Hacer lo correcto con Hezbol¨¢
La Uni¨®n Europea debe incorporar cuanto antes al movimiento de Nasral¨¢ a su lista de organizaciones terroristas
Hace casi tres a?os, la Uni¨®n Europea finalmente dej¨® atr¨¢s su prolongada resistencia y puso a consideraci¨®n la cuesti¨®n de agregar a Hezbol¨¢ a su lista de organizaciones terroristas. La buena noticia es que los 28 Estados miembros tomaron cartas en el asunto, impulsados por la determinaci¨®n de Bulgaria, que hab¨ªa sufrido un mort¨ªfero ataque de Hezbol¨¢ el a?o anterior, y Chipre, que arrest¨® a un efectivo de Hezbol¨¢ husmeando por ah¨ª. La mala noticia es que la Uni¨®n Europea opt¨® por dividir a Hezbol¨¢ e incluir el ¡°ala militar¡± en la lista del terrorismo, dejando fuera el ¡°ala pol¨ªtica¡±. Si alguna vez hubo una distinci¨®n sin una diferencia, fue esta. No se conformen s¨®lo con mi palabra. Nada menos que el Has¨¢n Nasral¨¢, jefe de Hezbol¨¢, radicado en L¨ªbano, lo dijo, haciendo hincapi¨¦ en que nadie pod¨ªa dividir a su organizaci¨®n.
Burl¨¢ndose de la decisi¨®n de la UE, Nasral¨¢ asever¨®: ¡°Nunca se formar¨¢ un gobierno [de L¨ªbano] sin Hezbol¨¢. Simplemente a modo de broma, propongo que nuestros ministros del pr¨®ximo gobierno provengan del ala militar de Hezbol¨¢¡±. No es frecuente que yo est¨¦ de acuerdo con Nasral¨¢, pero en esta oportunidad -al C¨¦sar lo que es del C¨¦sar- ten¨ªa raz¨®n respecto de la ilusi¨®n de la UE que hay dos Hezbol¨¢s.
El argumento europeo pone el foco en la afirmaci¨®n de que Hezbol¨¢ es tambi¨¦n un partido pol¨ªtico ¡°leg¨ªtimo¡± en L¨ªbano, es candidato en elecciones, y tiene miembros en el Gobierno. Por ende, poner en la lista negra a la totalidad de Hezbol¨¢ priva de sus derechos b¨¢sicos a quienes votan por sus candidatos, adem¨¢s de poner en riesgo la fr¨¢gil estabilidad del pa¨ªs levantino. En realidad, inmediatamente despu¨¦s de la decisi¨®n de 2013, Catherine Ashton, jefa de la diplomacia de la UE, explic¨®: ¡°Queremos ser objetivos tambi¨¦n, en apoyo de los partidos pol¨ªticos de L¨ªbano y de su pueblo. Hemos dejado clara la distinci¨®n¡±.
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El problema con esta l¨ªnea de defensa es que no reconoce lo obvio.
Primero, Hezbol¨¢ pueden ser candidato en elecciones, pero se trata de una manera no-muy-sutil de aprovecharse de un sistema democr¨¢tico para conquistar poder.
Segundo, Hezbol¨¢ lo quiere todo -estar en el sistema pol¨ªtico y mantener sus propias fuerzas militares fuera del control del sistema. En ese sentido, hace tiempo que Hezbol¨¢ es un Estado dentro de un Estado, poniendo en peligro la soberan¨ªa y seguridad libanesas. Y sorprendentemente, hasta ahora ha tenido ¨¦xito con esta doble estrategia.
Tercero, no importa c¨®mo desmenucemos y fragmentemos la ret¨®rica, Hezbol¨¢ es una organizaci¨®n terrorista, y todos sus componentes -no algunos, sino todos -apoyan el impulso ideol¨®gico letal y los objetivos del grupo.
Precisamente esa es la conclusi¨®n a la que lleg¨® un informe de la Inteligencia General de Holanda, cuando declar¨®: ¡°Las alas pol¨ªtica y terrorista de Hezbol¨¢ son controladas por un Consejo Coordinador¡±. El mismo estudio agreg¨®: ¡°Holanda ha cambiado su pol¨ªtica y ya no establece una distinci¨®n entre las ramas pol¨ªtica y terrorista de Hezbol¨¢¡±. (Ay, la UE no ha imitado la decisi¨®n de Holanda).
?Cu¨¢les son los objetivos del grupo? No hace falta recurrir a un agente secreto para descifrarlos. En realidad, s¨®lo requiere un examen de las acciones de Hezbol¨¢ a lo largo de los a?os. Desde unirse al presidente sirio El Assad y a las fuerzas iran¨ªes para perpetrar asesinatos masivos en Siria, donde supuestamente el n¨²mero de muertos ronda los 500.000 despu¨¦s de cinco a?os de conflicto, hasta asesinar, en a?os anteriores a norteamericanos y franceses en sus embajadas y complejos militares; desde incitar a la destrucci¨®n de Israel hasta tramar ataques contra blancos israel¨ªes y jud¨ªos en todo el mundo, entre ellos los mort¨ªferos atentados a la embajada de Israel y el edificio de AMIA en Buenos Aires; y desde matar a pol¨ªticos opositores hasta tener como rehenes a poblaciones civiles de L¨ªbano, Hezbol¨¢ no ha intentado encubrir sus objetivos primordiales y m¨¦todos predilectos. En realidad, ha sido tan irrebatiblemente claro, que adem¨¢s de Estados Unidos y Canad¨¢, los miembros del Consejo de Cooperaci¨®n del Golfo (GCC seg¨²n su sigla en ingl¨¦s) -Bahr¨¦in, Kuwait, Om¨¢n, Qatar, Arabia Saudita y Emiratos ?rabes Unidos- y los miembros de la Liga ?rabe recientemente han catalogado a Hezbol¨¢ como grupo terrorista. El secretario general de GCC Abdullatif al-Zayani no midi¨® sus palabras cuando acus¨® a Hezbol¨¢ de ¡°llevar a cabo ataques terroristas, contrabandear armas y explosivos, provocar sedici¨®n e incitar al caos y la violencia¡±. A?adi¨® que las acciones del grupo implicaban una amenaza directa a la ¡°seguridad nacional ¨¢rabe¡±. Eso s¨ª, no se plante¨® ninguna falsa distinci¨®n entre ala ¡°militar¡± y ¡°pol¨ªtica¡±.
Nos encontramos entonces ante la extra?a circunstancia que Estados Unidos, Canad¨¢, Holanda, Israel, el GCC, y la Liga ?rabe est¨¢n de acuerdo en cuanto a la aut¨¦ntica naturaleza de Hezbol¨¢, y sin embargo la Uni¨®n Europea est¨¢ extra?amente alejada, aferrada a la aparente creencia de que puede moderar la conducta de Hezbol¨¢ cuando, en realidad, no existe prueba alguna de ello. ?No es hora ya de que la Uni¨®n Europea termine la tarea que comenz¨® con su decisi¨®n inicial sobre Hezbol¨¢ en 2013? Este importante paso podr¨ªa obstaculizar significativamente la capacidad de Hezbol¨¢ de operar libremente en Europa al empoderar a los gobiernos para desmantelar las actividades organizativas y de recaudaci¨®n de fondos del grupo dentro de las fronteras de la UE.
El terrorismo significa una amenaza para todos. Al responder, debemos ser l¨²cidos, decididos, e inquebrantables. Hezbol¨¢ es lo que dice ser -un grupo doctrinario, violento, arraigado en el islam chiita. Ser¨¢ in¨²til cualquier intento de hacer creer lo contrario. No podemos pensar que dejar¨¢ de ser genio y figura hasta la sepultura porque estemos dispuestos a tratar de encontrar un punto medio, no cuando se trata de creencias y fe no negociables. Una vez m¨¢s, no busquemos m¨¢s all¨¢ de las palabras de Has¨¢n Nasral¨¢: ¡°A quien quiera desarmar la Resistencia por la fuerza -y lo he dicho m¨¢s de una vez- le cortaremos la mano, lo decapitaremos, y nos desharemos de su alma. Tan resueltos estamos¡±.
En el pasado, algunos pa¨ªses europeos trataron de negociar con terroristas que operaban en suelo europeo, apacigu¨¢ndolos con sentencias leves de prisi¨®n y liberaci¨®n anticipada de la c¨¢rcel, tratando de llegar a turbios arreglos secretos, haciendo creer que sus ¡°reclamos¡± eran ¡°leg¨ªtimos¡±, o simplemente esperando que el problema desapareciera m¨¢gicamente.
Sin embargo, m¨¢s recientemente y dados los tr¨¢gicos sucesos acaecidos, Europa deber¨ªa haber comprendido que estas estrategias no funcionan. Y con ese conocimiento deber¨ªa llegar la ineludible comprobaci¨®n que efectivamente el terrorismo es terrorismo.
En ese esp¨ªritu, si, Hezbol¨¢ es Hezbol¨¢. No hay dos Hezbol¨¢s, s¨®lo uno. Y ese Hezbol¨¢, en su totalidad, se deber¨ªa incorporar a la lista de organizaciones terroristas de la Uni¨®n Europea a la mayor brevedad.
David Harris es director ejecutivo del Comit¨¦ Jud¨ªo Americano.
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