La mayor¨ªa de las mujeres deja de tener sexo a partir de los 65 a?os (posdata: ellos siguen)
Tab¨²es, penurias y alegr¨ªas de las relaciones ¨ªntimas en cada etapa de la vida
Est¨¢n muy de moda esas series de fotograf¨ªas que muestran a una misma persona a lo largo de los a?os. Los cambios que podemos observar, al menos los f¨ªsicos, son obvios. El problema es que es dif¨ªcil fotografiar otro tipo de evoluciones, como la manera de pensar o sentir. O incluso la forma de amar y de experimentar nuestra vida sexual. No hay que olvidar que el sexo es una parte intr¨ªnseca del ser humano, que tambi¨¦n va variando a lo largo de los a?os, para adaptarse a nuestro nuevo yo y estrenadas nuevas circunstancias. Y aunque se diga que hacer el amor es como montar en bici, que nunca se olvida, lo cierto es que muchas veces conviene reinventarse.
Seg¨²n la conocida escritora y sex coach Sylvia de B¨¦jar, ¡°nuestras ideas sobre qu¨¦ es el sexo y c¨®mo ha de funcionar nuestro cuerpo se forman durante la juventud, cuando empezamos a practicarlo, y nos cuesta desprendernos de esa imagen, por lo que solemos encajar mal los cambios¡±. Sin embargo, lo l¨®gico ser¨ªa entender que nuestro cuerpo evoluciona y nuestra sexualidad tambi¨¦n, "ya que no podemos pretender que el organismo responda igual a los 20, que a los 30, 40, 50, 60 o m¨¢s, porque no somos la misma persona y, probablemente, adem¨¢s de necesitar diferentes cosas, nos gustar¨¢n otras ¡±. Para profundizar en esta idea, pedimos a los expertos que describan, en l¨ªneas generales, c¨®mo es la sexualidad en cada etapa de la vida.
La infancia tambi¨¦n es sexuada
La sexualidad comienza en el momento en el que nada m¨¢s llegar al mundo nos sexan como ni?os o ni?as, y comienzan a diferenciarnos en nuestra manera de vestir o en la forma de tratarnos. Recogiendo una de las conclusiones del informe Desarrollo sexual y comportamiento en ni?os, del Centro Nacional sobre el Comportamiento Sexual de la Juventud (NCSBY) en Oklahoma, ¡°el desarrollo sexual comienza en el nacimiento. Este incluye no solo los cambios f¨ªsicos que se producen a medida que crecen los ni?os, sino tambi¨¦n el conocimiento sexual y las creencias que vienen a aprender, as¨ª como los comportamientos que muestran¡±.
Los ni?os, por tanto, tambi¨¦n tienen su propia vivencia de la sexualidad, aunque como explica el sex¨®logo Santiago Frago, ¡°las sensaciones de bienestar y placer que se perciben y se sienten en la infancia van desprovistas de significados adultos¡±. En realidad, todo es mucho m¨¢s sencillo, ya que se resume al descubrimiento de est¨ªmulos agradables y a respuestas de bienestar ante los mismos. ¡°La sexualidad es inherente a la piel y a las emociones, en este sentido, la sexualidad de los infantes va vinculada a los besos, mimos, caricias y palabras amorosas que reciben de sus figuras de proximidad, siendo la madre y el padre los protagonistas principales¡±.
Es f¨¢cil que podamos observar que ¡°la boca es el primer explorador del placer infantil: chupar el pez¨®n, el chupete o el dedo le proporcionan sensaciones agradables y le dan calma y paz¡±, aunque ¡°a partir de cierta edad los ni?os comienzan a explorar las distintas partes de su cuerpo, incluyendo los genitales¡±. Es en este momento cuando suele aparecer como pr¨¢ctica habitual la masturbaci¨®n infantil, entendida siempre ¡°sin un significado adulto¡±.
La juventud, el descubrimiento y la desinformaci¨®n
Est¨¢ claro que cuando comenzamos a ser m¨¢s conscientes de nuestro ¡°yo sexuado¡± es en la adolescencia, donde, como explica la sex¨®loga Almudena Herranz, ¡°aparecen las primeras experiencias de atracci¨®n, de enamoramiento, de seducci¨®n, de desear y sentirse deseados, de inicios y rupturas de relaciones, del contenido de las relaciones de pareja, etc.¡± El Estudio sobre conocimientos y actitudes sexuales en adolescentes y j¨®venes, realizado en el Complejo Hospitalario de Pontevedra, estima que la primera experiencia sexual no coital ocurre en torno a los 13 a?os, mientras que la primera relaci¨®n sexual coital suele suceder a los 15 a?os para los chicos y a los 16 para las chicas. Analizando los motivos que condujeron a los p¨²beres a la misma, en el caso de las mujeres, el motor principal fue el amor (40,6%), sin embargo, los chicos declararon que el suyo fue, sobre todo, el deseo (24,1%). Almudena Herranz hace hincapi¨¦ en que si nuestros hijos se encuentran en esa edad es importante educarles en que ¡°las posibilidades no son obligaciones, lo que significa que si algo puede ocurrir no significa que deba hacerlo¡±. Como consejo a la hora de enfrentarse a ese primer encuentro sexual, no olvida tambi¨¦n remarcar que ¡°el ¨¦xito estar¨¢ en la satisfacci¨®n que nos genere, no en los n¨²meros: cu¨¢nto dura, cu¨¢ntas veces o de cu¨¢ntas formas¡±.
Otro aspecto que se?ala la sex¨®loga es que es una ¨¦poca de cambios corporales. ¡°Esas variaciones dialogan directamente con la idea de ser mujer y de ser hombre que manejan¡±, pero es importante explicar que ¡°ninguno de los cambios que van a experimentar les hace ser m¨¢s o menos hombres o m¨¢s o menos mujeres¡±.
La madurez, la calidad sobre la cantidad
¡°La satisfacci¨®n sexual aumenta con la edad y no requiere de una gran actividad". Esta era la principal conclusi¨®n del estudio 'Importancia cl¨ªnica de la actividad sexual y de la satisfacci¨®n en las mujeres mayores¡¯, publicado en The American Journal of Medicine. Entronca con la idea popular de que con los a?os llega tambi¨¦n la madurez sexual, ese momento en el que nos sentimos m¨¢s seguros con nuestro cuerpo, tenemos m¨¢s experiencia, m¨¢s tiempo y m¨¢s comodidades para disfrutar de sesiones lentas y placenteras en nuestros encuentros sexuales, aunque estos sean m¨¢s espor¨¢dicos. Un momento¡ ?esto qu¨¦ tiene que ver con la edad? La conocida sex coach Sylvia de B¨¦jar apunta: "Las canas no siempre llevan consigo m¨¢s placer. Realmente, el sexo es bueno cuando las personas se ocupan de esta ¨¢rea de sus vidas. Si siempre nos ha ido mal, hemos tenido dificultades org¨¢smicas, falta de deseo o problemas de control eyaculatorio, no por cumplir a?os la cosa va a mejorar¡±.
Si bien los 40 son un momento de plenitud y estabilidad, tambi¨¦n es una etapa de la vida en la que tenemos m¨¢s responsabilidades, m¨¢s estr¨¦s y en la que, generalmente, los hijos tambi¨¦n suponen un obst¨¢culo en los encuentros de las parejas. Sylvia de B¨¦jar explica precisamente en su libro Deseo que la estabilidad y lo predecible es muchas veces lo que mata el deseo, que no es sino ¡°la expectativa y la incertidumbre ante lo desconocido¡±. Por ello, en esta etapa en la que seguramente vivamos con una pareja estable, recuerda que ¡°tu pareja no es algo que poseas¡±, y para conservarla hay que ¡°trabajarla¡±, para lo que en este mismo libro propone 366 sugerencias para innovar cada d¨ªa del a?o y salir de la rutina. ?Algunas ideas? Escapadas al aire libre, comprarse juguetes, probar palabras calientes, compartir un libro o una pel¨ªcula er¨®tica y as¨ª hasta lo que la imaginaci¨®n d¨¦ de s¨ª.
Tercera edad, una vida sexual activa pero diferente
¡°El desconocimiento sobre la sexualidad en estas franjas de edad alimenta ciertos mitos y tab¨²es, que pueden conllevar que la vivencia er¨®tica de estas personas se mueva entre la culpa y la verg¨¹enza por lo experimentado, adem¨¢s de cierta incomprensi¨®n por parte de la sociedad, la familia o las instituciones¡±. Esa es la primera reflexi¨®n que realiza la psic¨®loga y sex¨®loga Raquel Garc¨ªa Romeral sobre la sexualidad en la tercera edad, y es que si la sexualidad comienza cuando nacemos, a veces olvidamos que no termina hasta que morimos. El reciente estudio ¡®Comportamientos sexuales entre adultos mayores en Espa?a¡¯ de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, publicado en The Journal of Sexual Medicine, visualiza que entre los mayores de 65 a?os en Espa?a, el 62,3% de los hombres y el 37,4% de las mujeres son sexualmente activos.
Nuestro cuerpo cambia, es verdad, pero eso no quiere decir que haya una edad en la que debamos renunciar al sexo. ¡°Nuestras figuras van perdiendo tonicidad, fuerza, energ¨ªa y aparecen signos que nos indican que envejecemos. Por lo tanto, podemos apreciar que las estimulaciones requieren de m¨¢s tiempo, las excitaciones suelen ser m¨¢s lentas y luego las erecciones, lubricaciones y orgasmos disminuyen en intensidad. Paulatinamente, observaremos que los tiempos se enlentecen y las respuestas se suavizan¡±, comenta Romeral. Estos cambios, sin embargo, contrastan con que ¡°la experiencia y la claridad de ideas aportan otra perspectiva que permiten conocerse mejor, conocer al otro y disfrutar con m¨¢s tiempo de las sensaciones y los encuentros¡±. As¨ª, ¡°cultivar la parcela er¨®tica a lo largo de los a?os, ya sea a trav¨¦s de fantas¨ªas, relatos o pel¨ªculas, permite no despegarse de lo que a uno le resulta excitante, interesante o sugerente¡±. Quiz¨¢s sea un buen momento para dejar de obsesionarse con la penetraci¨®n y descubrir que se puede gozar del placer de m¨²ltiples formas, a veces con una simple caricia. Otro consejo para poder reencontrarnos con nuestro cuerpo que apunta la sex¨®loga es cuidarse, arreglarse y mimarse, "que ayuda a sentirse m¨¢s a gusto con uno mismo y, cuando eso ocurre, tambi¨¦n facilita la disposici¨®n a tener intimidad con otras personas¡±.
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