Ella Woodward, la nueva gur¨² de la comida vegana

HACE apenas cuatro a?os, Ella Woodward cre¨ªa que cocinar era mezclar chucher¨ªas con chocolate. Hoy, esta bloguera brit¨¢nica de 24 a?os es la propietaria de un imperio dedicado a la comida sana y ha logrado que el kale?(col rizada) o los batidos de semillas ch¨ªa ¨Cque contienen gran cantidad de nutrientes¨C dejen de ser considerados rarezas propias de estrellas de Hollywood. Su blog Deliciously Ella?acumula 91.000 suscriptores, ha creado su propia aplicaci¨®n y abierto un caf¨¦ en Londres, y su libro Las delicias de Ella?(Salamandra) se vende con extraordinaria rapidez.

Sus elaboradas recetas veganas est¨¢n a la orden del d¨ªa entre los millennials. Es tanta su influencia que The Times?afirm¨® que ha cambiado la manera de alimentarse de toda una generaci¨®n. ¡°Mis amigos y familia me llamaban loca y ahora comen quinua y preparan hummus¡±, corrobora Woodward con esa vocalizaci¨®n perezosa que tienen los brit¨¢nicos de clase alta. Est¨¢ en la cocina de su piso del barrio londinense de Kensington, donde vive con su pareja y socio, Matthew Mills, y su perro, Austin. Dos de sus tres empleadas trabajan en el sal¨®n, decorado con lemas de pensamiento positivo que sus 800.000 seguidores en Instagram reconocer¨ªan al momento. Un ejemplo: ¡°Cuando llueve, busca el arco¨ªris; de noche, mira las estrellas¡±.

En la primera foto, un postre vegano de la bloguera. En la segunda, algunas de las semillas y especias que utiliza en sus recetas. /MANUEL V?ZQUEZ

Nadie dir¨ªa que esta estampa id¨ªlica es fruto de un enorme bache vital. Hija de un pol¨ªtico y de una millonaria de la familia propietaria de los supermercados Sainsbury¡¯s, Woodward llevaba una vida privilegiada. Estudiaba Historia del Arte en Edimburgo y era modelo ocasional. Una ma?ana amaneci¨® ?exhausta y con el est¨®mago tan hinchado que su padre le tuvo que prestar ropa. Tras visitar a varios especialistas, le diagnosticaron el s¨ªndrome de taquicardia postural ortost¨¢tica, una rara enfermedad cr¨®nica que afecta al sistema nervioso. Como los tratamientos m¨¦dicos no evitaron que siguiese prostrada en cama, decidi¨® buscar alternativas en Google: ¡°Descubr¨ª a la estadounidense Kris Carr, a la que el c¨¢ncer le hizo cambiar su alimentaci¨®n¡±, explica. Se propuso entonces seguir una estricta dieta vegetariana sin gluten ni l¨¢cteos ni az¨²cares refinados. ¡°Ten¨ªa todo el tiempo del mundo y empec¨¦ a trastear en la cocina¡±, recuerda. Publicaba sus experimentos culinarios en su blog, hac¨ªa las fotos y explicaba sus progresos. En menos de un a?o, su web alcanz¨® las 900.000 visitas. Y cree que ha conectado con el p¨²blico por contar su historia de manera personal y por el di¨¢logo que se preocupa por mantener en las redes sociales.

Ella nunca hace excepciones para evitar reca¨ªdas y siempre viaja con un robot de cocina. Los m¨¦dicos estudian su caso y recomiendan cambios alimenticios a otros pacientes. Woodward asegura que su dieta le hace ahorrar dinero, pero no ha podido evitar las cr¨ªticas por usar alimentos caros y poco accesibles. Por eso va a dedicar su segundo libro a ingredientes cotidianos como legumbres y verduras de la ?huerta.