montmel¨®, Silverstone y Hockenheim, se celebran unas trepidantes carreras que no convocan a los famosos, los millonarios y la prensa del espect¨¢culo, sino a los cazatalentos, los genios de la ingenier¨ªa y los scouters de las principales escuder¨ªas. Me refiero a la discreta pero prestigiosa F¨®rmula Student (FS), una competici¨®n automovil¨ªstica universitaria donde estudiantes de ingenier¨ªa de todo el planeta dise?an, fabrican, construyen y pilotan sus propios monoplazas. La FS re¨²ne a 20.000 futuros ingenieros de 600 universidades distintas, examinados por los mejores profesionales de la industria, pues los patrocinadores de las carreras son Jaguar, Porsche, Volkswagen o los mismos equipos de f¨®rmula 1 como Red Bull o Mercedes AMG.

La FS naci¨® en Estados Unidos en los ochenta y su modelo ha sido replicado en Alemania, Jap¨®n, Australia, Reino Unido, Brasil y Espa?a, entre otros pa¨ªses con circuitos de f¨®rmula 1. As¨ª, en la F¨®rmula Student Spain (FSS) han competido b¨®lidos de la Universidad Polit¨¦cnica de Valencia, la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid, la Universidad Europea de Madrid, la Universidad del Pa¨ªs Vasco, la Universidad Polit¨¦cnica de Catalu?a, la Universidad de Navarra, la Universidad Polit¨¦cnica de Cartagena y la Universidad de Sevilla.

La mayor¨ªa de equipos universitarios de la FSS cuenta con generosos patrocinios auton¨®micos, municipales y empresariales que permiten la continuidad de los t¨¦cnicos a?o tras a?o, aunque la excepci¨®n que confirma la regla es el equipo de la Universidad de Sevilla (ARUS), protagonista de esta nota por los m¨¦ritos y particularidades de su trayectoria, pues su modelo ART-14 lleg¨® en d¨¦cimo lugar a la meta en Montmel¨® 2014 y su prototipo ART-15 fue el monoplaza espa?ol mejor valorado por su dise?o en Hockenheim 2015. Para la presente edici¨®n, el ART-16 ya consigui¨® una de las cuatro plazas por las que compet¨ªan 200 equipos europeos, aunque el proyecto podr¨ªa salirse de la pista por la ausencia de patrocinadores.

El equipo de la Universidad de Sevilla destaca por su n¨²mero de alumnas y porque sus miembros son 100% estudiantes. Sin embargo, a falta de multinacionales y otros auspiciadores poderosos, los ingenieros en agraz del ARUS se las han apa?ado para atraer a los mecenas m¨¢s diversos: desde tiendas de regalos hasta restaurantes, pasando por bodegas, aceites de oliva, piensos de ganado, bufetes de abogados y otros patrocinadores que nadie asociar¨ªa a los grandes circuitos de la f¨®rmula 1. En realidad, a los j¨®venes del ARUS no se les caen los anillos por nada, ya que los gastos de viaje de su primera competici¨®n los costearon vendiendo mantecados y polvorones.

El esfuerzo del equipo ARUS me recuerda a la m¨ªtica revista literaria Mediod¨ªa, donde, gracias a la generosidad de carnicer¨ªas, mantequer¨ªas, charcuter¨ªas y otros nobles establecimientos sevillanos, Garc¨ªa Lorca, Luis Cernuda, Pedro Salinas y Vicente Aleixandre pudieron publicar sus poemas. Por tanto, queda demostrada la relaci¨®n entre la velocidad y el tocino. A saber, la publicidad, el mecenazgo y el patrocinio, tres cosas que sirven para convertir la manteca en pura aceleraci¨®n.