As¨ª funciona la primera cl¨ªnica de transexuales de Asia
La cl¨ªnica Tangerine, en Tailandia, ofrece servicios completos para clientes transg¨¦nero incluido el asesoramiento psicosocial, las vacunas y el tratamiento hormonal
Kanattsanan Mukk Dokput ten¨ªa 27 a?os cuando se inyect¨® por primera vez testosterona del mercado negro en su muslo. Eligi¨® una dosis recomendada por los veteranos de la terapia hormonal casera. La aguja era demasiado corta para llegar al m¨²sculo; todo su muslo se hinch¨® dolorosamente. Esa primera inyecci¨®n se produjo despu¨¦s de una obsesi¨®n de nueve a?os provocada por un documental sobre la cirug¨ªa de reasignaci¨®n de sexo. "Eso es lo que voy a hacer", se dijo a s¨ª mismo cuando termin¨® el programa.
La madre de Mukk fue la primera en enterarse de su plan. "?No podr¨ªas ser s¨®lo un marimacho?", pregunt¨® ella, usando la etiqueta para las mujeres que adoptan una apariencia masculina. S¨ª, respondi¨® Mukk: "Pero no ser¨¦ feliz el resto de mi vida." Mukk naci¨® mujer pero mostr¨® tendencias masculinas desde una edad temprana. Su madre tuvo que correr por toda la casa para ponerle la falda que usaban las ni?as en la guarder¨ªa. Llor¨® durante todo el d¨ªa hasta que pudo quit¨¢rsela. Siguieron muchas m¨¢s inyecciones.
Durante el primer a?o, Mukk sufri¨® con la mec¨¢nica para inyectarse hormonas masculinas en su cuerpo. En el segundo, tercer y cuarto, se hab¨ªa convertido en un experto. Pero a veces, su tratamiento auto administrado lo dej¨® mareado, entre otros efectos secundarios. A finales del a?o pasado, comenz¨® a sufrir de fatiga cr¨®nica. Mientras que el mundo se est¨¢ poniendo al d¨ªa en el conocimiento de todo el espectro de g¨¦nero y la identidad sexual, la atenci¨®n aqu¨ª y en otras partes de Tailandia permanece centrada en las mujeres transexuales. Hay una amplia base de conocimientos y comunidades que apoyan a las mujeres trans, que en Tailandia a menudo comienzan el tratamiento hormonal en el inicio de la pubertad. Hay poca conciencia sobre hombres trans, que conservan todas las necesidades m¨¦dicas de las mujeres y, a menudo ponen en peligro su salud por intentar conseguir solos su plena identidad.
Eso cambi¨® a finales del a?o pasado con la apertura de la primera cl¨ªnica de salud transg¨¦nero de Tailandia y de toda Asia. En el Centro de Salud Comunitario de Tangerine, un m¨¦dico diagnostic¨® a Mukk que su h¨ªgado hab¨ªa sido devastado durante a?os por sobredosis de testosterona, duplicando los niveles normales de cualquier hombre Tangerine ofrece servicios completos para los clientes transg¨¦nero incluido el asesoramiento psicosocial, las vacunas, el tratamiento hormonal, las pruebas de Papanicolaou y de ETS. Como aprendi¨® Mukk, las sobredosis de hormonas son comunes entre los hombres trans, que a veces se exceden en un deseo de "hombr¨ªa".
"La administraci¨®n de testosterona se ha propagado de boca en boca de un hombre trans a otro. Ha habido una gran cantidad de sobredosis de hormonas que pueden causar problemas de la funci¨®n hep¨¢tica, niveles altos de grasa en sangre y diabetes a largo plazo ", dice Nittaya. El m¨¦dico jefe de la cl¨ªnica dice que no ten¨ªan conocimiento de la demanda de servicios de los hombres transg¨¦nero hasta que abrieron la cl¨ªnica, encontrando transexuales de mujer a hombre en la parte delantera de la fila. "No esper¨¢bamos que tuvi¨¦ramos esa cantidad de hombres trans que acudieron a nosotros", dice Nittaya Phanuphak Pungpapong, que tambi¨¦n dirige los esfuerzos de prevenci¨®n del SIDA para la Cruz Roja Tailandesa. "Esto demuestra que no pudieron encontrar ning¨²n servicio como ese antes, como si hubieran estado esperando que esto suceda durante mucho tiempo."
Una cuarta parte de sus aproximadamente 200 clientes son hombres. Mientras que los hospitales que ofrecen cirug¨ªa de reasignaci¨®n de sexo son f¨¢ciles de encontrar, Nittaya dice que la mayor¨ªa no ofrecen la atenci¨®n de seguimiento disponible en Tangerine, como la terapia hormonal, las pruebas de balances de hormonas, an¨¢lisis de sangre y pruebas de Papanicolaou. Aunque Tailandia es tolerante con la diversidad de identidad, eso no quiere decir que las actitudes sean progresistas. "En Tailandia, las personas trans tienen un acceso limitado a los servicios sanitarios, ya que han tenido experiencias desagradables con el estigma y la discriminaci¨®n", dice Nittaya. "Por lo tanto, queremos ser una cl¨ªnica trans-amigable para eliminar el estigma y la discriminaci¨®n hacia las personas trans."
Con el pelo muy corto, un ment¨®n con barba, pecho plano y la voz grave, Mukk se parece a cualquier otro hombre de unos 30 a?os. Hablando con ¨¦l un rato quiz¨¢s te confiese que una vez asisti¨® a una escuela s¨®lo para chicas. Mukk se extirp¨® los pechos cuando comenz¨® a tomar hormonas. Pero como es probable que tenga siempre los ovarios, la vagina, y las necesidades m¨¦dicas que vienen con ellos, la situaci¨®n se vuelve inc¨®moda cuando tiene que sentarse entre docenas de mujeres en la sala de espera del ginec¨®logo del hospital. No le gusta presentar de su documento de identidad, que lo identifica como mujer. "No siento que sea correcto en absoluto", dice. "Me sent¨ª muy inc¨®modo y avergonzado, y creo que las mujeres que me miraban sent¨ªan lo mismo."
Como parte de la primera cl¨ªnica an¨®nima de Asia, Tangerine est¨¢ muy comprometida con la sensibilidad. En lugar de gritar los nombres de los pacientes por megafon¨ªa, los clientes son llamados por c¨®digos asignados. El precio ha sido otra de las barreras. "Ese es el problema principal por el que muchos hombres trans optan por inyectarse hormonas y comprar en el mercado negro", dice Mukk En Tangerine, una sesi¨®n cuesta alrededor de 300 baht (8 d¨®lares), alrededor de un tercio del coste de los hospitales privados. Cianan Russell, de 33 a?os, expatriado americano que va ahora a Tangerine para recibir tratamiento hormonal, dice que no se necesita mucho tiempo para darse cuenta de que "transg¨¦nero" casi siempre se refiere a las mujeres. Russell, un activista que pas¨® de mujer a hombre en 2001, dice que le costaba encontrar los servicios durante sus tres primeros a?os en Bangkok. "No encontr¨¦ ning¨²n lugar donde me sent¨ªa c¨®modo para hacerme un simple an¨¢lisis de sangre" dice. S¨®lo ir a un m¨¦dico que desconozca los temas transg¨¦nero puede ser traum¨¢tico, se?ala. "Eso hace que la gente simplemente no vaya. Simplemente no lo hacen. O no lo hacen con suficiente frecuencia. Y entonces, de repente, descubres que est¨¢s en la etapa 4 del c¨¢ncer de cuello de ¨²tero, y que no lo sab¨ªas... hasta que es demasiado tarde".
Eso hace que cl¨ªnicas como la de Tangerine sean imprescindibles. "No est¨¢n haciendo nada m¨¢s, s¨®lo se trata de asegurar que las personas trans consigan una atenci¨®n eficaz y respetuosa", dice. Financiado por USAID y operado por la Cruz Roja Tailandesa, la cl¨ªnica de Tangerine cuenta con socios en varias organizaciones LGBT locales y regionales, como Hermanas, la Red Transg¨¦nero de Asia-Pac¨ªfico y la Alianza de Transexuales Tailandeses.
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