Filosof¨ªa imprescindible
Responder con altura humana a los desaf¨ªos de nuestro tiempo sigue exigiendo contar con un bagaje como el que proporciona la filosof¨ªa
Nuestras sociedades son sumamente contradictorias en lo que hace a la ense?anza de la filosof¨ªa y de esa parte esencial suya que es la ¨¦tica.
En la ESO la ¨¦tica se ha reducido a una materia de escu¨¢lidos ¡°Valores ?ticos¡±, alternativa a la religi¨®n por m¨¢s se?as, con lo que se abona la falsa convicci¨®n de que hay una moral para ateos y otra para creyentes. Cuando lo cierto es que todos deber¨ªan compartir la misma ¨¦tica c¨ªvica. En el Bachillerato la Historia de la Filosof¨ªa, que en un tiempo fue obligatoria, se pierde entre una mara?a de optativas. Y en las universidades, las Humanidades, entre ellas la Filosof¨ªa, se deval¨²an con la coartada de que no parecen engrosar el PIB de los pa¨ªses.
La pol¨¦mica de la filosof¨ªa
?Por qu¨¦ sobra la filosof¨ªa? Por Fernando Savater y Jos¨¦ Luis Pardo
Como se lee a Plat¨®n Por C¨¦sar Rendueles
Nadie quiere a los fil¨®sofos Por Yordi Llovet
Las humanidades fabrican in¨²tiles Por Alejandro Prada V¨¢zquez
A favor de la filosof¨ªa Por Carlos Andradas
Y, sin embargo, responder con altura humana a los desaf¨ªos de nuestro tiempo sigue exigiendo contar con un bagaje como el que proporciona muy especialmente la filosof¨ªa. Para muestra, algunos botones.
Se repite hasta la saciedad que la falta de ¨¦tica es una de las causas de las crisis econ¨®mica y pol¨ªtica, se insiste en la perversidad de la corrupci¨®n, en la falta de responsabilidad de los l¨ªderes, que ponen su ego frente al bien com¨²n, se habla de la importancia de las emociones en la vida p¨²blica y de que no pueden llevarnos, sin embargo, a olvidar los argumentos. Cat¨¢strofes como la victoria del Brexit en el refer¨¦ndum brit¨¢nico nos instan a construir una mejor Europa, fiel a su compromiso con los derechos econ¨®micos y sociales de las personas, leal a las exigencias de la hospitalidad con quienes no tienen m¨¢s alternativa que la desesperaci¨®n y la muerte. Seguimos creyendo que el camino para construir democracias aut¨¦nticas es una ciudadan¨ªa l¨²cida y madura, capaz de reflexi¨®n, cr¨ªtica y argumentaci¨®n, convencida del valor de la autonom¨ªa y de que s¨®lo puede conquistarse desde la solidaridad. Nombramos comit¨¦s de bio¨¦tica en distintos niveles y, salvo honrosas excepciones, ninguno de sus miembros se ha formado en ¨¦tica. Criticamos las consecuencias nefastas del capitalismo financiero y abjuramos verbalmente de la pobreza y la desigualdad.
Y si nuestras convicciones son ¨¦stas, ?no es una contradicci¨®n flagrante abandonar en las aulas aquellos saberes que, codo a codo con los dem¨¢s, cobran su sentido de potenciar la reflexi¨®n y la cr¨ªtica, la argumentaci¨®n frente al fundamentalismo y los dogmatismos, la deliberaci¨®n y la apuesta por los mejores valores?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.