Tener salud es sexy
En Asia las mujeres se cubren la cara para no tomar el sol mientras que en Europa nos tostamos en la playa en cuanto podemos. Est¨¢ claro: los c¨¢nones de belleza var¨ªan con la cultura, pero tambi¨¦n con el tiempo. Si no, contemplemos el cuadro de las Gracias de Rubens lo lejos que queda de lo que ahora anhelar¨ªamos por un cuerpo 10. Sin embargo, la ciencia nos aporta un nuevo enfoque y nos dice que m¨¢s all¨¢ de los gustos, los hombres y las mujeres con salud resultan m¨¢s sexys que aquellos que no gozan de una salud de hierro. Y a¨²n m¨¢s, seg¨²n un reciente art¨ªculo publicado por los psic¨®logos canadienses Daniel Re y Nicholas Rule, la salud la llevamos escrita en la cara. Como concluyen los investigadores, cualquier observador no experimentado (l¨¦ase, cualquier mortal) podemos identificar tres rasgos faciales que nos dan pistas sobre la salud del que tenemos enfrente: dos de ellos est¨¢n relacionados con el color de la piel y el tercero, con la adiposidad o grasa acumulada.
El primer rasgo es el enrojecimiento de la piel. Si tenemos una piel oxigenada gozamos de un color rojizo, bien diferente a la palidez o a la piel azulada que se nos pone cuando estamos enfermos. El rojo es un color sexy en la naturaleza y no solo para los humanos, sino para nuestros primos, el resto de primates. ?Motivos? Varios. Como apuntan distintos primat¨®logos, el rojo est¨¢ relacionado con la receptividad sexual de las hembras, con la fruta madura o con el color saludable de la cara de los chimpanc¨¦s o bononos, por ejemplo. En cualquier caso, los humanos hemos heredado este color como algo sexy y no es de extra?ar que el rojo sea el ¡°rey del mambo¡± en los colores preferidos en sus distintas versiones para los l¨¢pices de labios y colorete. Pero m¨¢s all¨¢ de los maquillajes y de una manera mucho m¨¢s saludable, seg¨²n los psic¨®logos Re y Rule, podemos lograr un mayor enrojecimiento si dedic¨¢ramos al menos una hora a la semana de ejercicio aer¨®bico.
El segundo rasgo que identificamos de manera innata de una persona sana es el brillo amarillo de la piel, distinto una vez m¨¢s a la palidez. Lo que otorga este brillo son los carotenoides de las frutas y de las verduras, que son antioxidantes y que ayudan al sistema inmune y a frenar el envejecimiento. Ambos rasgos, el color rojizo y el brillo amarillo han de tener una medida adecuada, porque un exceso deja de gustar y se convierte en enfermedad, como quemaduras del sol o problemas hep¨¢ticos. Por eso, Re y Rule recomiendan (y como era de esperar), que comamos tres piezas de fruta al d¨ªa para tener una piel sana y resultar m¨¢s sexys a los ojos del resto.
Y el ¨²ltimo rasgo es la grasa acumulada. Si tenemos obesidad se refleja en nuestra cara y los dem¨¢s lo perciben de manera innata. La obesidad implica problemas de hipertensi¨®n, coronarios¡, m¨¢s all¨¢ de cuestiones atractivas, por lo que no es de extra?ar que una persona se considere m¨¢s sexy si no tiene un ¨ªndice de obesidad preocupante (otra cosa es caer en cuerpos anor¨¦xicos, que parece que es una de las tendencias de los ¨²ltimos a?os y que resultan igualmente preocupantes en t¨¦rminos de salud f¨ªsica y psicol¨®gica).
En definitiva, cuidar nuestro cuerpo nos hace resultar sexys y eso lo percibimos de una manera innata, porque tenemos una piel m¨¢s oxigenada, porque contamos con un sistema inmunitarios m¨¢s poderoso y porque no tenemos problemas de hipertensi¨®n o coronarios. Por ello, aprender a cuidarnos es tambi¨¦n aprender a ganar belleza, independientemente de la edad que tengamos.
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