Yasun¨ª: naturaleza contra petr¨®leo
Ecuador ultima la explotaci¨®n petrolera Yasun¨ª-ITT en julio. Mientras, los habitantes de la regi¨®n amaz¨®nica se dividen entre los que creen que su vida mejorar¨¢ y los desencantados por el incumplimiento de los compromisos
Esta es la historia de Laureano y de Eleuterio, dos ind¨ªgenas kichwas que viven en la ribera del r¨ªo Napo, en la Amazon¨ªa ecuatoriana. Laureano est¨¢ esperanzado. Puerto Miranda, la comunidad que preside, acaba de llegar a un acuerdo con la empresa petrolera estatal Petroamazonas. La compa?¨ªa quiere sacar el crudo que yace bajo el suelo comunitario. A cambio, promete indemnizar a los habitantes con dinero y obras que mejoren su calidad de vida. Mientras, Eleuterio se siente decepcionado. Este le?ador procedente de la comuna de San Vicente trabaj¨® durante un a?o y medio para una empresa subcontratista de Petroamazonas. No le han pagado. La compa?¨ªa ofreci¨® traer electrificaci¨®n y reparar la escuela de su comunidad, pero de momento no se ha cumplido nada. Laureano y Eleuterio son las dos caras de una misma moneda: las consecuencias de la explotaci¨®n petrolera para las comunidades que habitan en las inmediaciones del Parque Nacional Yasun¨ª (PNY), una de las regiones m¨¢s biodiversas del mundo. Todo un dilema de dif¨ªcil soluci¨®n.
¡°El mundo nos ha fallado¡±, anunci¨® el presidente ecuatoriano Rafael Correa en agosto de 2013, cuando puso fin a la iniciativa Yasun¨ª-ITT, ¡°la propuesta m¨¢s seria y concreta en la lucha contra el cambio clim¨¢tico de toda la historia de la humanidad¡±, seg¨²n el mandatario. La iniciativa Yasun¨ª-ITT, bautizada as¨ª por los tres yacimientos petrol¨ªferos que forman el bloque 43 o ITT (Ishpingo, Tiputini y Tambococha), fue un novedoso intento del Gobierno ecuatoriano para no explotar el crudo en la zona m¨¢s remota y mejor conservada del PNY, en la Amazon¨ªa norte de Ecuador. En compensaci¨®n, el pa¨ªs andino solicit¨® 3.600 millones de d¨®lares a la comunidad internacional, la mitad de los ingresos que Ecuador recibir¨ªa en caso de explotar los 920 millones de barriles de crudo que se estima contiene el ITT. La iniciativa fracas¨®, pero Correa dej¨® claro que el dinero procedente de la explotaci¨®n, cuyo primer barril se obtendr¨¢ en julio, servir¨ªa para sacar de la pobreza a los habitantes de la zona. ¡°La Amazon¨ªa podr¨¢ con holgura salir de su retraso hist¨®rico¡±, manifest¨®.
Laureano Cerda es el presidente de Puerto Miranda. La comuna, cuyo centro se sit¨²a a cuatro kil¨®metros del campo Tiputini, en el ITT pero fuera del PNY, ha recibido 135.000 d¨®lares de Petroamazonas como indemnizaci¨®n por permitir la actividad petrolera en su territorio. A la espera de repartir el dinero entre los habitantes, la comunidad ha comprado una embarcaci¨®n grande que les servir¨¢ para desplazarse por el inmenso r¨ªo Napo, un afluente del Amazonas. La empresa, adem¨¢s, ha compensado a la comuna con un peque?o centro computacional con acceso a Internet y les permite hacer uso de un barco ambulancia que, seg¨²n Laureano, ¡°ha salvado muchas vidas¡±. Tambi¨¦n ha prometido instalar un servicio de agua potable, sin embargo, Laureano cuenta que se est¨¢ retrasando en los plazos prometidos. ¡°Deben cumplir los convenios firmados¡±, asevera tajantemente el l¨ªder de esta comunidad de 160 habitantes, quien lleva 20 a?os trabajando con empresas petroleras.
Eleuterio Avil¨¦s es un habitante de San Vicente, una comuna cuyo territorio abarca zonas del bloque 43 o ITT, pero tambi¨¦n del contiguo bloque 31, anteriormente concesionado a la brasile?a Petrobras y explotado por Petroamazonas desde 2011. Eleuterio trabaj¨® durante un a?o y medio para la empresa ARB, subcontratada por Petroamazonas para realizar trabajos de construcci¨®n en el bloque 31, situado casi en su totalidad dentro del PNY. Pero ni Eleuterio ni sus compa?eros recibieron compensaci¨®n alguna por su trabajo. Seg¨²n narra este operador de motosierra, que ha demandado a la empresa por impago, ¡°nos deben entre 4.000 y 5.000 d¨®lares a cada uno¡±.
Las comunidades de Laureano y Eleuterio pertenecen al cant¨®n Aguarico, en la provincia de Orellana. Este cant¨®n ha vivido una suerte de fiebre petrolera en los ¨²ltimos a?os. Ahora, con la bajada de los precios del petr¨®leo, es una zona en crisis. El alcalde, Franklin Cox, se queja de que la Ley de Hidrocarburos, reformada en 2010, no se est¨¢ cumpliendo en el cant¨®n. ¡°La ley dice que el 12% de las utilidades petroleras deben invertirse en la zona de influencia directa donde se extrae el crudo, pero esos ingresos no llegan aqu¨ª¡±, proclama. El alcalde, que pertenece al mismo partido que gobierna a nivel nacional, tambi¨¦n lamenta los incumplimientos de la petrolera estatal. ¡°Dentro de los compromisos de Petroamazonas, todav¨ªa no ha cumplido nada¡±.
Fin de la bonanza petrolera
Desde que lleg¨® al poder en 2007, Correa disfrut¨® de casi una d¨¦cada de altos precios del petr¨®leo en el mercado internacional, que super¨® los 100 d¨®lares por barril durante largos periodos. No obstante, desde 2015 los precios se desplomaron, cayendo por debajo de los 30 d¨®lares. La bonanza petrolera permiti¨® que 1,9 millones de ecuatorianos salieran de la pobreza, gracias a las pol¨ªticas sociales puestas en marcha por Correa. La ca¨ªda del petr¨®leo, un recurso que representaba aproximadamente un tercio de los ingresos del Estado, supuso un fuerte varapalo para la econom¨ªa, sumida en una crisis que puede llevarle a decrecer un 4,5% en 2016, seg¨²n el FMI. En mayo, Correa anunci¨® que ¡°el precio promedio del crudo ecuatoriano en 2016 ha sido de tan solo 28 d¨®lares¡±.
Ante este panorama, son pocos los que entienden la insistencia del Gobierno en explotar el ITT. En su subsuelo, el bloque 43 alberga el 20% de las reservas petrol¨ªferas no explotadas de Ecuador. Pero se trata de un crudo pesado de baja calidad ¡ª14 grados API¡ª, cuya extracci¨®n resultar¨¢ muy costosa por la falta de infraestructura y la necesidad de mezclarlo para poder transportarlo.
Carlos Larrea, ex asesor del Gobierno para la iniciativa Yasun¨ª-ITT, considera que ¡°en el contexto actual, la extracci¨®n del ITT no se justifica¡±, teniendo en cuenta ¡°el monto de inversi¨®n que se necesita para construir siete plataformas y toda la estructura de oleoductos¡±. Este profesor de la Universidad Andina explica que, para minimizar los da?os ambientales, ser¨¢ necesario utilizar tecnolog¨ªa punta, con oleoductos helitransportados que sustituyan a la construcci¨®n de carreteras. Sin embargo, el uso de esta tecnolog¨ªa incrementar¨ªa sustancialmente los costes de producci¨®n. ¡°El Gobierno habla de un coste de 18 d¨®lares por barril, pero esa cifra solo es posible si se utiliza una tecnolog¨ªa de alto impacto ambiental¡±. Adem¨¢s, Larrea recuerda lo ocurrido en el bloque 31, donde un estudio de la Universidad de Padua basado en fotograf¨ªas satelitales demostr¨® que Petroamazonas hab¨ªa construido amplias carreteras dentro del PNY, incumpliendo la legislaci¨®n ambiental.
Por su parte, el exsecretario de la OPEP y exministro ecuatoriano Ren¨¦ Ortiz, piensa que extraer el petr¨®leo del ITT con una tecnolog¨ªa adecuada llevar¨ªa el precio de producci¨®n hasta los 50 d¨®lares por barril. ¡°Es un petr¨®leo caro¡±, afirma. ¡°Petroamazonas se est¨¢ pegando un tiro al pie. La raz¨®n que hay detr¨¢s es la deuda de Ecuador con China, que tiene que pag¨¢rsela con petr¨®leo¡±, expone Ortiz. Seg¨²n la base de datos del Di¨¢logo Interamericano, Ecuador debe a China 15.200 millones de d¨®lares.
EL PAIS ha contactado con el Gobierno ecuatoriano y Petroamazonas para recoger sus opiniones, pero ninguna instituci¨®n ha accedido a hacer comentarios.
La lucha por la conservaci¨®n del Yasun¨ª
En su lucha contra la explotaci¨®n del ITT, ecologistas de grupos como Yasunidos argumentan que la mayor riqueza que alberga el Yasun¨ª es su biodiversidad, no sus hidrocarburos. Pese a que algunas partes del PNY llevan a?os siendo explotadas por empresas como Repsol o la italiana Agip, el ITT, que limita con Per¨², era uno de los ¨²ltimos reductos de selva virgen. El Gobierno alega que la explotaci¨®n del ITT solo afectar¨¢ al uno por mil del Parque. Muchos expertos desmienten este dato, por estar calculado solo en base a la deforestaci¨®n y no tener en cuenta otros impactos como el ruido, la llegada de colonos o los posibles derrames.
Como alternativa a la explotaci¨®n petrolera, algunas comunidades cercanas al Yasun¨ª han iniciado proyectos de ecoturismo. Es el caso de la comuna de Martinica, que gestiona la iniciativa Yaku Warmi ¡ª¡®mujer del agua¡¯ en kichwa¡ª en la ribera del r¨ªo Cocaya. ¡°Ac¨¢ solo nos dedicamos al turismo, estamos orgullosos de tener intactos a los animales¡±, revela Manuel Coquinche, coordinador tur¨ªstico de la comunidad. En Martinica, que forma parte del programa estatal de conservaci¨®n ambiental Socio Bosque, es f¨¢cil observar delfines rosados, monos aulladores o anacondas. ¡°Nosotros estamos bien concienciados de c¨®mo se comportan las compa?¨ªas petroleras o cualquier instituci¨®n que quiera manipularnos¡±, declara un Coquinche convencido de que el turismo representa una alternativa real al petr¨®leo para las comunidades ind¨ªgenas de la Amazon¨ªa ecuatoriana.
El Yasun¨ª es considerado por los bi¨®logos como una de las ¨¢reas m¨¢s biodiversas del planeta. Cuenta con una ubicaci¨®n ¨²nica, al converger en su seno tres aspectos clave: la l¨ªnea ecuatorial, su proximidad a la cordillera andina y su emplazamiento dentro de la selva amaz¨®nica. Esto genera unas condiciones que permiten que en una sola hect¨¢rea del Yasun¨ª se encuentren hasta 655 variedades de ¨¢rboles, una cifra similar al total de especies nativas de Estados Unidos y Canad¨¢ juntos. Esta megadiversidad supone un recurso que, seg¨²n Larrea, no solo servir¨ªa al desarrollo de Ecuador, sino al mundo entero. ¡°Para combatir enfermedades como el zika, necesitamos encontrar medicamentos nuevos y el 80% de esos descubrimientos provienen de las propiedades de las plantas o animales, principalmente de las selvas tropicales¡±.
El Yasun¨ª alberga a varios pueblos no contactados que est¨¢n viendo amenazada su existencia por la explotaci¨®n petrolera
Aimismo, el Yasun¨ª alberga a varios pueblos no contactados que est¨¢n viendo amenazada su existencia por la explotaci¨®n petrolera. Adem¨¢s de ind¨ªegnas kichwas y waoranis ¡ªquienes habitualmente son la mano de obra barata utilizada por las petroleras¡ª, en esta selva tambi¨¦n habitan pueblos en aislamiento voluntario como los tagaeri taromenane. Se trata de poblaciones semin¨®madas que viven de la caza y que ven afectada su forma de vida con la construcci¨®n de carreteras que cortan sus territorios y con la llegada de una industria ruidosa que provoca la huida de los animales, su fuente de alimento. Seg¨²n David Su¨¢rez, de la Fundaci¨®n Labaka, ¡°los detritos de la explotaci¨®n petrolera acaban contaminando los r¨ªos, que se vuelven ca?er¨ªas de deshecho industrial y privan de su uso a los pueblos que viven en la zona¡±.
Por otra parte, las comunidades ind¨ªgenas ya integradas al Estado ecuatoriano tambi¨¦n sufren agrias divisiones internas y observan c¨®mo su cultura se diluye con el petr¨®leo. Su¨¢rez describe c¨®mo ¡°la comunidad queda reemplazada por la comunidad del dinero. Por ejemplo, en la comuna de Chiro Isla, que ha entrado mucho en la din¨¢mica petrolera, la gente ha decidido ya no hacer asambleas¡±. Para Holmer Machoa, originario de la comuna de Llanchama, el principal legado de la petrolera ¡°es que nos ha venido a dividir a las comunidades, a pelearnos entre familias, entre hermanos¡±.
Ajenos a las consecuencias globales del fin de la iniciativa Yasun¨ª-ITT, los habitantes del r¨ªo Napo se debaten entre la esperanza y el desencanto. Mientras algunas comunidades ven en la llegada de la petrolera una forma de mejorar sus condiciones de vida y de dejar de ser olvidados por el estado, otras se lamentan por haber vendido su territorio sin recibir a cambio lo prometido. Es el dilema del petr¨®leo en el Yasun¨ª-ITT. Echando la vista atr¨¢s, Eleuterio piensa que el crudo les ha tra¨ªdo m¨¢s problemas que beneficios. En la otra orilla del r¨ªo, a Laureano le brillan los ojos cuando habla del futuro. Cree que la petrolera traer¨¢ a Puerto Miranda el ansiado desarrollo. No obstante, sabe que la comunidad tendr¨¢ que luchar por ello. ¡°Vamos a exigir que se cumpla el convenio y, si no lo hacen, tiraremos ¨¢rboles al r¨ªo para que no pasen sus lanchas. Hasta que cumplan¡±, sentencia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.