Un observatorio de basura espacial comienza a operar en Puertollano
Los telescopios buscan en el cielo asteroides, y restos de sat¨¦lites y de cohetes
A 1.120 metros de altura sobre el nivel del mar, en la monta?a de Niefla, a pocos kil¨®metros de Puertollano (Ciudad Real), tres c¨²pulas blancas protegen durante el d¨ªa unos telescopios peculiares. Por la noche las c¨²pulas se abren y los telescopios autom¨¢ticos empiezan a rastrear el cielo en busca de fragmentos de basura espacial, esos restos de sat¨¦lites y de cohetes que giran descontrolados alrededor de la Tierra y que ponen en serio peligro la integridad de los artefactos en ¨®rbita operativos, ya sean equipos de observaci¨®n de la Tierra, de telecomunicaciones, o cient¨ªficos e incluso amenazan la Estaci¨®n Espacial Internacional (ISS). Y de vez en cuando alguno de estos objetos cae a la Tierra. Tambi¨¦n se buscan y rastrean desde aqu¨ª los asteroides que puedan ser peligrosos. ¡°Con estos telescopios sacamos cada noche unos 20.000 registros del cielo¡±, se?ala Jaime Nomen, astr¨®nomo y responsable de este nuevo observatorio denominado Deimos Sky Survey, inaugurado la pasada semana.
¡°El objetivo es contribuir a la vigilancia del entorno espacial: observaci¨®n de asteroides, sat¨¦lites y basura espacial; mantenimiento de cat¨¢logos de objetos en ¨®rbita y evaluaci¨®n de riesgos¡±, explica Miguel Bell¨®-Mora, director de la empresa Elecnor Deimos que ha puesto en marcha el sistema, con un coste de unos 500.000 euros y con la perspectiva de formar parte del proyecto europeo que varios pa¨ªses, incluida Espa?a, han puesto en marcha para vigilancia del espacio. Solo en ¨®rbita baja, en torno a mil kil¨®metros de altura, hay ya unos 20.000 objetos de basura espacial de tama?o superior a un cent¨ªmetro. Y en total, rondan los 500.000 fragmentos, seg¨²n datos de la NASA, desde fragmentos min¨²sculos hasta sat¨¦lites enteros que no funcionan o grandes trozos de cohetes. Y basta con que choquen dos de ellos para que se generan muchos m¨¢s pedazos. Son los restos acumulados de seis d¨¦cadas ya de actividades en el espacio.
El problema de la basura espacial es real, tanto como para que una treintena de responsables de empresas espa?olas del sector se sumaran a la inauguraci¨®n del Deimos Sky Survey para conocer directamente sus prestaciones. Tambi¨¦n la Agencia Europea del Espacio (ESA) envi¨® a dos de sus expertos. ¡°Es un problema muy real: necesitamos saber d¨®nde est¨¢ la basura espacial para poder mover los sat¨¦lites operativos y evitar colisiones¡±, se?ala Gian Maria Pinna, de la ESA, responsable en Espa?a del proyecto europeo de vigilancia espacial. Y es un problema frecuente: ¡°Con todos nuestros sat¨¦lites en ¨®rbita¡. tenemos que realizar maniobras con un par de ellos cada semana para evitar colisiones con restos de basura¡±, a?ade. ¡°Y en estos momentos estamos en manos de la informaci¨®n que nos suministra EE UU, por lo que nuestro objetivo es tener un sistema independiente de vigilancia¡±.
En cuanto al riesgo en la superficie del planeta, hay que tener en cuenta que constantemente caen a la Tierra piezas espaciales, incluidos los dep¨®sitos esf¨¦ricos aparecidos en Murcia el pasado noviembre y que nadie ha reclamado a¨²n. ¡°Se producen entre 10 y 15 entradas al mes, pero la mayor parte no requieren atenci¨®n porque se desintegran en la atm¨®sfera¡±, explica Bell¨®-Mora. ¡°Y no se conoce ning¨²n caso de da?os personales provocados por la reentrada de objetos espaciales¡±, a?ade. Eso s¨ª, alerta, no hay que olvidar el riesgo de los sat¨¦lites con carga radiactiva que puso en ¨®rbita la antigua URSS y de los cuales quedan a¨²n 40 dando vueltas a la Tierra. En 1978, uno de ellos, el Kosmos 954 cay¨® en Canad¨¢ y gener¨® contaminaci¨®n radiactiva.
Adem¨¢s de los objetos artificiales, los sistemas de seguridad espacial, incluido el de Puertollano, se ocupan de los naturales, los denominados NEO (objetos cercano a la Tierra), sobre todo asteroides. Hasta la fecha se han descubierto unos 14.000, de los que el 95% tienen un tama?o superior a un kil¨®metro de di¨¢metro y no representan peligro en los pr¨®ximos 100 a?os, explic¨® Bell¨®-Mora. ¡°Pero hay unos 500.000 de tama?o entre 20 metros y un kil¨®metro con potencial de destrucci¨®n regional importante, llamados city killer [mata-ciudades] y ejemplo fue el meteorito que cay¨® en Chelyabinsk el 15 de febrero de 2013¡±. Tambi¨¦n de buscar y seguir estos objetos naturales se ocupa el Deimos Sky Survey, la ¨²nica instalaci¨®n de este tipo en Espa?a puesta en marcha y controlada por una empresa privada, que aspira a recuperar la inversi¨®n al integrarse en consorcios nacionales e internacionales.
Dos de los tres telescopios de la monta?a de Niefla han sido reacondicionados y actualizados para este observatorio, pero proceden del observatorio de La Sagra (Granada), con los que Nomen, que cuenta en su haber m¨¢s de 4.000 asteroides descubiertos, ha trabajado durante a?os. El tercero ha sido desarrollado por Deimos y construido en Estados Unidos para esta nueva atalaya de vigilancia del cielo ubicada en pleno Parque Natural de Sierra Madrona y Valle de Alcudia (Ciudad Real).
¡°Los telescopios miden 45, 40 y 29 metros de di¨¢metro respectivamente y tienen tareas distintas¡±, explica el astr¨®nomo all¨ª mismo, en un peque?o rect¨¢ngulo de terreno casi en la cima de la monta?a acotado por una malla met¨¢lica. Uno de los telescopios es de vigilancia, es decir, hace rastreos del cielo en busca de objetos que se desplacen sobre el fondo aparentemente fijo de estrellas; ese movimiento, detectado por los ordenadores en los registros del cielo, alerta a los expertos de que puede tratarse de un objeto de basura espacial o de un asteroide. Otro telescopio se dedica al seguimiento de objetos concretos ya identificados o sospechosos. El tercero, el nuevo, est¨¢ especializado en objetos de basura espacial situados en ¨®rbita baja, es decir, a una distancia de la superficie de la Tierra de entre 800 y 1500 kil¨®metros. La caracter¨ªstica clave de este nuevo aparato es su capacidad de moverse muy r¨¢pidamente para poder seguir los veloces objetos espaciales que cruzan el cielo a toda velocidad cerca de la Tierra.
Necesitamos saber d¨®nde est¨¢ la basura espacial para poder mover los sat¨¦lites operativos y evitar colisiones¡±
¡°Un fragmento de basura espacial de un tama?o de un grano de arroz, a 30.000 o 40.000 kil¨®metros por hora es como una bala que puede inutilizar un sat¨¦lite, o al menos desestabilizarlo¡±, comentaba en la sala de control del nuevo observatorio Pedro Luis Molinero, director de operaciones de Hispasat. ¡°Nuestros sat¨¦lites est¨¢n ¨®rbita geoestacionaria [a 36.000 kil¨®metros de altura] mientras que el problema es m¨¢s preocupante para los que est¨¢n en ¨®rbitas bajas, pero desde luego no estamos despreocupados¡. Los fragmentos de basura espacial son preocupantes todos¡±, a?adi¨® Molinero.
Pinna se?alaba la dependencia europea de EE. UU. para los datos de basura espacial. Por ahora, las observaciones m¨¢s sistem¨¢ticas las realiza el servicio militar estadounidense NORAD (North American Aerospace Defense Command) y de su cat¨¢logo de objetos en ¨®rbita depende el resto del mundo para trabajar en esto. ¡°El objetivo de Europa ahora es crear un sistema alternativo y complementario¡±, se?al¨® Miguel ¨¢ngel Garc¨ªa Primo, director de Operaciones y Programas de Hisdesat. Adem¨¢s, el sistema europeo evitar¨¢ la opacidad de la informaci¨®n estadounidense con la que se encuentran a veces los expertos que piden datos, si se trata de datos sensibles. ¡°La protecci¨®n es necesaria, y cada vez m¨¢s, los equipos espaciales son muy caros¡±, a?ade Garc¨ªa Primo.
Desde lo alto de la monta?a de Niefla, Nomen gesticula ante una c¨¢mara instalada casi a ras de suelo que sirve para vigilar el recinto desde el centro de control ubicado en Puertollano, donde Noelia S¨¢nchez-Ortiz est¨¢ pendiente, le ve en sus pantallas y activa la apertura de las c¨²pulas de los telescopios. Nadie tiene que ocuparse de los telescopios in situ durante las observaciones, son completamente autom¨¢ticos y se manejan y programan en remoto gracias a un enlace ¨®ptico de transmisi¨®n de datos con el centro de control.
Los telescopios sacan miles de im¨¢genes en una noche de trabajo y cuando un punto aparece por ejemplo en tres de ellas desplaz¨¢ndose sobre el fondo de estrellas, siguiendo una trayectoria lineal, ¡°se puede tratar de un fragmentos de basura espacial, de un asteroide o de un sat¨¦lite¡±, explica S¨¢nchez-Ortiz, responsable de operaciones del Sistema. Luego, los datos adquiridos con los telescopios se env¨ªan a las dependencias de Deimos en Madrid, donde se realiza los c¨¢lculos de ¨®rbitas. La observaci¨®n y seguimiento de los objetos en ¨®rbita baja es peculiar, explica esta experta, primero porque van muy r¨¢pido, lo que exige un telescopio muy r¨¢pido, pero tambi¨¦n porque pueden trabajar pocas horas cada noche con ellos: ¡°Hace falta cielo oscuro pero, por otro lado, los objetos tienen que estar iluminados por el Sol para que sean visibles, por lo que tenemos un margen de operaci¨®n de aproximadamente una hora y media al crep¨²sculo y otro tanto al amanecer¡±, comenta.
El objetivo de estas actividades espaciales es cubrir todas las etapas de vigilancia: ¡°La observaci¨®n y detecci¨®n de objetos artificiales o naturales, su seguimiento y caracterizaci¨®n, la determinaci¨®n de su ¨®rbita e identificaci¨®n, la catalogaci¨®n, la determinaci¨®n de riesgo y la mitigaci¨®n¡±, se?ala Bell¨®-Mora.
La ubicaci¨®n del Deimos Sky Survey en un parque natural ha complicado la instalaci¨®n del Deimos Sky Survey, que ha tenido que garantizar el respecto del entorno y someterse a las exigencias legales de una zona protegida, reduciendo las instalaciones a lo imprescindible (una plataforma para los telescopios, una estaci¨®n meteorol¨®gica, una c¨¢mara y una valla met¨¢lica alrededor). Pero el lugar es muy apropiado, destacan los expertos, dado que a ambos lados de la monta?a hay valles escasamente habitados y, por tanto, muy oscuros, sin apenas contaminaci¨®n lum¨ªnica que complique las observaciones. El trabajo con los telescopios arranc¨® en fase de pruebas a finales del a?o pasado y han empezado a ser operativos en 2016. La satisfacci¨®n de las autoridades con el nuevo proyecto fue enfatizada, durante la inauguraci¨®n oficial en Puertollano, por el presidente de Castilla La Mancha, Emiliano Garc¨ªa Page y por la alcaldesa de Puertollano, Mayte Fern¨¢ndez Molina. En dicha localidad de 50.000 habitantes, Elecnor Deimos tiene, adem¨¢s, sus instalaciones dedicadas a sus dos sat¨¦lites comerciales de observaci¨®n de la Tierra (Deimos-1 y Deimos-2), donde trabaja un centenar de personas, el 90% de las cuales son ingenieros o f¨ªsicos.
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