Las islas m¨ªnimas
Los peque?os Estados insulares en desarrollo deben afrontar grandes problemas econ¨®micos, alimentarios y de salud con pocos recursos y visibilidad y muchas vulnerabilidades propias
Piense en un pueblo de su regi¨®n de unos 10.000 habitantes. En Espa?a podr¨ªan ser Tordesillas (Valladolid), Trujillo (C¨¢ceres) o Andoain (Gipuzkoa). Por ejemplo. Ahora, imagine que ese pueblo tiene que dotarse de la infraestructura de un Estado. Sistema sanitario, seguridad, sistema judicial, puertos y aeropuertos, diplomacia, cambio de monedas, comercio exterior... Para complicarlo a¨²n m¨¢s, tenga en cuenta que est¨¢ sobre una isla. O mejor (peor) todav¨ªa, varias islas. Y que hay que proporcionar a todas ellas electricidad, agua potable, transporte... Para completar, a?ada que su pueblo estar¨¢ expuesto a terremotos, sequ¨ªas y a algunos de los peores efectos del cambio clim¨¢tico. ?Abrumador, verdad?
Pues con todo ello tienen que lidiar los habitantes de Nauru y otros de los llamados Peque?os Estados Insulares en Desarrollo (SIDS, por sus siglas en ingl¨¦s). Son 39 pa¨ªses, unidos en una plataforma o alianza auspiciada por Naciones Unidas para afrontar sus especiales necesidades y vulnerabilidades. Porque a los problemas habituales de las naciones en desarrollo, estos enclaves?¡ªmuchos de ellos paradisiacos, como Seychelles, Mauricio o Maldivas¡ª a?aden algunos propios.
Los 39 SIDS
Oc¨¦ano Pac¨ªfico
- Islas Cook
- Kiribati
- Fed. Micronesia
- Fiji
- Islas Marshall
- Nauru
- Niue
- Palau
- Papua Nueva Guinea
- Samoa
- Islas Solomon
- Timor-Leste
- Tonga
- Tuvalu
- Vanuatu
Caribe
- Antigua y Barbuda
- Bahamas
- Barbados
- Belize
- Cuba
- Dominica
- Rep¨²blica Dominicana
- Grenada
- Guyana
- Hait¨ª
- Jaimaica
- Saint Kitts y Nevis
- Santa Luc¨ªa
- San Vicente y las Granadinas
- Surinam
- Trinidad y Tobago
Resto
- Cabo Verde
- Comoros
- Guinea-Bissau
- Maldivas
- Mauricio
- Sao Tom¨¦ y Pr¨ªncipe
- Seychelles
- Singapur
El primero viene dado por su propio tama?o, que en general es peque?o. Dejando a un lado los casos de Cuba (109.884 kil¨®metros cuadrados), Hait¨ª, Rep¨²blica Dominicana y el m¨¢s especial de Guinea-Bis¨¢u, el territorio no da para grandes explotaciones agr¨ªcolas o ganaderas. El espacio escasea en lugares como Nauru (21 kil¨®metros cuadrados) o Tuvalu (26). As¨ª que la principal fuente de producci¨®n de alimentos, agricultura de peque?a escala aparte, suele ser la pesca. En cualquier caso, la producci¨®n propia es muy limitada. Y eso significa que hay que importar casi todo. En la mitad del los SIDS del Caribe, m¨¢s del 80% de la comida que consumen sus habitantes es importada, seg¨²n datos de FAO. Una dependencia que, adem¨¢s, va en aumento.
Aqu¨ª viene otro problema. Por estar lejos ¡ªen el caso de las islas del Pac¨ªfico o del ?ndico¡ª o por comprender muchas islas, no suelen estar demasiado bien comunicadas. Las inversiones en infraestructuras se multiplican ¡ªhace falta al menos un puerto en cada una¡ª y el transporte hasta all¨ª, en cualquier caso, es caro. Por la distancia, o por las rutas. Y los precios se disparan. Recordemos que son pa¨ªses en desarrollo, en muchos casos con m¨¢s de un cuarto de la poblaci¨®n por debajo del nivel de la pobreza, seg¨²n FAO. Y que no tienen mucho que exportar, ya que no han podido producir demasiado. Por lo que muchas veces tienen que optar por comprar lo m¨¢s barato.
Pero la comida m¨¢s asequible no suele ser la m¨¢s sana. Alimentos procesados, bebidas azucaradas, carnes muy grasas... El resultado es que en pa¨ªses como Tonga m¨¢s del 40% de la poblaci¨®n sufre las llamadas enfermedades no transmisibles. Sobre todo, diabetes, obesidad e hipertensi¨®n. M¨¢s del 70% de los mayores de 15 a?os ten¨ªan sobrepeso en las Islas Cook, Micronesia, Nauru y Tonga. Y otro dato m¨¢s alarmante, si cabe: el 75% de todas las muertes de adultos en las islas del Pac¨ªfico ¡ªlas m¨¢s afectadas por esta problem¨¢tica¡ª se deben a este tipo de dolencias.
Y por si todo eso fuera poco, son algunos de los pa¨ªses m¨¢s vulnerables a los desastres naturales. Esto afecta al turismo ¡ªel principal motor de muchos de sus econom¨ªas¡ª a la producci¨®n de alimentos, al comercio, y tambi¨¦n al desarrollo social, con la destrucci¨®n de infraestructuras escolares, sanitarias... Entre 1990 y 2014, el Caribe sufri¨® 182 desastres naturales importantes, entre huracanes, inundaciones, sequ¨ªas o terremotos como el de Hait¨ª en 2010. Adem¨¢s de los cerca de 240.000 muertos que dejaron, los da?os econ¨®micos y sociales son devastadores. Por no mencionar que muchos de estos archipi¨¦lagos ser¨¢n los primeros en verse afectados por efectos del cambio clim¨¢tico como la subida del nivel del mar. En Vanuatu, Kiribati o Maldivas, saben de primera mano que la crecida es una certeza.
En la Cumbre del Clima celebrada en Par¨ªs el pasado diciembre, estos pa¨ªses fueron de los m¨¢s activos en la lucha para que el objetivo de aumento de la temperatura global en los pr¨®ximos a?os se fijara en 1,5 grados cent¨ªgrados. Tony Brum, el ministro de Exteriores de Islas Marshall, fue tajante: "Un aumento de dos grados ser¨ªa una sentencia de muerte para nosotros. Significar¨ªa la inmersi¨®n total de nuestras islas y la emigraci¨®n de nuestros 70.000 habitantes".
Por ¨²ltimo, est¨¢ el problema que s¨ª comparten con pueblos como los mencionados al principio. Son pocos y su influencia en la escena internacional, tambi¨¦n escasa. Las cifras, las que sean (de pobres, malnutridos, obesos...) no impresionan. Y eso les empuja hacia abajo en las listas de prioridades. Por eso est¨¢n unidos, en una suerte de mancomunidad de Estados en desarrollo y con problemas acuciantes, que buscan soluci¨®n a problemas que con los datos en la mano pueden parecer peque?os, pero afectan a pa¨ªses enteros. A para¨ªsos vulnerables.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.