¡°Los lectores no saben lo que hay detr¨¢s de un gran reportaje¡±
La directora adjunta de ¡®?Hola!¡¯ recibe a EL PA?S para hablar de su nueva novela, ¡®La flor y nata¡¯, centrada en el periodismo de sociedad.
Hace diez a?os, la periodista Mamen S¨¢nchez (Madrid, 1971) comenz¨® a quedar con un par de amigos para tomar un caf¨¦. Se hab¨ªan conocido en la Universidad y, entre otras cosas, los un¨ªa la pasi¨®n por la literatura. Los tres, adem¨¢s de leer, sol¨ªan escribir. As¨ª que se les ocurri¨® llevar a esas reuniones semanales algo de lo que hac¨ªan, para compartirlo y recibir cr¨ªticas y sugerencias que mejoraran el trabajo realizado en soledad frente al ordenador. Cada tarde de martes, la directora adjunta de la revista ?Hola! llegaba a la cafeter¨ªa con un relato cuya trama y personajes iban desarroll¨¢ndose con frenes¨ª y, lo que al principio era una decena de folios, termin¨® convirti¨¦ndose en una novela que luego la llevar¨ªa a escribir varias m¨¢s. Ahora publica su sexta historia para adultos (tambi¨¦n escribe cuentos para ni?os), se llama La flor y nata (Espasa) y con ella, adem¨¢s de consolidar su propio estilo y voz narrativa, se adentra en la ¨¦poca de sus inicios en el periodismo de sociedad.
Aquella vez, cuando puso el punto final a Gafas de sol para d¨ªas de lluvia, adjunt¨® el archivo en un correo electr¨®nico para su marido (¡°no fuera a ser que se me rompiera el ordenador y se perdiera el trabajo de un a?o y medio¡±) y se dio por satisfecha (¡°siempre hay m¨¢s cosas de las que tengo que ocuparme¡±). Poco despu¨¦s lleg¨® la Navidad y la mujer que ha llevado a las p¨¢ginas de su revista a varios miembros de la aristocracia y la realeza recibi¨® una voluminosa sorpresa. ¡°De pronto vi una caja enorme y, la verdad, pens¨¦ que se trataba de un mueble de Ikea. La abr¨ª con mucha ilusi¨®n y¡ ?eran 300 ejemplares de mi novela! Mi marido hab¨ªa llevado a la imprenta lo que le mand¨¦, as¨ª, tal cual, sin pasar por ning¨²n editor y corrector. Me emocion¨¦ much¨ªsimo y se los regal¨¦ a mis amigos y a mi familia¡±, recuerda ahora, con la sonrisa estampada en el rostro.
Entre los amigos a los que les dio un ejemplar de esa autoedici¨®n estaba el escritor Miguel Aranguren quien, despu¨¦s de leerlo, le pregunt¨® a Mamen:
¡ª?Te parece bien que se lo de a un editor que conozco?
Ella le dijo que s¨ª, pero sin ninguna esperanza de ver publicada su ¨®pera prima. Escribir, hasta entonces, no era m¨¢s que un hobby en su vida. Un d¨ªa de viento fr¨ªo, sin embrago, son¨® su tel¨¦fono m¨®vil:
¡ªSoy Carlos Pujol, de la editorial El And¨¦n. Me gustar¨ªa publicar tu novela.
La novela fue publicada en 2007 y, unos meses despu¨¦s, mientras la tambi¨¦n directora de ?Hola! M¨¦xico escrib¨ªa su primer libro para ni?os (La estrella de siete puntas) le llamaron de Espasa para preguntarle si quer¨ªa hacer literatura infantil para esa editorial. ¡°?No me lo pod¨ªa creer! Precisamente estaba en ello. Ser¨¢ que a m¨ª me protegen mucho desde el cielo¡±, dice, y mira de reojo un retrato de su padre, Eduardo S¨¢nchez Junco (1943-2010), junto a los hoy reyes em¨¦ritos de Espa?a, don Juan Carlos y do?a Sof¨ªa.
Es un mediod¨ªa soleado y Mamen S¨¢nchez habla con EL PA?S en uno de los salones del edificio que ocupa ?Hola!, en el madrile?o barrio de Chamber¨ª. La luz natural que entra por la ventana ilumina la pared donde est¨¢n colgadas varias portadas de las ediciones internacionales de la publicaci¨®n considerada ¡°la reina del papel cuch¨¦.¡± Frente a una mesa de cristal, sentada en un sill¨®n de tono beige, la escritora ofrece jam¨®n, croquetas y Coca-Cola. ¡°Aqu¨ª hacemos, sobre todo, reuniones y comidas de empresa¡±, especifica, rodeada tambi¨¦n por las primeras cinco portadas de la revista que estuvieron en los kioscos en 1944 y por otras que han sido emblem¨¢ticas en sus ya m¨¢s de 70 a?os de historia.
¡ª?Para escribir La flor y nata se inspir¨® en gran medida en personajes que han sido portada en ?Hola!?
¡ªEn gente as¨ª. Y en mucho de lo que conlleva la elaboraci¨®n de esta revista. Y en mi familia. La protagonista, salvando las distancias, es mi alter ego. El protagonista y su padre est¨¢n inspirados en un arist¨®crata italiano que conoc¨ª en la villa que ¨¦l ten¨ªa en el lago Como, donde suelo ir por mi aniversario de bodas. Este se?or, para seguir la tradici¨®n familiar, ten¨ªa que ser empresario. Pero eligi¨® ser un explorador. Las duquesas que aparecen en la novela tambi¨¦n tienen referentes reales. Pero invent¨¦ muchas cosas.
En La flor y nata, una novel periodista comienza su carrera como enviada especial a Par¨ªs con la misi¨®n de captar la esencia del mundillo de la moda. Pero no tarda en enfrentarse a la realizaci¨®n de su primer gran reportaje para la revista del coraz¨®n que es propiedad de su familia: el noviazgo y la boda de una pareja de la ¨¦lite europea. Con ello quiere demostrar que puede valerse por s¨ª misma. El reto pone a prueba su capacidad profesional y la envuelve, adem¨¢s, en un dilema sentimental.
Todo ocurre en los primeros a?os de la ¨²ltima d¨¦cada del siglo XX, teniendo como tel¨®n de fondo escenarios de ensue?o, grandes acontecimientos de la jet set, como la muerte de Jackie Kennedy y el seguimiento de la vida de Lady Di, y la transformaci¨®n t¨¦cnica del periodismo, as¨ª como algunas bases que aprende la protagonista para desarrollar el oficio: ¡°Hay que ser muy zorro en este mundo de la cr¨®nica social. Tener mucha mano izquierda y conocer los l¨ªmites¡±, reflexiona en la primera parte del libro. ¡°Uno no debe, por ejemplo, escribir una novela supuestamente ¡°ficticia¡± en la que, cambiando los nombres aut¨¦nticos por otros figurados, desvele los trapos sucios de quienes han compartido confidencias off the record con el cronista.¡±
¡ª?Las exclusivas de ?Hola! suelen prepararse como lo cuenta en su novela?
¡ªDe manera muy parecida, s¨ª. Con muchos preparativos, con entusiasmo, con algo de estr¨¦s y nervios. Pero, claro, ahora ya no hay que cargar una pesada m¨¢quina de escribir o mandar cartas por correo postal o por fax. Esta novela me la ha inspirado una serie de e-mails que estuve recibiendo y enviando, con un ingl¨¦s, para hacer un reportaje. Fue una correspondencia muy graciosa porque ¨¦l era muy fino, muy educado y¡ al final no entiendes muy bien qu¨¦ te est¨¢ diciendo [r¨ªe]. Y cuando llevaba un par de meses con esta correspondencia, dije: ?qu¨¦ bien estar¨ªa poner en un libro todo lo que se hace para llegar a tener un buen reportaje! Porque los lectores s¨®lo ven el resultado pero nunca los preparativos.
¡ª?C¨®mo consiguieron que el rey Juan Carlos posara para ustedes?
¡ªFue una petici¨®n especial a Su Majestad porque era nuestro 70 aniversario. Quer¨ªamos hacer algo que fuera un homenaje a esta empresa y a mi abuela, que es la fundadora. Hubo muchos correos y llamadas con la Casa Real. Les dijimos que era una oportunidad para que la gente viera que el Rey no ten¨ªa una salud tan deteriorada como empezaba a decirse, y a finales de 2013 accedieron a que ?Hola! fuera a verlo. No hay entrevista, s¨®lo imagen. Ese d¨ªa fue mi hermano [Eduardo S¨¢nchez P¨¦rez], como CEO de la empresa, y Jes¨²s Carrero, que es uno de nuestros fot¨®grafos desde hace muchos a?os. Esa portada de enero de 2014 es un documento period¨ªstico importante, adem¨¢s, porque cinco meses despu¨¦s el rey abdic¨®. O sea: fue una de las ¨²ltimas veces que se le pudo retratar como Rey de Espa?a.
¡ª?Y les es rentable pagar por una exclusiva?
¡ªDepende del tipo de inversi¨®n que hagamos. Por ejemplo, ha habido bodas que nos han costado mucho dinero, como la de George Clooney o la de Angelina Jolie y Brad Pitt. Ambos casos destinaron a fines solidarios lo que les pagamos. Pero claro, eso es cosa de ellos, porque nosotros tuvimos que hacer una inversi¨®n. Y por mucho que uno venda, en una semana no recuperas todo lo que has gastado. No obstante, esto es una carrera de fondo y ves beneficios a largo plazo. De entrada, te toman en cuenta en el mundo entero y eso ayuda a la difusi¨®n y al prestigio de la cabecera.
¡ªEn torno a la revista se han creado muchas leyendas. Que una vez, por ejemplo, compraron unas fotos ¨ªntimas o comprometedoras de la princesa Diana para guardarlas y no publicarlas.
¡ªNosotros compramos reportajes completos. Dentro de ellos, te puedes encontrar que la se?ora en cuesti¨®n est¨¢ estupenda en una foto y en otra no y se le ve una parte ¨ªntima. Bueno, pues nosotros no publicamos ¨¦sta ¨²ltima. Porque no nos gusta hacer eso y tampoco les gusta verlo a nuestros lectores. Pero tampoco escondemos informaci¨®n, ?eh? No s¨¦ exactamente qu¨¦ habr¨¢ pasado en ese caso de Diana. Mi padre nunca habl¨® de ello. Recuerdo que en 1994 se publicaron unas fotos de las vacaciones de la princesa en Espa?a y ya. Aparec¨ªa ella y sus amigas en un hotel de M¨¢laga. Quiz¨¢, entre las fotograf¨ªas que compramos, hab¨ªa alguna indiscreta y no se public¨®. No lo s¨¦. Es verdad que Diana es uno de los personajes m¨¢s queridos de nuestra publicaci¨®n y mi padre era un caballero y quiz¨¢ no public¨® alguna por respeto. Pero hablo sin saber con exactitud. Y lamento las conjeturas que se hicieron al respecto.
¡ªAdem¨¢s de ser una de las personas fundamentales en su vida, su padre es tambi¨¦n uno de los pilares de esta novela.
¡ªMi padre era una persona muy especial. Ten¨ªa mucho entusiasmo por todo lo que hac¨ªa. Ten¨ªa mucho don de gentes y era muy gracioso. Y como jefe era encantador. Tambi¨¦n ten¨ªa clar¨ªsimas las ideas. Sab¨ªa muy bien lo que quer¨ªa. Y ten¨ªa muy buena memoria. Dec¨ªa: ¡®quiero la foto de Lady Di en la que lleva una falda rosa y una camisa de no s¨¦ qu¨¦¡¡¯ Se acordaba perfectamente. Y ya le pod¨ªas traer una foto parecida y no colaba. Era muy cuidadoso y no quer¨ªa molestar a nadie. Nos preguntaba nuestra opini¨®n, aunque luego hac¨ªa lo que quer¨ªa porque lo ten¨ªa clar¨ªsimo, pero preguntaba para sentirse apoyado. Y ten¨ªa una capacidad de trabajo tremenda. Como le encantaba el campo, casi todos los fines de semana se iba al campo, y si se quedaba en Madrid lo encontrabas en la oficina. Pero lo que hasta ahora yo no hab¨ªa podido hacer, porque he necesitado un tiempo de duelo, era escribir algo en donde saliera mi padre. Y en eso s¨ª que esta novela para m¨ª es muy especial. Porque me ha tra¨ªdo de vuelta a mi padre. En sus mejores momentos, adem¨¢s. Cuando convers¨¢bamos o ¨ªbamos al campo, por ejemplo.
¡ª?Y ¨¦l la llamaba a usted Piti-Piti, como cuenta en el libro?
¡ªS¨ª [r¨ªe], es cierto. No s¨¦ si contar por qu¨¦. A ver: mi padre era ingeniero agr¨®nomo y, antes de trabajar en ?Hola!, ten¨ªa una explotaci¨®n agr¨ªcola. Ten¨ªa unas vacas lecheras maravillosas y lleg¨® a vender 2.000 litros de leche diarios. Y all¨ª hab¨ªa un toro que era el m¨¢s guapo de todos los toros, que se llamaba Piti, y ganaba todos los premios de belleza taurinos. Y mi padre, como buen padre que ve a su hija como la m¨¢s preciosa, me llamaba Piti-Piti. Mi abuelo Antonio iba m¨¢s all¨¢. Recuerdo que cuando yo era peque?a me dec¨ªa una ristra de nombres: Mamencilla, Saltimbanqui, Retorcillo¡ ?Muchos! Y me los dec¨ªa todos seguidos, como un rosario.
¡ª?Fue divertido crecer entre los famosos que sol¨ªan visitar a su padre?
¡ªMucho. T¨² llegabas del cole y te encontrabas en casa a alguien conocido: un cantante, un actor, yo qu¨¦ s¨¦. Me acuerdo de un d¨ªa que le abr¨ª la puerta a Lola Flores y entr¨® como un torbellino en casa. ?Como un torbellino!: hablando muy r¨¢pido, moviendo las manos. ¡°Ni?a, ?tu vas a venir a verme?... ?Pues ah¨ª te espero!¡± Nos pasaban muchas an¨¦cdotas. Una vez lleg¨® Anal¨ªa Gad¨¦, la actriz. Le abr¨ª la puerta, porque como era normal que llegara gente famosa a casa, pues no me extra?¨®. Le ofrec¨ª algo de tomar y tal. Avisamos a mi padre: ¡®oye, est¨¢ aqu¨ª Anal¨ªa Gad¨¦.¡¯ Y ¨¦l: ¡®qu¨¦ raro, qu¨¦ querr¨¢. Ahora voy.¡¯ Al cabo de cinco o 10 minutos, Anal¨ªa me dice: ¡®Perdona, ?esto no es el dentista?¡¯ No, se?ora. ¡®?Ay, pero qu¨¦ hago aqu¨ª. Me he metido donde no era!¡¯ Es que aqu¨ª al lado hab¨ªa un dentista y se equivoc¨® de portal.
El despacho que Mamen S¨¢nchez ocupa para dirigir ?Hola! M¨¦xico es un verdadero (y pintoresco y c¨¢lido) rinc¨®n mexicano. Tiene, incluso, una peque?a cantina empotrada en la pared. Es un regalo de la fil¨¢ntropa mexicana Pepita Serrano. Se llama ¡°Cantina Las Mariposas¡± y dentro de ella abunda la mejor variedad de tequilas y mezcales en miniatura y fotograf¨ªas que hace un siglo eran consideradas ¡°escandalosas.¡± Todo est¨¢ presidido por una pareja de calaveras. Encima hay, entre otras cosas, unos voladores de Papantla. En un extremo de la oficina est¨¢ el ?rbol de la Vida, con el rostro de Frida Kahlo en el centro, cuya mirada se dirige a una trajinera de Xochimilco.
En las paredes y estanter¨ªas abundan los cuadros y las figuras de la Virgen de Guadalupe, de la que es muy devota la tambi¨¦n autora de La felicidad es un t¨¦ contigo (Espasa). ¡°Y aqu¨ª, en una esquina de este cuadro de la Virgen, tengo a Dios. ?No te lo pierdas!¡±, dice se?alando un dibujo. ¡°Lo hizo mi hija Margarita cuando ten¨ªa cuatro a?os. Le digo: ¡®?ay, qu¨¦ bonito dibujo! ?Qui¨¦n es este se?or?¡¯ Y me dice, muy seria: ¡®es Dios.¡¯ Y, claro, yo lo recort¨¦ para que no se me olvide la cara de Dios¡±, explica con el orgullo y la complicidad maternal en la mirada.
Entre las v¨ªrgenes hay una foto de sus abuelos y otra de ella, cuando era ni?a, el d¨ªa de su cumplea?os, junto a su padre y ante tierna la mirada de su abuela. En el costado de una estanter¨ªa est¨¢ pegado un dibujo. ¡°Me lo hizo la hija de Adriana Abascal¡±, apostilla. En esa estanter¨ªa tambi¨¦n est¨¢n los libros que ha escrito. Est¨¢n las ediciones en espa?ol pero est¨¢n tambi¨¦n las traducciones. ¡°Este est¨¢ en ingl¨¦s, este en b¨²lgaro, este en italiano, este en sueco y este en alem¨¢n¡±, se?ala y enumera la nieta de Antonio S¨¢nchez G¨®mez (1912 -1984), el periodista que fund¨® ?Hola! en el sal¨®n de su casa y convirti¨® la empresa familiar en una de las m¨¢s exitosas de este pa¨ªs.
Igual que lo hicieron su abuelo y su padre, Mamen S¨¢nchez P¨¦rez vive encima de su lugar de trabajo. Se levanta a las siete de la ma?ana, desayuna con sus hijos y su marido y, cuando ¨¦l se lleva a los ni?os al colegio, ella comienza a escribir sus libros (¡°s¨®lo hora y media¡±). Baja a la redacci¨®n de la revista poco antes de las diez de la ma?ana y permanece ocupada en la elaboraci¨®n de ?Hola! Espa?a hasta eso de la una y media de la tarde. Entonces sube a su despacho de ?Hola! M¨¦xico para coordinar el n¨²mero de la semana. Come a las tres. A veces tiene un rato para ir a jugar tenis. Cuando el reloj marca las cinco, ella ya est¨¢ en la puerta del colegio para recoger a sus hijos. Pasa el resto de la tarde haciendo alg¨²n recado. Pero si es lunes o jueves, vuelve a la Redacci¨®n porque son d¨ªas de cierre. Cena en familia a las nueve de la noche y no descarta la posibilidad de que tenga que resolver algo a ¨²ltima hora en la Redacci¨®n. ¡°He bajado muchas veces en bata, ?eh? Por eso para m¨ª es una ventaja vivir en el mismo edificio donde trabajo. As¨ª no pierdo tiempo en traslados.¡±
Ser escritora a tiempo parcial es algo que asume con naturalidad. ¡°No tengo otra opci¨®n. Tengo un trabajo, cinco hijos, aficiones. Los fines de semana dedico m¨¢s tiempo a escribir, eso s¨ª. Durante las vacaciones, tambi¨¦n¡±, especifica. A ese ritmo, asegura, La flor y nata qued¨® lista en siete meses. ¡°No hago esquemas de la trama o de los personajes. S¨¦ cu¨¢l es el argumento y ya: lo voy desarrollando. Y, mira: para escribir hay que tener humildad¡±, arguye con sinceridad. Cuando empiezo un libro no pienso en que voy a escribir igual que alg¨²n Nobel de Literatura. Digo: voy a escribir un libro que a m¨ª me va hacer pasar un buen rato y que leer¨¢n mis amigos y mi familia y quiz¨¢ alguien m¨¢s. Con esa filosof¨ªa uno se puede poner a escribir, porque si no¡ quiz¨¢ nunca lo har¨ªas.¡±
¡ªLa protagonista de su novela cuenta la historia que est¨¢ detr¨¢s de su primer gran reportaje, pero ?cu¨¢l fue su primer gran reportaje en la vida real?
¡ªA ver: la primera entrevista a la que fui, fue a la de Claudia Schiffer en el Hotel Ritz. Pero yo no iba de periodista sino de traductora. El periodista era Tico Medina, que no sab¨ªa ingl¨¦s y lo acompa?¨¦. Yo deb¨ªa de tener 20 a?os o as¨ª, no hab¨ªa terminado la carrera¡ Fue importante ir a ver a esta mujer, pero ya te digo: yo s¨®lo iba de traductora. Un par de a?os despu¨¦s s¨ª hice mi primer trabajo importante: Benazir Bhutto pas¨® por Madrid y nos dio una entrevista en el Hotel Villa Magna. Me mandaron a m¨ª, que ten¨ªa 22 a?os, porque ella puso como condici¨®n que la entrevistase una mujer y que hablase ingl¨¦s. Y en la Redacci¨®n yo era la ¨²nica con esas caracter¨ªsticas en aquel momento. Entre otras cosas porque ¨¦ramos muy pocos. Bueno, pues fui. Me recibieron unas personas de su servicio secreto, subimos en el ascensor y resulta que ten¨ªan toda una planta para ella y las personas que ven¨ªan con ella. Hab¨ªa soldados, hab¨ªa otros hombres con turbante. Para m¨ª, tan joven y tan nueva en esto, era impresionante. Yo no sab¨ªa nada de Pakist¨¢n. Y, claro, en aquella ¨¦poca, tuve que ir a la biblioteca para investigar. Al final centr¨¦ la entrevista en la situaci¨®n de las mujeres en Pakist¨¢n. Tambi¨¦n en su familia, en el peligro que corr¨ªa por su actividad pol¨ªtica. En fin, creo que sal¨ª bien librada.
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