Una sociedad presa del encantamiento
Del 20-D surgi¨® un tetrapartido de dif¨ªcil salida. La torpeza con que las principales formaciones han gestionado la crisis poselectoral ha tenido como efecto oculto y de mayor entidad una grave erosi¨®n de la democracia
En este momento, propicio para evocar el tiempo cr¨ªtico del Quijote, vale la pena recordar una observaci¨®n del arbitrista Mart¨ªn Gonz¨¢lez de Cellorigo: ¡°Espa?a es un pa¨ªs de hombres encantados que viven fuera del orden natural¡±. El encantamiento no solo afect¨® al hidalgo manchego, quien por lo menos entre enga?o y enga?o supo percibir las quiebras de una sociedad, sino a tantos espa?oles, empezando por los reyes y sus validos, incapaces de darse cuenta del desplome en curso y del coste que hab¨ªa de tener el mantenimiento de una pol¨ªtica inspirada en los sue?os de grandeza del pasado. Y que ya como el personaje de La gitanilla identificaba la b¨²squeda de la riqueza con el principio de ¡°coheche y tendr¨¢ dineros¡±.
El encantamiento vuelve a caracterizar hoy a la sociedad espa?ola, unido eso s¨ª al esperpento. No es algo nuevo: el embajador brit¨¢nico lo detect¨® en v¨ªsperas del Desastre, al constatar c¨®mo las aparatosas manifestaciones patrioteras ten¨ªan detr¨¢s una tendencia al inmovilismo, a un take it easy ajeno al deslizamiento hacia la cat¨¢strofe. El ¡°mat¨¢moslo todos¡± del liberal Montero R¨ªos fue la expresi¨®n oficial de esa ceguera voluntaria.
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Obviamente esa situaci¨®n no dependi¨® de un supuesto car¨¢cter espa?ol, sino de un complejo de factores pol¨ªticos e intelectuales que llevaron a contemplar la p¨¦rdida de las Antillas desde la inhibici¨®n. El sistema canovista hab¨ªa sido para Cuba una aut¨¦ntica camisa de fuerza, solo superable mediante la insurrecci¨®n, y en la pen¨ªnsula bloqueaba todo atisbo de alternativa real. La inhibici¨®n ser¨ªa seguida luego de una est¨¦ril cascada de reflexiones neo-arbitristas, como si lo ocurrido no hubiese sido algo perfectamente explicable (Pi y Margall).
El periodo de las elecciones y la ag¨®nica etapa poselectoral nos devuelven a una situaci¨®n similar. El descontento ante el sistema y frente a los que en la Restauraci¨®n hubieran llamado los ¡°partidos turnantes¡±, m¨¢s una ley electoral inadecuada para tal circunstancia, dio lugar a un envenenado panorama poselectoral.
Del 20-D sali¨® un tetrapartido de dif¨ªcil salida, con la propina de los partidos nacionalistas, dos de los cuales no jugaban a obtener ventajas parciales, sino a encontrar ventajas para su objetivo de independencia en Catalu?a. Y con vistas a unas nuevas elecciones, el panorama no se presenta mejor.
Rajoy no quiere entender que es ¨¦l mismo quien se ha inhabilitado para gobernar Espa?a
Por mucho que golpe a golpe, la ¨²ltima vez con el caso Soria, haya quedado de manifiesto la incapacidad voluntaria de Rajoy para afrontar con dignidad la monta?a de corrupci¨®n en el PP, nuestro registrador sigue empecinado en cerrar el paso a todo lo que no sea eternizarse ¨¦l en el Gobierno, incluso frente a candidatos de su propio partido, y dispone de los medios para lograrlo. No quiere entender que es ¨¦l mismo quien se ha inhabilitado moral y pol¨ªticamente para gobernar Espa?a, y ah¨ª est¨¢ Pablo Iglesias, su socio estos meses, preparado para montar el cirio desde la calle con un nuevo 15-M y record¨¢rselo a costa de la democracia representativa. El ¡°?Rajoy, no!¡± surge de su propia imagen ante un espejo que no ha querido mirar. Claro que esto no justifica otra ceguera, la del PSOE al extender ese rechazo a todo lo que sea PP, y para todo tipo de relaciones, incrementada con la incapacidad para renovar el mensaje y el mantra del ¡°cambio¡±.
M¨¢s all¨¢ de la formaci¨®n de Gobierno, varios temas de Estado est¨¢n clamando por una atenci¨®n urgente de los partidos constitucionalistas, y en primer t¨¦rmino el de Catalu?a, cuesti¨®n que no se resuelve cambiando impresiones con Puigdemont o Junqueras, aunque hablar venga bien.
Y peor est¨¢n las cosas aun con Podemos. El take it easy casi general ha prevalecido al ser avalada, desde la opini¨®n y los medios, la consulta sobre el respaldo al ¡°Gobierno de Rivera y S¨¢nchez¡± o la paliza de ¡°la v¨ªa valenciana¡±. La falsificaci¨®n de la democracia, como en este caso, la reduce a la calidad de bono basura. No solo quita valor a sus resultados, sino que revela una voluntad inequ¨ªvoca de utilizarla como disfraz de la manipulaci¨®n. ?D¨®nde estuvo la apertura de un debate previo sobre las opciones? Y todos contentos, como si la partida no estuviese trucada.
Adem¨¢s, en estos tres meses, Iglesias se ha puesto al descubierto, tanto en sus fines como en unos procedimientos donde lo esencial es la destrucci¨®n del otro, a veces con estilo impresentable (escoltas y falos, satanizaci¨®n del periodista). Estamos ante el invento del lumpenprogresismo, con caudillo al frente, una nueva senda de ascenso al poder en la estela de los movimientos antidemocr¨¢ticos del siglo XX.
En el caso de Podemos, estamos ante el invento del lumpen-progresismo, con su caudillo al frente
Tal vez esta erosi¨®n de la democracia sea el efecto oculto y de mayor entidad de la crisis poselectoral, y de c¨®mo esta ha sido gestionada por los principales partidos. Es algo m¨¢s importante a¨²n que los efectos sobre la econom¨ªa espa?ola. Claro que tal descenso a los infiernos resulta una bendici¨®n para el independentismo catal¨¢n, y seguramente para la noche de los terroristas vivientes que se anuncia pol¨ªticamente en Euskadi, en torno a los disfraces de Otegi.
?Qui¨¦n puede negar que las instituciones y los partidos pol¨ªticos han sido incapaces de superar una crisis compleja pero transparente? La democracia no funciona, los partidos no funcionan, tal es la sensaci¨®n general, y luego cada uno elige su o sus culpables, o condena a todos. No est¨¢ teniendo lugar la ponderaci¨®n de las responsabilidades, e incluso resulta posible que los m¨¢s castigados sean quienes elaboraron un acuerdo razonable, con el PSOE como principal damnificado.
El encantamiento se impone a la realidad pol¨ªtica, de la cual ¨²nicamente cuenta la suma de diputados, como tras el 20-D. Todo estuvo subordinado a las expectativas de 130, 161 o 199. El contenido no importaba, seg¨²n pudieron comprobar PSOE y Ciudadanos.
El tema proscrito, Catalu?a, estuvo adem¨¢s vedado para todos salvo para Podemos, que mira las reivindicaciones nacionalistas como simples caladeros de pesca electoral, siguiendo a aquel gran dem¨®crata que fue Vlad¨ªmir Lenin, aun a costa de que el Estado se lo jugara todo y lo perdiera en una partida sin reglas. Fuera del ¡°orden natural¡±, ignoran las exigencias de una autodeterminaci¨®n democr¨¢tica que pasar¨ªa por la reforma federal de la Constituci¨®n, y menos se detienen a pensar en el efecto demoledor de las amputaciones consiguientes: la fragmentaci¨®n de Espa?a. El resto mira hacia otro sitio.
Antonio Elorza es catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica.
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