Yihadismo y desarrollo
El autor propone f¨®rmulas para vencer al radicalismo. Una es luchar contra la pobreza, porque la pobreza fomenta el extremismo
Evidentemente, hay que diferenciar entre musulmanes y yihadistas. Y tras los abominables atentados de noviembre de 2015 de Par¨ªs a¨²n m¨¢s (si se puede). Pero buscando una soluci¨®n al problema que esta cruel acci¨®n evidencia, creo que es una buena cosa analizar la terminolog¨ªa relacionada.
En efecto, se tiende a confundir a veces t¨¦rminos como ¨¢rabe (relativo a la lengua ¨¢rabe) y musulm¨¢n (que profesa la religi¨®n de Mahoma). As¨ª, si hablamos de naciones, la Rep¨²blica Isl¨¢mica de Ir¨¢n es un ejemplo de pa¨ªs musulm¨¢n no ¨¢rabe (su lengua es el persa). De la misma manera, hay pa¨ªses ¨¢rabes en ?frica donde, a pesar de que la musulmana es la m¨¢s presente, no es la ¨²nica religi¨®n (y, por tanto, no pueden ser considerados pa¨ªses musulmanes).
Adonis es un famoso poeta sirio (aunque actualmente se encuentre exiliado en Par¨ªs). D¨ªas despu¨¦s de los atentados de noviembre, ¨¦l se?alaba que existe un muro inmenso que separa la Rep¨²blica francesa de los j¨®venes musulmanes franceses: "La Rep¨²blica francesa siente que no tiene nada que ver con ellos y ellos con la Rep¨²blica". Recordemos que el Islam es la segunda religi¨®n en Francia con algo m¨¢s de cinco millones de fieles, un 7,6% de la poblaci¨®n gala.
En B¨¦lgica hay tambi¨¦n una comunidad musulmana muy numerosa. Viv¨ª en ese pa¨ªs una parte importante de mi infancia. Recuerdo que desde lo acomodado de la posici¨®n econ¨®mica en la que viv¨ªa, hab¨ªa una percepci¨®n de los musulmanes (y de los marroqu¨ªes, por ser la nacionalidad m¨¢s presente) particular. Se les consideraba un pueblo violento y tramposo. Hace poco, por otro lado, finalic¨¦ la novela titulada Para acabar con Edy Bellegueule. En ese libro queda de manifiesto el odio de las clases m¨¢s pobres francesas hacia los ¨¢rabes. Ambos casos ofrecen una percepci¨®n injusta y falsa de los musulmanes.
Para el mundo de la cooperaci¨®n es muy dif¨ªcil aceptar una respuesta armada al problema del yihadismo
En su art¨ªculo Corrupci¨®n y terror, el profesor de Ciencias Pol¨ªticas de la Universidad de Gotemburgo V¨ªctor Lapuente Gin¨¦ se?alaba: "La comunidad internacional ha tolerado y apoyado Gobiernos corruptos a cambio de seguridad". Algunos de esos apoyos se han dado en pa¨ªses de creencia musulmana. Este hecho puede ser presentado como una evidencia m¨¢s al pueblo musulm¨¢n de lo injusta que es la comunidad internacional. Y cuando se habla de comunidad internacional muchas veces se entiende pa¨ªs rico: Europa.
No estoy diciendo que los musulmanes han abrazado el yihadismo. Realmente, casi estoy diciendo lo contrario: es como si los yihadistas estuvieran ofreciendo razones a los musulmanes buscando su apoyo.
No olvidemos que pr¨®ximamente tendr¨¢n lugar elecciones en Francia. No ser¨ªa descabellado pensar que los ¨²ltimos acontecimientos conllevar¨¢n all¨ª un auge de la extrema derecha. Una extrema derecha que apenas esconde su aversi¨®n a los musulmanes enclavados en el pa¨ªs: la aceptaci¨®n de los musulmanes all¨ª es hoy dudosa y puede que la situaci¨®n empeore.
?Qu¨¦ hace la comunidad internacional? Mientras escribo estas l¨ªneas, Francia bombardea el feudo yihadista en Siria. Seg¨²n la prensa internacional, el pa¨ªs coordina con Rusia, Europa, Estados Unidos (y el resto de sus aliados de la OTAN) la respuesta militar contra ISIS.
Las guerras son car¨ªsimas para el desarrollo de los pa¨ªses. Cualquier conflicto armado supone muertes, destrucci¨®n de infraestructuras, tejido social e instituciones estatales. La Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Educaci¨®n, la Ciencia y la Cultura define la guerra como el antidesarrollo.
Para el mundo de la cooperaci¨®n, por tanto, es muy dif¨ªcil aceptar una respuesta armada al problema. Creo que hay que cortar potenciales futuros puentes entre musulmanes y radicales. Y esto de forma pac¨ªfica. Hay que enfatizar en que, en esta guerra, nosotros somos el bando bueno. Para esto propongo dos nuevas medidas:
Primero, mejorar la integraci¨®n de los musulmanes en Europa. Una colega polit¨®loga me explicaba la diferencia entre el modelo de integraci¨®n de la emigraci¨®n en Gran Breta?a y el de Francia: "Los brit¨¢nicos admiten que sus inmigrantes mantengan las costumbres de sus pa¨ªses de origen. (Un ejemplo ser¨ªa el indio con turbante que se pasea por Londres a pesar de que su familia lleva viviendo en la ciudad varias generaciones). En Francia, por el contrario, se espera que el inmigrante vaya transform¨¢ndose paulatinamente. El modelo busca que el inmigrante adopte poco a poco pero definitivamente las costumbres del pa¨ªs de acogida". Europa debe replantearse hoy la conveniencia de los diferentes modelos de integraci¨®n.
Segundo, perfeccionar nuestra ayuda al desarrollo. Por un lado debemos seguir luchando contra la pobreza. Y es que la pobreza fomenta el extremismo. Por otro lado, nuestra ayuda al desarrollo debe evitar colaborar con gobiernos que no ofrezcan todas las garant¨ªas necesarias relativas al respeto de criterios como los derechos humanos y democracia.
Miguel Forcat Luque es economista y trabaja para la Comisi¨®n de la Uni¨®n Europea. El prop¨®sito de este art¨ªculo fue escrito por el autor por su propio nombre y no refleja necesariamente el punto de vista de la instituci¨®n para la que trabaja. El prop¨®sito de este art¨ªculo no compromete la responsabilidad de esta instituci¨®n.
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