Nuevas pol¨ªticas para energ¨ªas limpias

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?Cu¨¢nto cuesta cumplir con el pacto de Par¨ªs?

TRIBUNA | Par¨ªs, un acuerdo d¨¦bil

El Gobierno espa?ol firmar¨¢ el acuerdo contra el cambio clim¨¢tico

'La conciencia del clima, por fin'

Los diplom¨¢ticos han hecho su trabajo: cerraron el acuerdo clim¨¢tico de Par¨ªs en diciembre y los l¨ªderes pol¨ªticos se reunieron la semana pasada en las Naciones Unidas para firmar el nuevo pacto. Pero su implementaci¨®n es la parte verdaderamente dif¨ªcil. Los gobiernos necesitan un nuevo enfoque para una cuesti¨®n que es extremadamente compleja, de largo plazo y cuya escala es global.

En el centro del desaf¨ªo clim¨¢tico reside un desaf¨ªo energ¨¦tico. Aproximadamente el 80% de la energ¨ªa primaria el mundo proviene de compuestos de carbono: carb¨®n, petr¨®leo y gas. Al ser quemados, emiten el di¨®xido de carbono que causa del calentamiento global. Hacia 2070 necesitamos una econom¨ªa mundial casi completamente libre de emisiones de carbono para evitar que el calentamiento global se salga peligrosamente de control.

El acuerdo de Par¨ªs reconoce estos hechos b¨¢sicos. Hace un llamamiento al mundo para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero (especialmente el CO2) en la segunda mitad del siglo. Para ello los gobiernos no solo deben preparar planes hasta el a?o 2030 (las llamadas Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional, o INDC), sino tambi¨¦n hasta mediados de siglo (las llamadas Estrategias de Desarrollo con Bajas Emisiones, o LEDS, por sus siglas en ingl¨¦s)

Nunca antes los gobernantes del mundo intentaron cambiar un sector b¨¢sico de la econom¨ªa mundial a escala global y con una fecha l¨ªmite tan agresiva. El sistema energ¨¦tico de combustibles f¨®siles fue creado paso a paso, durante dos siglos. Ahora se debe revisar completamente en tan solo 50 a?os, y no solo en unos pocos pa¨ªses, sino en todas partes. Los gobiernos necesitar¨¢n nuevos enfoques para desarrollar e implementar sus LEDS.

Hay cuatro motivos por los cuales las pol¨ªticas usuales no ser¨¢n suficientes. En primer lugar, el sistema energ¨¦tico es solo eso: un sistema. Compuesto por muchas partes y tecnolog¨ªas interconectadas. Plantas generadoras, ductos, transporte oce¨¢nico, l¨ªneas de transmisi¨®n, represas, uso del suelo, ferrocarriles, autopistas, edificios, veh¨ªculos, electrodom¨¦sticos y muchas otras cosas que deben funcionar conjuntamente como un todo.

Y no es un sistema que se pueda cambiar con peque?os pasos crecientes. Una revisi¨®n profunda del mismo requiere? repensar el sistema en su totalidad para garantizar que todas las partes contin¨²en funcionando de manera eficaz.

En segundo lugar, a¨²n persisten muchas grandes incertidumbres tecnol¨®gicas para la transici¨®n hacia un sistema energ¨¦tico con bajas emisiones de carbono. ?Se debe descarbonizar los veh¨ªculos con alimentaci¨®n el¨¦ctrica de bater¨ªas, c¨¦lulas de hidr¨®geno o biocombustibles avanzados? ?Es posible lograr que las plantas generadoras a carb¨®n sean seguras con el m¨¦todo de captura y almacenamiento de carbono (CAC)? La energ¨ªa nuclear, ?ser¨¢ pol¨ªticamente aceptable, segura y de bajo costo? Debemos planificar las inversiones en investigaci¨®n y desarrollo para resolver estas incertidumbres y mejorar nuestras opciones tecnol¨®gicas.

En tercer lugar, las soluciones sensatas requieren cooperaci¨®n energ¨¦tica internacional. Un factor clave de las energ¨ªas con bajas emisiones de carbono (al igual que ocurre con los combustibles f¨®siles) es que no suelen estar ubicadas en el lugar donde se usar¨¢n. As¨ª como el carb¨®n, el petr¨®leo y el gas, deben ser transportados a trav¨¦s de grandes distancias, la energ¨ªa e¨®lica, solar, geot¨¦rmica e hidroel¨¦ctrica tambi¨¦n debe ser trasladada mediante l¨ªneas de transmisi¨®n y con combustibles l¨ªquidos sint¨¦ticos fabricados con energ¨ªa e¨®lica y solar.

Existen poderosos intereses creados en la industria de los combustibles f¨®siles que se resisten al cambio

Y por ¨²ltimo, existen, por supuesto, poderosos intereses creados en la industria de los combustibles f¨®siles que se resisten al cambio. Esto queda muy claro en Estados Unidos, por ejemplo. All¨ª el Partido Republicano niega el cambio clim¨¢tico solo porque ha sido fuertemente financiado por la industria petrolera estadounidense. Esto, ciertament,e es una especie de corrupci¨®n intelectual, si no pol¨ªtica (probablemente se trate de ambas).

El hecho de que el sistema energ¨¦tico implique tantas interconexiones complejas genera una inercia tremenda. Pasar a un sistema energ¨¦tico con bajas emisiones de carbono requerir¨¢ por tanto una planificaci¨®n considerable, largos tiempos de implementaci¨®n, financiamiento espec¨ªfico y acci¨®n coordinada entre muchas partes de la econom¨ªa, que incluyen a los productores de energ¨ªa, sus distribuidores, y a los consumidores residenciales, comerciales e industriales. Algunas pol¨ªticas, como un impuesto a las emisiones de carbono, pueden ayudar a solucionar algunos ¡ªpero solo algunos¡ª de los desaf¨ªos de esta transici¨®n.

Y aqu¨ª tenemos otro problema: si los gobiernos solo planean con 10? o 15 a?os de anticipaci¨®n, como suele ocurrir con las pol¨ªticas energ¨¦ticas, en vez de con 30 o ?50 a?os, tender¨¢n a tomar malas decisiones relacionadas con el sistema. Por ejemplo, los planificadores energ¨¦ticos pasar¨¢n del carb¨®n al gas natural (con menos emisiones de carbono), pero tender¨¢n a invertir de manera insuficiente en la transici¨®n mucho m¨¢s decisiva hacia las energ¨ªas renovables.

De manera similar, pueden optar por elevar los est¨¢ndares de los combustibles para los autom¨®viles con motores de combusti¨®n interna en vez de impulsar el cambio necesario hacia los veh¨ªculos el¨¦ctricos. En este sentido, planificar con 30? o 50 a?os de antelaci¨®n es fundamental, no solo para tomar las decisiones correctas a largo plazo, sino tambi¨¦n para tomar decisiones correctas de corto plazo. El Proyecto Caminos para una Descarbonizaci¨®n Profunda de la ONU ha mostrado c¨®mo dise?ar y evaluar los planes de largo plazo.

Pero ninguno de estos desaf¨ªos se lleva bien con los pol¨ªticos electos. El reto de la descarbonizaci¨®n requiere pol¨ªticas sistem¨¢ticas durante 30 o ?50 a?os, mientras que el horizonte temporal de los pol¨ªticos es tal vez un d¨¦cimo de ese lapso .Estos tampoco se sienten muy c¨®modos con un problema que requiere financiamiento p¨²blico y privado a gran escala, acciones extremadamente coordinadas de muchas partes de la econom¨ªa y decisiones frente a continuas incertidumbres tecnol¨®gicas. No es de extra?ar entonces que la mayor¨ªa haya rehuido este desaf¨ªo y que los avances pr¨¢cticos logrados hayan sido demasiado escasos desde la firma en 1992 de la Convenci¨®n Marco de la ONU sobre el Cambio Clim¨¢tico.

Un paso clave, creo, es eliminar todas estas cuestiones de la pol¨ªtica electoral de corto plazo. Los pa¨ªses deben considerar el establecimiento de agencias energ¨¦ticas pol¨ªticamente independientes con alta formaci¨®n t¨¦cnica. Por supuesto, las decisiones energ¨¦ticas clave (como la implementaci¨®n de energ¨ªa nuclear o la construcci¨®n de una nueva red de transmisi¨®n) requerir¨¢n una intensa participaci¨®n ciudadana, pero la planificaci¨®n e implementaci¨®n deben estar libres de un exceso de pol¨ªticas partidarias y cabildeos. As¨ª como los gobiernos han otorgado con ¨¦xito cierta independencia pol¨ªtica a sus bancos centrales, deben dar suficiente flexibilidad a sus agencias energ¨¦ticas para que puedan pensar y actuar para el largo plazo.

En el pr¨®ximo encuentro clim¨¢tico mundial (la COP22 en Marrakech en noviembre), el Ejecutivo de Marruecos y mi equipo de la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de la ONU se unir¨¢n con otros socios para organizar conjuntamente una conferencia sobre "soluciones con bajas emisiones". Este encuentro reunir¨¢ a expertos energ¨¦ticos de los pa¨ªses miembros de la ONU, empresas y ciudades para trabajar sobre enfoques extremadamente pr¨¢cticos para la descarbonizaci¨®n profunda. Ahora que el acuerdo clim¨¢tico de Par¨ªs ha sido aprobado, debemos dedicarnos con urgencia a su implementaci¨®n eficaz.

Jeffrey D. Sachs es profesor de Desarrollo Sostenible y de Pol¨ªticas y Gesti¨®n de la Salud, y director del Earth Institute en la Universidad de Columbia. Tambi¨¦n es director de la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de la ONU.

Traducci¨®n al espa?ol por Leopoldo Gurman.

Copyright: Project Syndicate, 2016.

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