Qu¨¦ sucede con tu cuerpo si se lo donas a la ciencia
El departamento de anatom¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Madrid abre sus puertas para mostrar c¨®mo trabajan con los cad¨¢veres que reciben de donantes altruistas
Hace dos a?os, un esc¨¢ndalo en la Universidad Complutense de Madrid horroriz¨® a muchas personas que hab¨ªan donado su cuerpo a la ciencia y llen¨® de dudas a otras que pensaban hacerlo. En los s¨®tanos de su Facultad de Medicina se acumulaban decenas de cad¨¢veres mal conservados que dif¨ªcilmente pod¨ªan cumplir la funci¨®n para la que fueron entregados. Una disputa entre miembros de esa facultad hab¨ªa prolongado una situaci¨®n en la que se continuaban recibiendo cuerpos pese a no contar con capacidad para gestionarlos. Las im¨¢genes y las descripciones de cad¨¢veres hacinados en condiciones insalubres hicieron descender la donaci¨®n de cuerpos, no solo en la Complutense.
¡°Lo que pas¨® en la Complutense es algo completamente at¨ªpico¡±, afirma Francisco Clasc¨¢, catedr¨¢tico de Anatom¨ªa Humana en la Facultad de Medicina de la Universidad Aut¨®noma de Madrid. Despu¨¦s de la larga saga de noticias sobre la gesti¨®n de los cuerpos donados a la universidad vecina, Clasc¨¢ reconoce que muchos de sus donantes se mostraron preocupados. Por eso, han abierto sus puertas para mostrar que en sus instalaciones los cad¨¢veres se tratan con la dignidad que merecen y sirven para mejorar los tratamientos m¨¦dicos de los vivos.
Durante siglos, los cirujanos tuvieron que practicar con cad¨¢veres en invierno para evitar la putrefacci¨®n
El profesor recuerda que el inter¨¦s por la anatom¨ªa siempre fue liderado por los cirujanos, que trataban de aprender en los muertos las t¨¦cnicas para operar con menos riesgo. Durante siglos, los pioneros tuvieron que trabajar con cuerpos frescos y durante el invierno, para que el fr¨ªo ralentizase el proceso de descomposici¨®n. Esas condiciones, a?adidas a que muchos de aquellos trabajos tuvieron que realizarse en la clandestinidad, pueden explicar, seg¨²n Clasc¨¢, muchos errores en la descripci¨®n del cuerpo humano en los tratados de anatom¨ªa cl¨¢sica. A partir del siglo XIX, la llegada del formol mejor¨® la conservaci¨®n. Esta sustancia se inyecta en los cad¨¢veres y forma enlaces qu¨ªmicos muy fuertes deteniendo los procesos de autodestrucci¨®n celular y la actividad de las bacterias que nos pudren tras la muerte.
Esos cuerpos conservados en formol son los que sirven para que se formen los estudiantes de anatom¨ªa ¡°como si estuviesen delante de un libro¡±. Con ellos aprenden que ning¨²n cuerpo es igual que otro y que incluso el brazo derecho de una persona es muy distinto de su brazo izquierdo. El formaldeh¨ªdo conserva las estructuras b¨¢sicas del organismo, pero tiene algunas limitaciones. Los enlaces qu¨ªmicos que detienen la corrupci¨®n lo vuelven r¨ªgido, distinto de una persona enferma a la que hay que operar. Una de las opciones para superar esas limitaciones consiste en emplear cuerpos troceados y congelados, que se van descongelando cuando se pretende trabajar con una parte concreta. En este caso, las t¨¦cnicas de congelaci¨®n mejoran las condiciones de trabajo de los cirujanos que diseccionaban en invierno para aprovechar el fr¨ªo, pero la descomposici¨®n del organismo sigue siendo r¨¢pida y los trozos descongelados no se pueden volver a utilizar. Un cr¨¢neo servir¨ªa as¨ª para estudiar el o¨ªdo, pero no la mand¨ªbula, que se echar¨ªa a perder una vez descongelado. Adem¨¢s, al no esterilizar los cuerpos, hay un mayor riesgo de infecci¨®n para quienes practican con ellos.
Una tercera opci¨®n, m¨¢s sofisticada, pero tambi¨¦n m¨¢s cara, es la que est¨¢ empleando Clasc¨¢ y su equipo en la Universidad Aut¨®noma de Madrid. Fue desarrollada por Walter Thiel, director del Instituto Anat¨®mico de Graz (Austria), durante tres d¨¦cadas de trabajo. En lugar del formol, Thiel inyectaba en los cuerpos una mezcla de sales, ¨¢cido b¨®rico, antis¨¦ptico, etilenglicol, anticongelante y una peque?a cantidad de formaldeh¨ªdo. Ese l¨ªquido detiene la putrefacci¨®n, esteriliza el cuerpo y lo mantiene flexible, con un aspecto de los ¨®rganos mucho m¨¢s parecido al de un paciente vivo. As¨ª se eliminan los riesgos biol¨®gicos y se puede aprovechar al m¨¢ximo las distintas partes del cuerpo que se pueden conservar.
La preparaci¨®n, no obstante, requiere una inversi¨®n inicial importante, porque adem¨¢s de las soluciones que se inyectan en el cuerpo se requieren grandes cantidades de los productos que se emplean en el proceso para llenar unos contenedores en los que los cad¨¢veres deben permanecer sumergidos durante seis meses. Despu¨¦s, se llevan a un almac¨¦n refrigerado donde se guardan hasta el momento de utilizarlos. ¡°Realizar bien esta t¨¦cnica requiere mucho aprendizaje y una inversi¨®n importante, pero despu¨¦s merece la pena¡±, apunta Clasc¨¢. En Espa?a, solo la Universidad Aut¨®noma de Madrid y en la Universidad Miguel Hern¨¢ndez de Elche aplican esta t¨¦cnica.
Una vez tratados, los cuerpos est¨¢n listos para ponerse en manos de los m¨¦dicos que realizan los cursos impartidos en la universidad. Por un lado, sirven para que cirujanos j¨®venes los utilicen como una especie de simulador de vuelo en el que acumular horas de pr¨¢ctica antes de aplicar el bistur¨ª a personas vivas. ¡°Es una forma de salvar vidas y de limitar los errores en las cirug¨ªas¡±, apunta Clasc¨¢. Adem¨¢s, se emplean para que algunos de los mejores cirujanos del mundo pongan en pr¨¢ctica intervenciones experimentales. Es el caso de Mario Fern¨¢ndez, jefe del Servicio de Otorrinolaringolog¨ªa en el Hospital Universitario del Henares (Madrid), que ha desarrollado una t¨¦cnica para tratar tumores de faringe y laringe a trav¨¦s de la boca, sin necesidad de realizar incisiones en el cuello y reduciendo el tiempo de recuperaci¨®n y las secuelas. ¡°En los cad¨¢veres tratados con formol, la laringe queda muy coagulada, pero con Thiel queda bien y se puede utilizar para este tipo de pruebas¡±, se?ala Clasc¨¢.
Un cirujano ha utilizado cad¨¢veres para perfeccionar una operaci¨®n de laringe a trav¨¦s de la boca
Pr¨¢cticas similares, en las que cirujanos especializados en intervenciones concretas ense?an a sus colegas, tambi¨¦n se han realizado con expertos en operar el plexo braquial. Esta estructura nerviosa de la base del cuello queda muy da?ada en los accidentes de moto y si no se trata de forma adecuada puede dejar inutilizado el brazo. Todas estas t¨¦cnicas surgen de la pr¨¢ctica diaria de los m¨¦dicos, pero se pueden perfeccionar reduciendo riesgos gracias a los cad¨¢veres. Otro de los grupos de profesionales que utilizan los cuerpos donados a la ciencia para mejorar su trabajo son los anestesistas. Con t¨¦cnicas de ecograf¨ªa, pueden estudiar los puntos del organismo en los que aplicar la anestesia para reducir las cantidades necesarias y con ello el tiempo de recuperaci¨®n. Los enfermeros tambi¨¦n pueden practicar t¨¦cnicas complicadas, como la inyecci¨®n de f¨¢rmacos en el hueso para recuperar a pacientes que han perdido mucha sangre y en los que es imposible encontrar una vena. Por ¨²ltimo, Clasc¨¢ cuenta que tambi¨¦n colaboran con empresas de bioingenier¨ªa que utilizan sus cad¨¢veres para probar nuevas pr¨®tesis, t¨¦cnicas para cerrar el estern¨®n tras una operaci¨®n a coraz¨®n abierto o la implantaci¨®n de tornillos en la columna vertebral.
Sobre la financiaci¨®n de la preparaci¨®n de los cad¨¢veres o del equipamiento de las salas en las que se realizan los talleres de formaci¨®n, Clasc¨¢ explica que se cubre con los ingresos que generan los propios cursos. ¡°Tanto los profesores como los alumnos provienen de centros p¨²blicos y privados y la consideraci¨®n que prima es la altura cient¨ªfica de los programas y el prestigio profesional de los profesores¡±, apunta el catedr¨¢tico.
Este catedr¨¢tico de la Universidad Aut¨®noma de Madrid cuenta que decidieron explicar mejor lo que hacen a ra¨ªz de la incertidumbre creada por el caso de la Complutense. Adem¨¢s de acercarse a medios como este, pusieron en marcha una p¨¢gina web en la que tratan de aclarar las dudas de quien se plantee dejar su cuerpo a la ciencia. El n¨²mero de donantes, que ahora ronda los 70 u 80 cuerpos anuales, descendi¨®, cuando su capacidad les permitir¨ªa gestionar el doble de donaciones. En la Universidad de Barcelona reciben alrededor de 250 cuerpos al a?os y en la Universidad Miguel Hern¨¢ndez, 150.
En Espa?a, explica Clasc¨¢, no parece existir un tab¨² cultural respecto a la donaci¨®n del cuerpo, que es m¨¢s sencilla que la de ¨®rganos, porque no es necesario ser joven ni estar sano del todo. Esta circunstancia es distinta en Am¨¦rica Latina, donde a¨²n no logran cantidades de cad¨¢veres suficientes para entrenar a sus cirujanos. Algo m¨¢s extremo sucede en el mundo musulm¨¢n, donde la tradici¨®n de enterrar a los muertos con la mayor celeridad y la prohibici¨®n, seg¨²n algunas interpretaciones de esa religi¨®n, de diseccionar los cad¨¢veres limita las donaciones. Esto obliga a los cirujanos del mundo ¨¢rabe a viajar a Europa y a otras regiones para entrenarse.
Es dif¨ªcil evaluar el valor del entrenamiento que puede proporcionar un cuerpo a los cirujanos, pero el progreso en las operaciones es evidente. ¡°En los ochenta, una operaci¨®n de c¨®rnea supon¨ªa dos d¨ªas de ingreso en el hospital, y ahora esa misma tarde te puedes ir a casa¡±, ejemplifica Clasc¨¢. La reducci¨®n de las incisiones en todo tipo de cirug¨ªas, como la mencionada de laringe, tambi¨¦n ha acortado las recuperaciones. ¡°Una vez muertos, no se me ocurre un mejor uso que darle a nuestro cuerpo¡±, concluye Clasc¨¢.
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