Inminencias
En Espa?a se afianza una gente peligrosa apoyada, como en los casos anteriores, por millones de ciudadanos que ignoran por completo las intenciones de Podemos
Poco a poco se van juntando las nubes en el horizonte, poco a poco se van haciendo m¨¢s densas, poco a poco se ti?en de negro y comienzan a hincharse. La tormenta puede caer o no. Puede ser un diluvio o un chubasco. El caso es que todos miramos al cielo.
Los conservadores ingleses pusieron en marcha un mecanismo cada d¨ªa m¨¢s aventurado. En la ¨¦poca del absolutismo de la pantalla las consultas populares son el p¨®quer de Satan¨¢s. Ayer mataron a una pobre diputada laborista. Los ingleses se despertaron vi¨¦ndose irlandeses. Los reaccionarios americanos est¨¢n aupando a un personaje a quien no es necesario o¨ªr, basta con ver a Trump moverse en un escenario para comprender que bordea la psicosis. Ese hombre, convertido en presidente, es una amenaza nuclear. ?C¨®mo ha logrado sumar tanto apoyo? La dictadura de la pantalla impide que se entienda y recuerde lo que este energ¨²meno propone. S¨®lo la lectura sobre papel permitir¨ªa conocerlo.
En Espa?a se afianza una gente peligrosa apoyada, como en los casos anteriores, por millones de ciudadanos que ignoran por completo las intenciones de Podemos. ?Son chavistas, comunistas, socialistas, cat¨®licos de Francisco, quemaiglesias de Rita, separatistas catalanes, vascos, gallegos y valencianos? Ni ellos lo saben. Son puro ruido medi¨¢tico. Periodistas fondones les ven como j¨®venes dirigentes. No quieren saber que cerrar¨¢n todo lo que no sea la voz de su amo.
A modo de guinda vuelve el espectro de Zapatero agitado por desesperados que quieren olvidar a sus ministras posando para Vogue, sus delirios sobre la grandeza econ¨®mica de Espa?a justo cuando nos iban a expulsar de Europa, sus vilezas sobre la palabra ¡°naci¨®n¡±... ?Este es el modelo? Oscurece el cielo la risa de un dios idiota.
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