La salud mental y lo irreparable de las reparaciones post-coloniales
Lo irreparable como parte de la reparaci¨®n. Algo as¨ª como una ayuda bienpensante y ajena como parte de la incompresi¨®n del colonizador. Traer conceptos racionales para parchar da?os que no se expresan conscientemente, ni jam¨¢s lo har¨¢n. Aportar moldes de la cultura m¨¦dica del siglo XIX para curar heridas africanas de contornos que no encajan en los l¨ªmites del cientificismo racionalista.
La raz¨®n, nuestra raz¨®n post-industrial positivista, est¨¢ llena de lagunas de insensibilidad y de ox¨ªmoron. El ox¨ªmoron es esa estructura sint¨¢ctica de dos palabras o expresiones de significado opuesto que, seg¨²n la Real Academia Espa?ola, "originan un nuevo sentido". La RAE pone como ejemplo el "silencio atronador" y a nosotros, a partir de la indagaci¨®n del artista argelino Kader Attia se nos ocurre otro: "la cura patol¨®gica".
'Chaos-repair' ("Caos-reparaci¨®n"), una obra de Kader Attia.
Los ox¨ªmoron de la raz¨®n de Kader Attia es una obra-ensayo, una instalaci¨®n hecha de videorreportajes que puede verse en estos d¨ªas (hasta el 8 de mayo) en las cisternas de la Koutoubia de Marrakech (Marruecos), integrando la programaci¨®n de esta edici¨®n de la Biennale de Marrakech. La librer¨ªa, que fue premiada en la ¨²ltima Bienal de Lyon (Francia, 2015), consta de dieciocho piezas de video de veinte minutos cada una, de profundas reflexiones de expertos y conocedores de la psicolog¨ªa social de las sociedades que padecieron la 'protecci¨®n' de los 'civilizadores' sobre todos los aspectos de la vida cotidiana.
Kader Attia trabaja habitualmente en las ramificaciones del colonialismo europeo en ?frica y las reinterpretaciones en la cultura contempor¨¢nea de las sociedades que lo sufrieron. Este artista franc¨¦s de origen argelino (y residencia en Berl¨ªn) viene pregunt¨¢ndose c¨®mo las reglas asociadas a la modernidad est¨¦tica eruropea han sido apropiadas por el colonizado. Y, en fin, trata de reconstruir las partes faltantes de la "narrativa can¨®nica de la modernidad" y hacerlas visibles, agreg¨¢ndoles el sentido de los m¨¢rgenes. As¨ª, del 3 al 10 de mayo estar¨¢ presente tambi¨¦n en la Bienal de Arte Contempor¨¢neo Africano de Dakar, Senegal (museo de l'Ifan, Dakar).
En Los ox¨ªmoron de la raz¨®n, un tratado sobre la locura y las locuras del reduccionismo, o la cordura como posibilidad sincr¨¦tica y de respeto por todo lo que de desconocido tiene el alma y las culturas, Attia indaga en los conceptos psiqui¨¢tricos a partir de las patolog¨ªas occidentales y ligados a temas como 'Genocidio', 'T¨®tem y fetiche', 'Raz¨®n y pol¨ªtica' o 'Trances'. Investiga, de la mano de fil¨®sofos, etn¨®logos, historiadores, psicoanalistas, music¨®logos, pacientes, curanderos, griots o narradores orales, acerca de c¨®mo son percibidas esas 'patolog¨ªas' en las sociedades no occidentales. Attia lleva la reflexi¨®n al cruce de las explicaciones racionales con las representaciones irracionales, y topa casi indefectiblemente en la ambivalencia de lo irreparable en la reparaci¨®n... O "la natural ambivalencia del progreso hist¨®rico que puede verse como un proceso de perjuicios y reparaciones que deja huellas en la psicopatolog¨ªa social".
Fotograma de una de las piezas que componen la instalaci¨®n 'Reason's oxymorons' de Kader Attia.
Es una de esas obras manantial que nos mantienen atentos durante dos o tres horas, porque cada palabra est¨¢ justificada, cada imagen nos dispara nuevas preguntas en direcciones in¨¦ditas, de verdadero encuentro con 'el otro'. Por ejemplo, podemos poner en cuesti¨®n la palabra escrita como fuente ¨²nica de saber frente a la cultura oral de transmisi¨®n ancestral, en ?frica. O acercarnos a la idea de la b¨²squeda de un equilibrio entre el individuo y el grupo, porque el grupo siempre sostiene al individuo y el ancestro es una figura omnipresente en ?frica (aunque tambi¨¦n hay necesidad del testimonio individual). O aprender de la capacidad de adaptaci¨®n, perder la rigidez de ser una u otra especie y reconocer el lugar subjetivo del hombre en relaci¨®n con un entorno en el que el pasaje de ¨¢rbol a animal o a hombre es mucho m¨¢s natural y fluido.
?Qu¨¦ es el yo, o el ego, en cada cultura? Hay en wolof una palabra que podr¨ªa aludir al inconsciente de Freud, porque refiere a una fuerza superior. ?Son susceptibles de ser traducidos los conceptos de cada cultura?
La misi¨®n: alejarse un poco de este dualismo en el que nos hemos criado en Occidente, el de la tajante separaci¨®n entre lo material y el esp¨ªritu.
En la librer¨ªa escuchamos a los psiquiatras y psicoanalistas buscar alianzas entre las terapias occidentales y los rituales tradicionales y religiosos. O entre el modo en que el hombre occidental construye su relato de vida y el cuento, como dos maneras de asumir el trauma. Porque lo inconsciente no siempre se vuelve consciente pero se act¨²a sobre las proyecciones, sobre lo simb¨®lico. De ah¨ª la etnopsiquiatr¨ªa que, en palabras de un especialista, procura que nos olvidemos de los libros para entrar en el mundo aut¨¦ntico de cada paciente.
En nuestra civilizaci¨®n de certezas tecnol¨®gicas, ?habr¨ªa que "reintroducir el no saber" como objeto de an¨¢lisis? Es verdad que a este mismo lado del mundo, cuando una patolog¨ªa se alarga y escasean las explicaciones, hasta los intelectuales van a los curanderos.
En Angola, Malawi, Ruanda, la Rep¨²blica Centroafricana y Senegal, la existencia es mucho m¨¢s importante que lo que est¨¢ en el papel. Podemos usar el psicoan¨¢lisis para analizar procesos pero no para recolectar el material, explican los terapeutas. Sin embargo, hay pr¨¢cticas no escritas que son casi sesiones de psicoan¨¢lisis, que se basan en escuchar y dejar que el paciente se interprete. Luego est¨¢n los migrantes y su necesidad de explicar esos otros mundos en una lengua extranjera.
Entonces, ?hay conceptos que solo son europeos? ?hay una transmisi¨®n f¨ªsica de las experiencias traum¨¢ticas de una sociedad? ?c¨®mo se deviene un ancestro? Attia procura acercarnos a esa otra orilla de la sensibilidad humana.
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