Cultivando en las nubes
Una idea espa?ola est¨¢ haciendo florecer huertos ecol¨®gicos sobre los rascacielos de Hong Kong

Hablar de Hong Kong es hablar de la puerta de entrada comercial a China. Una ciudad de contrastes con grandes negocios, bancos, compa?¨ªas de seguros y sueldos desorbitados, pero tambi¨¦n con un enorme socav¨®n entre ricos y pobres: el 15% de la poblaci¨®n vive por debajo del umbral de la pobreza, seg¨²n el Gobierno. Hablar de Hong Kong tambi¨¦n es hablar de densidad urbana. Con un territorio equivalente al doble de Ibiza y con un 75% del territorio considerado no edificable, la ciudad alberga una poblaci¨®n de 7,24 millones de habitantes.
Desde hace poco, hablar de Hong Kong tambi¨¦n significa hablar de un creciente movimiento de agricultura urbana que busca revitalizar el sector agr¨ªcola, promover un estilo de vida m¨¢s sostenible y transformar la fisonom¨ªa de la ciudad. A pesar de que en los a?os sesenta produc¨ªa el 60% de alimentos que consum¨ªa, hoy la ciudad importa m¨¢s del 90%, sobretodo de otras partes de China. No obstante, recientes esc¨¢ndalos alimentarios en China ¡ªleche en polvo contaminada, etiquetaci¨®n enga?osa o uso desproporcionado de fertilizantes y pesticidas qu¨ªmicos¡ª est¨¢ haciendo crecer la demanda de productos ecol¨®gicos locales y creando una oportunidad para el desarrollo de la agricultura urbana.
De hecho, en 2013 el porcentaje de consumo de comida org¨¢nica era pr¨¢cticamente nulo seg¨²n datos del Gobierno de la isla, pero la red Global Agricultural Information Network advirti¨® que a causa de la percepci¨®n de la ciudadan¨ªa de los problemas en la comida, en 2014 Hong Kong se convirti¨® en importador de Estados Unidos, hasta posicionarse como el s¨¦ptimo mercado m¨¢s importante en demanda de producto ecol¨®gico.
Pol F¨¤brega, un barcelon¨¦s residente en Hong Kong, es uno de los socios fundadores de Rooftop Republic, una empresa social que se dedica a promover la agricultura urbana y un estilo de vida sostenible. Despu¨¦s de a?os trabajando en el sector de cooperaci¨®n al desarrollo, Pol se decant¨® por iniciar su trayectoria como emprendedor y plantar cara a la ciudad del estr¨¦s, de la superpoblaci¨®n y del individualismo. Para ello puso en marcha una idea pionera en la antigua colonia brit¨¢nica junto a sus dos socios hongkoneses Andrew Tsui y Michelle Hong.
A d¨ªa de hoy Pol y sus socios gestionan m¨¢s de 10 huertos urbanos en azoteas por toda la ciudad, incluyendo en algunos de los edificios m¨¢s codiciados de la urbe asi¨¢tica como son la torre del Banco de Am¨¦rica, la torre Nan Fung y el Fringe Club, edificio de patrimonio cultural de la ciudad en pleno coraz¨®n de Lang Kwai Fong, el barrio m¨¢s marchoso de la isla.
¡°Es una forma distinta de vivir esta ciudad¡±, cuenta Pol desde la azotea del Banco de Am¨¦rica, situado en la planta 39 y con vistas al imponente skyline de Hong Kong. ¡°La gente de aqu¨ª lleva un ritmo vertiginoso y estresante que a menudo acaba por engullirte. Tener acceso a estas azoteas convertidas en espacios verdes y productivos d¨®nde cultivar tomates o remolachas es una experiencia muy gratificante y pr¨¢cticamente un lujo!¡±.
La idea es sensibilizar a los participantes sobre la procedencia de nuestra comida
Es cierto, es un lujo. El metro cuadrado de oficina en la torre del Banco de Am¨¦rica puede llegar a costar la friolera de 7.000 euros por metro cuadrado. La peculiaridad de la isla es que toda la actividad se concentra de este a oeste en la zona norte del litoral, limitado por las monta?as y el puerto Victoria Harbour haciendo una mara?a de abigarrados edificios unos en torno a otros. ¡°Cuando ves todo desde aqu¨ª arriba, se respira una calma especial, como si no fuera contigo el estr¨¦s que se vive abajo¡± cuenta uno de los usuarios del huerto de la torre Nan Fung mientras recoge hierbabuena en pleno coraz¨®n comercial del barrio de Sheung Wan en el distrito Oeste.
Es curioso ver c¨®mo los trabajadores de esta empresa inmobiliaria suben al terrado con sus trajes y se ensucian las manos para plantar tomates, apio o zanahorias, una estampa poco frecuente, y menos todav¨ªa en Hong Kong. ¡°Aunque a algunos les cuesta dejar de lado la competitividad que se respira en sus puestos de trabajo ¡ªdice entre risas Michelle¡ª, acaban por comprender que si se ayudan unos a otros, la cosecha ser¨¢ mucho mejor¡±.
Adem¨¢s de instalar y mantener huertos por toda la ciudad, Pol y sus socios los utilizan como un espacio educativo y de ocio. ¡°Organizamos todo tipo de talleres para colegios, empresas, organizaciones sin animo de lucro o al p¨²blico en general. Desde talleres de agricultura urbana a charlas sobre nutrici¨®n, sesiones de yoga o clases de cocina utilizando las verduras reci¨¦n cosechadas¡±, sentencia Pol. La idea es sensibilizar a los participantes sobre la procedencia de nuestra comida, ense?ar a cultivar de forma ecol¨®gica en espacios urbanos y introducir modos de vida m¨¢s sostenibles y saludables, recordando que sin una comida sana, no somos nada. ¡°Somos lo que comemos¡±.
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