Turqu¨ªa vigila los insultos a Erdogan en Holanda
El consulado en Rotterdam pide que se le comuniquen las ofensas contra el presidente
La diplomacia no solo contribuye a regular las relaciones internacionales entre Estados. Su representaci¨®n m¨¢s visible, los consulados, asiste a los compatriotas desplazados fuera del territorio nacional. En el caso de Turqu¨ªa, sin embargo, dicha colaboraci¨®n es tan estrecha que corre el peligro de borrar la delicada l¨ªnea divisoria entre la atenci¨®n y el posible control de la comunidad expatriada. Ankara tambi¨¦n considera ciudadanos propios a los nacidos fuera del pa¨ªs, es decir, a todos sus emigrantes, y ello provoca equ¨ªvocos. El m¨¢s reciente lo ha protagonizado su consulado en Rotterdam, que ha pedido a los turcos de Holanda ¡°los nombres, direcci¨®n de correo electr¨®nico, o de los medios sociales, de los que insulten al presidente Erdogan¡±. El Parlamento de La Haya ha calificado la misiva de denuncia inadmisible, y el roce ha derivado en conflicto diplom¨¢tico.
Seg¨²n la Embajada turca, se trata de un error de percepci¨®n. La culpa es el exceso de celo de un funcionario consular, que no supo darle el tono adecuado a la nota remitida a las asociaciones c¨ªvicas turco-holandesas. Lo que en realidad se pretend¨ªa, dice, es ¡°evaluar la situaci¨®n en Holanda¡±, porque ¡°tambi¨¦n aqu¨ª han aumentado los mensajes de agravio¡± desde que el humorista germano Jan B?hmermann publicara un poema ofensivo contra Erdogan. La legaci¨®n asegura haber recibido recados comparando al mandatario con Hitler. O bien instando a la marcha de los (cerca de 400.000) holandeses de origen turco.
Dado que el Gobierno alem¨¢n ha aceptado que sus tribunales investiguen si el c¨®mico incurri¨® en un delito, la C¨¢mara holandesa en pleno ha querido mostrar su repulsa al intento de intimidaci¨®n de la comunidad de ascendencia turca. Sobre todo cuando la solicitud consular semeja, como ahora, una propuesta de delaci¨®n. Si la diplomacia es tambi¨¦n el arte de ser oportuno, el incidente no ha podido llegar en el peor momento. Justo cuando el Ministerio de Justicia holand¨¦s acaba de anunciar la supresi¨®n de los art¨ªculos del C¨®digo Penal que proh¨ªben insultar a jefes de Estado de otros pa¨ªses.
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