Por qu¨¦ la derrota de Carlos Lozano en 'Gran Hermano VIP' no eclipsar¨¢ su leyenda
Aunque perdi¨®, la participaci¨®n de este hombre lujuriosamente televisivo es una oda a las segundas oportunidades en la vida
Si le cuentas a un adolescente que en 1999 Carlos Lozano (Madrid, 53 a?os) evoc¨® razonablemente a Marlon Brando en Todo sobre mi madre le resultar¨¢ dif¨ªcil de creer. De hecho, es posible que no sepa qui¨¦n es Marlon Brando, pero seguro que conoce a Carlos Lozano. Su participaci¨®n en Gran Hermano VIP ha fagocitado a los dem¨¢s concursantes con los ingredientes esenciales para cualquier reality show: pol¨¦mica, carisma y episodios esperp¨¦nticos que el resto de programas de la cadena puedan convertir en v¨ªdeos comentables.
Tanto Bert¨ªn como Carlos son ese amigo que te dice c¨®mo pedir el gin-tonic, pero Carlos es tambi¨¦n el que acaba la noche apurando los culines de las copas de los dem¨¢s
Muchos cantantes venidos a menos declaran su rechazo hacia aquella canci¨®n que les hizo m¨ªticos, llenando su repertorio de nuevos temas ante la frustraci¨®n de un p¨²blico que solo ha ido a escuchar el hit cl¨¢sico en cuesti¨®n. Carlos Lozano ha hecho todo lo contrario. ?l conoce el medio y sabe para lo que le han fichado, comport¨¢ndose como un animal televisivo que pone el "VIP" en Gran Hermano VIP.
Lozano ha sido el ¨²nico concursante con narrativa, explotando su condici¨®n de estrella semi-acabada que por un lado tiene lo que se merece, pero por otro es sensible y vulnerable. Es casi inevitable ponerse de su lado. ?l sab¨ªa perfectamente lo que estaba haciendo cuando paseaba por la casa hablando solo (acompa?ado del r¨®tulo aclaratorio "CARLOS HABLA SOLO") o cuando cantaba emocionado Mi m¨²sica es tu voz, aquella canci¨®n que interpretaron todos los concursantes del primer Operaci¨®n Triunfo (2001), cuyo presentador fue ¨¦l. Carlos sab¨ªa que los espectadores quer¨ªan ver ese momento y ¨¦l se lo iba a dar, reivindicando adem¨¢s su papel en el mayor fen¨®meno televisivo del siglo XXI en Espa?a, OT.
La explosi¨®n (de nuevo) de Carlos Lozano en Gran Hermano VIP coincide con el fichaje de Bert¨ªn Osborne por Telecinco. No puede ser casualidad. Ambos representan la actual resurrecci¨®n del gal¨¢n m¨¢s ib¨¦rico, pero el car¨¢cter de Lozano es m¨¢s autocompasivo y (forzadamente) emp¨¢tico con sus semejantes. Tanto Bert¨ªn como Carlos son ese amigo que te dice c¨®mo pedir el gintonic, pero Carlos es tambi¨¦n el que acaba la noche apurando los culines de las copas de los dem¨¢s. O al menos de eso le acusaron sus compa?eros. A medio camino entre Osborne y Jes¨²s V¨¢zquez, el apuesto Carlos Lozano forma parte de la memoria sentimental televisiva de este pa¨ªs y el p¨²blico no ha querido resistirse a su encanto residual.
Durante aquel sainete que supuso la inscripci¨®n de Rosa L¨®pez en Eurovisi¨®n 2002 a ¨²ltima hora (literalmente, pocos minutos antes de que se cerrase el plazo), Lozano demostr¨® no tener miedo a nada cuando se puso a traducir a Pilar Tabares y al delegado de la Uni¨®n Europea de Radiodifusi¨®n. "Este es el acta", dijo Tabares. "This is the acta", aclar¨® Lozano sin pudor alguno. Esa disposici¨®n, con actitud de "aqu¨ª hemos venido a jugar", ha marcado el entusiasmo con el que Carlos ha conquistado a casi todos en Gran Hermano VIP. Su energ¨ªa bailando el "piki-piki", a medio camino entre un cuerpo de baile de Valerio Lazarov y un cu?ado borracho en una boda, levant¨® tantas pasiones como su obstinaci¨®n por ayudar a Sema a decidir si quer¨ªa ser hombre o mujer.
Cincuent¨®n, con entradas y m¨¢s sudoroso de lo que cabr¨ªa esperar, Lozano afronta la segunda etapa de su vida con verdadera lujuria por la televisi¨®n
"Gracias, S¨²per", repet¨ªa Carlos sin parar a la menor oportunidad. Su genuina emoci¨®n al ser recibido con aplausos en una modesta rueda de prensa dentro del concurso evidenci¨® que ante todo estaba euf¨®rico con su reci¨¦n recuperada fama reciclada. Rodeado de estrellas de papel creadas por la propia cadena, Lozano es el ¨²nico concursante que ha conocido la gloria y tambi¨¦n la crueldad del estrellato. ?l se ha tomado esta segunda oportunidad como un casting de 24 horas para conseguir su propio programa. "Vas a reunirte con la gente que te quiere", consolaba a los expulsados como si fuesen David Bustamante. Carlos Lozano ha sido concursante, maestro de ceremonias, showman, gal¨¢n y polemista. Por alg¨²n lado le tiene que salir trabajo. De hecho, ya le ha salido, ya que, como lo confirm¨® Jordi Gonz¨¢lez anoche, en la final, Mediaset quiere proponerle un programa en Telecinco
Ni siquiera sus ramalazos machistas han perjudicado su ¨¦xito en el programa, amparados por el infalible paraguas de "es que a su generaci¨®n la educaron as¨ª". A pesar de tener una novia fuera (la peruana Miriam Saavedra, de 22 a?os) ha cortejado a la mayor¨ªa de chicas de la casa. Cuando le preguntaron si se habr¨ªa acostado con alguna de ellas en caso de estar soltero Carlos no dud¨® en afirmar que "s¨ª, con todas". Todos los periodistas rieron. Al fin y al cabo, ha sido fiel a su novia y al parecer eso es lo que importa. "No te portes mal", advert¨ªa Carlos a Miriam durante una conexi¨®n. La casa de Gran Hermano, donde ya sabemos que todo se magnifica, tiene sus propias reglas y aplaudimos que Carlos d¨¦ momentos televisivos tir¨¢ndole los tejos a cualquiera que pase por la cocina (por aquello de que los galanes no pueden evitarlo), pero le respetamos por no consumar nunca sus insinuaciones.
Aunque haya perdido (triunf¨® Laura Matamoros), no se eclipsar¨¢ su leyenda. Porque hay una cosa segura: lo que sin duda se ha magnificado en esa casa es la leyenda de Carlos Lozano, forjada con entusiasmo, encanto y una autenticidad perturbadora. Son las mismas caracter¨ªsticas con las que Will Smith consegu¨ªa en un episodio de El pr¨ªncipe de Bel-Air entrar en Princeton resolviendo un cubo de Rubik. No es de verdad, pero nos gusta creer que s¨ª. Cincuent¨®n, con entradas y m¨¢s sudoroso de lo que cabr¨ªa esperar, Lozano afronta la segunda etapa de su vida con verdadera lujuria por la televisi¨®n. Quiz¨¢ nada de lo que pasa dentro de esa caja es real, pero es toda la vida que conoce.
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