El nuevo negocio de la inmigraci¨®n
Campo de refugiados de Dadaab (Kenia). J. Palaz¨®n/Prodein/ACNUR
El goteo incesante de inmigrantes muertos en las aguas del Mediterr¨¢neo ha suscitado reflexiones de todo tipo y propuestas de soluci¨®n de esta crisis, algunas m¨¢s sensatas que otras. Las mismas van desde el bombardeo de los barcos utilizados por los migrantes hasta su devoluci¨®n "en caliente", pasando por peticiones de una gesti¨®n compasiva de este fen¨®meno mediante pol¨ªticas de control del flujo de personas en los pa¨ªses de origen, tr¨¢nsito y destino.
Esto s¨ª, todas son un¨¢nimes en denunciar la trata de personas y el tr¨¢fico de migrantes, cuyas v¨ªctimas se ven obligadas a ponerse a merced de las redes criminales internacionales. Estos negreros de los tiempos modernos que se aprovechan de las cualidades de las personas en situaci¨®n de gran vulnerabilidad.
Compitiendo con estos individuos sin escr¨²pulo,estamos asistiendo a un nuevo fen¨®meno en los ¨²ltimos tiempos: el de los Estados que se lucran a costa de los migrantes, refugiados y dem¨¢s solicitantes de asilo. Hace poco, la Uni¨®n Europea (UE) anunciaba a bombo y platillo el acuerdo que hab¨ªa firmado con Turqu¨ªa para gestionar a los refugiados devueltos desde Grecia a este pa¨ªs. En contra parte Bruselas pagar¨¢ 6.000 millones de euros en dos plazos a Ankara para el eventual acomodo de los refugiados. No quiero ser un p¨¢jaro de mal ag¨¹ero, pero dudo mucho que todo este dinero sirva para la atenci¨®n a los desafortunados refugiados instalados en campos con lo m¨ªnimo vital, cuando lo hay.
Al igual que Turqu¨ªa,Marruecos se ha convertido en una frontera exterior de Europa, desde donde se controla la inmigraci¨®n hacia el viejo continente. No sabemos por cu¨¢ntos millones de euros, dado el hermetismo con el que la UE y elreino alau¨ª llevan este tema. Primero se sospech¨® que Rabat hubiera recibido dinero de Bruselas para dar papel de residenciaa los inmigrantes africanos cuya situaci¨®n irregular seviene legalizandodesde 2014. La misma sospecha planea sobre la financiaci¨®n de la valla de tres metros de alto construida por Marruecos que corre en paralelo a lo largo de los 11,5 kil¨®metros de la triple valla de espa?ola en Melilla. Ni qu¨¦ decir del trato preferente que este pa¨ªs recibe en su acceso al mercado europeo a cambio de reforzar los controles fronterizos.
Sacar tajada de la inmigraci¨®n es tambi¨¦n el objetivo que se han fijado las autoridades de Libia, pa¨ªs inmerso en el caos desde la ca¨ªda de Muamar el Gadafi en 2011 y que busca fondos para su reconstrucci¨®n. De visita en Roma el pasado 22 de abril, el vicepresidente libio Ahmed Maetig, ni corto ni perezoso, ped¨ªa a la UE negociar con su gobierno un acuerdo parecido al sellado con Ankara.
El man¨¢ ofrecido por Bruselas es tan apetecible que el mandatario magreb¨ª no quiso dejar pasar unas insinuaci¨®n d¨ªas antes del ministro alem¨¢n del Interior Thomas de Maizi¨¨re, quien hab¨ªa sugerido pactos similares al de Turqu¨ªa con los pa¨ªses del norte de ?fricapara impedir la llegada masiva de inmigrantes. Antes de que otros se lo llevan, nos lo quedamos, debi¨® pensar Maetig.
El problema es que -sin pretender hacer la apolog¨ªa de una inmigraci¨®n desenfrenada- querer parar este fen¨®meno con tales medidas no ser¨¢ sino un fracaso, con consecuencias desastrosas para las vidas humanas. Pues, como bien se?al¨® Carlos Ugarte, portavoz de M¨¦dicos Sin Fronteras (MSF) a El Pa¨ªs, "la hipocres¨ªa de esa pol¨ªtica es que se hace a sabiendas de que el Gobierno con el que llegas a un acuerdo tiene unos est¨¢ndares de respeto al derecho de asilo y a los derechos humanos que dejan mucho que desear y se hacen esos acuerdos e cualquier precio".
Precisamente, un informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) calificaba de "desastrosas" las condiciones de acogida de los migrantes en los centros de retenci¨®n libios, donde las personas en situaci¨®n irregular pueden ser detenidas entre una semana y un a?o.
Este organismo denunci¨® el amontonamiento de 50 personas en celdas concebidas para 25 individuos. Del mismo modo, estos campos necesitaban material m¨¦dico, mejores sistemas de ventilaci¨®n y de saneamiento, as¨ª como productos de primera necesidad. Y concluy¨® que tales condicionessolo podr¨ªan facilitar lapropagaci¨®n de enfermedades.
Pero esto parece traerle sin cuidado a Europa, adalid de los derechos humanos, con tal de que otros, deseosos delucrarse en este macabro negocio, le hagan de polic¨ªa para que los inmigrantes no entren en su fort¨ªn. A¨²n violando el derecho internacional.
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