Qui¨¦n es el hombre al que ama la mujer m¨¢s guapa del mundo

En el Instagram de Justin Theroux solo hay una foto de la mujer m¨¢s guapa del mundo. Desde un ventanal de la torre Eiffel, ella, Jennifer Aniston, mira al exterior forzadamente despreocupada mientras luce un anillo de un mill¨®n de d¨®lares. ?nicamente esa foto de su popular¨ªsima esposa. Las dem¨¢s im¨¢genes que pueblan el Instagram de este hombre son de arte callejero, reivindicaciones pol¨ªticas, selfies con la Gioconda como buen turista americano u homenajes al m¨ªtico luchador Hulk Hogan. Lo que desvela este mosaico es algo que este actor y guionista ha expresado en alguna ocasi¨®n: odia y le asquea la fama. Pura contradicci¨®n para un tipo que est¨¢ casado con una de las personas m¨¢s famosas del mundo. Todos la conocemos a ella, pero, ?qui¨¦n es ¨¦l?

De peque?o, su car¨¢cter rebelde le hizo cambiar constantemente de colegios. Ha participado en v¨ªdeos de grupos de rock y se declara anarquista

¡°Esa es la chica¡±. Con esta frase muchos espectadores descubrieron a Justin Theroux (Washington, 44 a?os) en el cl¨¢sico moderno de culto Mulholland drive, dirigido en 2001 por David Lynch. Interpretaba al director Adam Kesher, que eleg¨ªa a la rubia equivocada para desgracia de Betty (Naomi Watts). En la vida real, Theroux (pronunciado con la x muda y con acento en la u, m¨¢s o menos "ter¨²") parece haber escogido a la rubia adecuada. Su matrimonio en verano de 2015 con Jennifer Aniston (California, 47 a?os), reci¨¦n nombrada la mujer m¨¢s guapa del mundo por la revista People, le ha convertido en el hombre que desayuna todos los d¨ªas con la m¨¢s bella.

Justin Theroux (por cierto, con un nombre muy similar al nuevo primer ministro canadiense, Justin Trudeau) creci¨® en una familia de intelectuales en la que era imposible destacar. Su madre era periodista del Washington Post; sus t¨ªos, Paul, Alexander y Peter, son novelistas, ensayistas y poetas de prestigio, y sus primos Louis y Marcel dirigen documentales. ¡°Nunca me sent¨ª brillante. Mis primos Louis y Marcel se sentaban a leer a Chaucer mientras yo me com¨ªa un vaso de poliestireno.¡± Louis Theroux ha rodado un documental que desmonta la corporaci¨®n de la Iglesia de la Cienciolog¨ªa (My Scientology Movie), el cual Justin asegura no haber visto todav¨ªa. El actor no pierde la ocasi¨®n de alabar la profesionalidad y generosidad de Tom Cruise, emblema universal de la cienciolog¨ªa y quiz¨¢ el documental no es un buen tema de conversaci¨®n durante una de sus cenas de amigos en su mansi¨®n de 20 millones de euros. Es s¨®lo uno de los conflictos que Justin Theroux trata de navegar a diario.

Despreocupadamente apuesto, Justin no parece una estrella de Hollywood. Viste jerseys de rayas rojas y negras con cinturones de tachuelas, mu?equeras de cuero y corbatas extra-finas que hacen que parezca que acaba de salir de un concierto de los Strokes en 2004. Habla relajado, resulta introspectivo sin parecer intenso y es, ante todo, educado. Utiliza su estatus, eso s¨ª, para prohibir preguntas relacionadas con su vida privada, tal y como sus frustrados entrevistadores revelan. ¡°La fama es que otra gente me diga lo que est¨¢ pasando en mi vida. Es como protagonizar una tira c¨®mica diaria que no escribes t¨²¡±, dijo en una ocasi¨®n. Una popularidad que innegablemente debe a su matrimonio con Aniston. ¡°Es frustrante. Porque el p¨²blico siempre dice 'ah, esto es lo que t¨² quer¨ªas'. Y no es cierto. Nunca he visto a nadie perseguir a John Updike por la calle pidi¨¦ndole selfies¡±, ha comentado sobre la fama.

Tantos a?os despu¨¦s de volver loca de Naomi Watts en Mulholland drive, la carrera de Justin Theroux ha estado marcada por las obras de culto. Habr¨ªa que empezar a pensar que no es una casualidad. A dos metros bajo tierra, Zoolander, Inland Empire y sobre todo la serieThe Leftovers, sugieren su atracci¨®n hacia los personajes mediocres atrapados en universos extravagantes. The Leftovers (la historia de una sociedad en la que el 2% de sus habitantes desaparecen sin mayor explicaci¨®n) ha generado una fascinaci¨®n abrumadora entre sus espectadores, al plantear conflictos como la culpa, la p¨¦rdida, la fe y el final de la existencia.

Creada por Damon Lindelof (Perdidos), The Leftovers afronta su tercera y ¨²ltima temporada como uno de los mayores fen¨®menos culturales de la d¨¦cada. ¡°Me gusta que Damon plantee una pregunta que nunca va a responder¡± (los fans de Perdidos no estar¨¢n tan de acuerdo).

La escasa duraci¨®n de la serie encaja con la visi¨®n de Theroux sobre su carrera. ¡°Si me comprometiese con una serie de televisi¨®n durante 7 a?os probablemente me colgar¨ªa del cuello¡±. Su mujer, mucho m¨¢s famosa pero deliberadamente menos objeto de culto que ¨¦l por su afici¨®n a las comedias rom¨¢nticas gen¨¦ricas, s¨ª se pas¨® 10 a?os con un contrato en Friends que estipulaba hasta c¨®mo deb¨ªa cortarse el pelo. Cuando renegociaron las ¨²ltimas temporadas de la serie, los seis protagonistas de Friends exigieron que, o les daban un mill¨®n de d¨®lares por episodio, o se iban todos. Un esp¨ªritu negociador voraz que se parece m¨¢s al del tatarabuelo de Justin, H.B. Hollins, un magnate ferroviario que acab¨® compr¨¢ndose su propia isla.

Tampoco es que Justin ande mal de dinero. Su labor como guionista de Tropic thunder (Ben Stiller, 2008), Iron Man 2 (Jon Favreau, 2012) o Rock of Ages (Adam Shankman, 2012) le ha mantenido dentro de las grandes ligas de Hollywood. Su tendencia a crear pol¨¦mica respira ese esp¨ªritu canalla que le llev¨® a cuatro colegios distintos durante su infancia. Tropic thunder fue acusada de racista (Robert Downey Jr interpreta a un actor que se pinta de negro) y cruel con las enfermedades mentales al usar la escabrosa palabra ¡°retard¡± (retrasado); Zoolander 2 despert¨® el boicot de las asociaciones LGTB por su par¨®dico retrato de la transexualidad, y s¨®lo se salv¨® Rock of Ages (musical protagonizado por Tom Cruise), probablemente porque no la vio nadie.

"Una vez has visto a Tom Hanks con su mujer, en su coche o mostrando su casa en las revistas, ves sus pel¨ªculas y no puedes implicarte del todo. Su fama ha corrompido su arte¡±, Justin Theroux, demostrando que le asquea la fama

¡°Siempre me han parecido muy graciosas esas personas que son incre¨ªblemente est¨²pidas pero incre¨ªblemente seguras de s¨ª mismas a la vez. Donald Trump es el ejemplo perfecto: es b¨¢sicamente un ni?o de 7 a?os subido a un p¨®dium. Y es muy entretenido de mirar, aunque espero que la broma se agote antes de que las cosas se pongan serias¡±. Pocas estrellas de Hollywood hablan de pol¨ªtica con tanta franqueza, pero Theroux es lo m¨¢s parecido a un hombre de izquierdas que Estados Unidos puede permitirse. ¡°Me consideraba a m¨ª mismo un anarquista y a¨²n desconf¨ªo del gobierno. Pero entiendo las virtudes del civismo, la democracia y la bondad. Yo nunca tir¨¦ cubos de basura contra escaparates¡±.

Theroux justifica su problem¨¢tica adolescencia con un diagn¨®stico tard¨ªo de dislexia y d¨¦ficit de atenci¨®n. ¡°Sufr¨ªa una hiperactividad cr¨®nica. A d¨ªa de hoy, todav¨ªa leo muy despacio¡±. Justin cuenta su historia pero no la adorna como una haza?a de superaci¨®n, aunque habla mandar¨ªn fluido porque ¡°es un idioma muy musical y su escritura es visual¡±. Bromea sobre su impopularidad en el colegio al confesar que le encantar¨ªa escribir un gui¨®n en el que Iron Man le da una paliza a David Sullivan, que viv¨ªa en la calle 32 y le pegaba cuando era peque?o.

Es f¨¢cil sentirse identificado con Justin Theroux, m¨¢s all¨¢ de que s¨®lo ¨¦l duerme con la mujer m¨¢s guapa del mundo cada noche, por su genuina camarader¨ªa e incomodidad ante la fama para la que tuvo que mentalizarse durante tres a?os, los que estuvo prometido con Aniston antes de casarse.?

En 2010 Theroux tuvo un papel recurrente en la serie Parks & Recreation como novio de la protagonista, Leslie Knope. En un cap¨ªtulo, Leslie lamentaba la mala suerte sentimental de Jennifer Aniston: ¡°Oh, Jen, realmente quiero que seas feliz, al¨¦jate de John Meyer¡±. Meyer era la pareja real de Aniston por aquel entonces, y ni en la mejor comedia rom¨¢ntica se habr¨ªa podido escribir un giro de gui¨®n que nos hiciese creer en el destino de esa forma: un a?o despu¨¦s de ese cap¨ªtulo Jennifer dej¨® a Meyer para irse con Justin Theroux.

?l quiere proteger su intimidad para no condenar su arte. ¡°Una vez has visto a Tom Hanks ganar premios, con su mujer o en su coche, ves sus pel¨ªculas y no puedes implicarte del todo. N¨¢ufrago est¨¢ muy bien, pero nunca te la puedes creer. Sabemos que es Tom Hanks y sabemos de qu¨¦ color es su sof¨¢ porque lo vimos en People. Su fama ha corrompido su arte¡±.

La contradicci¨®n es inevitable y flagrante. Nosotros sabemos que Justin conduce una Ducati en la que su mujer se niega a montar. Sabemos que muchos de los invitados a su boda (seg¨²n ¨¦l, los que estaban en paro) cre¨ªan estar yendo a una fiesta de cumplea?os, en camiseta y sandalias, mientras que los invitados con agendas m¨¢s apretadas s¨ª se vistieron para la ocasi¨®n. Tambi¨¦n sabemos que no quiere tener hijos y que prefiere cuidar de su granja de pollos. ¡°Los pollos se portan mejor que los ni?os y me dan huevos frescos cada ma?ana, que disfruto recolectando junto a mi mujer¡±, ha llegado a decir.

Recientemente con su compa?era de The Leftovers, Liv Tyler, confes¨® que la costumbre de Justin de no llevar ropa interior bajo el ch¨¢ndal le impide concentrarse. ¡°Mis ojos est¨¢n aqu¨ª arriba¡±, reivindic¨® Theroux jugueteando con Liv Tyler por medio de mensajes en Twitter. No es menos hombre el que se deja cosificar. Otros muchos habr¨ªan perdido el control sobre su ego eclipsado (como le suced¨ªa a Justin en el videoclip Hysteria de Muse), pero ¨¦l encaja sus circunstancias con la deportividad que s¨®lo pueden permitirse aquellos que han elegido la vida que tienen. ¡°No he sido tan feliz jam¨¢s¡±, ha dicho recientemente. Tras semejante sentencia, poco m¨¢s importa.