No es pa¨ªs para docentes
Senegal vive su ¨²ltimo ¡®tira y afloja¡¯ entre el Gobierno y los profesores en pleno final de curso
El calor aprieta. Ahora mismo en todo Senegal el clima es asfixiante, sobre todo si se es profesor. Omar Ndoye lo es, imparte clases en un instituto del norte del pa¨ªs. Quiere utilizar un nombre ficticio por miedo a represalias. En unas semanas comienzan las vacaciones de verano y, aunque esta etapa previa al periodo estival suele ir acompa?ada de cierta presi¨®n para el profesorado por la entrega de las calificaciones de final de curso, este a?o lo est¨¢ siendo m¨¢s que nunca.
Los centros de ense?anza p¨²blica han recibido la visita de las autoridades policiales y los profesores han sufrido recortes de sueldo y amenazas de despido ante la negaci¨®n del cuerpo de docentes de hacer entrega de las evaluaciones. Esta medida responde a la falta de respuesta del Gobierno senegal¨¦s ante la huelga convocada desde enero por los colectivos sindicales de educaci¨®n Fuse y Grand Cadre, pero se remonta a mucho antes de principios de a?o, concretamente al inicio del mandato del presidente Macky Sall, en 2012. Entonces el nuevo Ejecutivo lleg¨® a un acuerdo con los sindicatos de ense?anza para dar respuesta a las demandas del profesorado, principalmente: la mejora del acceso al cuerpo de funcionarios de ense?anza, el aumento del apoyo econ¨®mico y la mejora de las condiciones de trabajo, que en algunos centros supone dar clases sin electricidad ni agua. El plazo para cumplir estas reclamaciones fue primero de seis meses, luego aument¨® a un a?o y seg¨²n los representantes sindicales todav¨ªa no se han cumplido.
A d¨ªa de hoy, los profesores de la escuela p¨²blica apenas reciben 165.000 francos CFA, aproximadamente 250 euros mensuales. Omar es uno de ellos. ¡°Vivo explotado con un salario miserable en un Senegal car¨ªsimo y con una familia que mantener¡±, explica este profesor. Y este no es el ¨²nico inconveniente al que se enfrentan los docentes, tampoco han obtenido su plaza de funcionario de ense?anza aquellos que han formalizado los requisitos establecidos por la Administraci¨®n, por lo que trabajan sin ninguna garant¨ªa de no ser despedidos. ¡°Yo pas¨¦ todos los ex¨¢menes y todav¨ªa sigo esperando para ser funcionario desde 2004¡±, se?ala Omar. Una situaci¨®n laboral que se extiende a todo el pa¨ªs y que afecta a todos los niveles de la ense?anza p¨²blica, desde la educaci¨®n primaria hasta la Universidad.
Hasta ahora el silencio ha sido la respuesta. Al igual que en los tres ¨²ltimos periodos escolares, el Gobierno ha hecho caso omiso a las huelgas que los profesionales de la escuela p¨²blica han ido llevando a cabo curso tras curso para reclamar el cumplimiento del acuerdo de 2012. Hasta ahora. Las ¨²ltimas protestas a las que se han unido unos 5.000 docentes, seg¨²n los datos que maneja la prensa senegalesa, no s¨®lo han consistido en suspender las clases sino tambi¨¦n en guardar las calificaciones de los ex¨¢menes. Sin ellas no hay registro del progreso de los alumnos para pasar al siguiente curso escolar, de ah¨ª que el Ejecutivo de Macky Sall tomara cartas en el asunto.
Los docentes se negaron a entregar las notas de evaluaci¨®n de los alumnos para forzar al Gobierno a que atendiera sus reivindicaciones
La primera respuesta fue precisamente atacar una de las demandas de los profesores, la remuneraci¨®n digna, y se les disminuy¨® el sueldo dr¨¢sticamente. Omar reconoce: ¡°A veces a los profesores nos da verg¨¹enza decir lo que nos encontramos en el banco. Por ejemplo, yo este mes al ir a buscar mi salario s¨®lo he encontrado 19.000 francos CFA¡±. Una cifra que corresponde a unos 29 euros. Una acci¨®n que no s¨®lo fue efectuada en pleno mes de Ramad¨¢n, en el que al tratarse de una festividad los gastos aumentan; sino que adem¨¢s fue llevada a cabo de manera generalizada, ya que inclu¨ªa a todo el profesorado de la ense?anza p¨²blica, incluidos aquellos que no hab¨ªan seguido la huelga o incluso que se encontraban de baja laboral.
A¨²n as¨ª, las medidas de reivindicaci¨®n continuaron y entonces la Gendarmer¨ªa fue enviada a los centros escolares con un requerimiento que les instaba a entregar las notas para que el sistema educativo del pa¨ªs continuara su curso. La posici¨®n de los sindicatos fue un¨¢nime y el requerimiento no fue recogido. Entonces el Gobierno dio un ultim¨¢tum a los docentes advirti¨¦ndoles que o bien proporcionaban las evaluaciones o bien ser¨ªan despedidos sin derecho a pensi¨®n. Lo cierto es que la legislaci¨®n senegalesa les ampara. Los art¨ªculos 7 del Estatuto General de los Funcionarios y 279 del C¨®digo de Trabajo establecen que la negativa a recibir una orden de movilizaci¨®n supone el riesgo de ser despedido con la suspensi¨®n de derechos de pensi¨®n para el empleado, as¨ª como el despido sin previo aviso.
El ultim¨¢tum ten¨ªa una fecha l¨ªmite de tres d¨ªas antes de los cuales, el movimiento sindical tendr¨ªa que cumplir con lo exigido o atenerse a las consecuencias. La noche anterior al fin del plazo, los representantes sindicales se reunieron en la ciudad de Touba con Abdoul Aziz Sy Amine y Serigne Bass Abdou Khadre, portavoces las cofrad¨ªas religiosas de los Tidjane y los Mourides, as¨ª como con Alioune Badara Ciss¨¦, anterior ministro de Asuntos Exteriores, como mediador del Gobierno. Su decisi¨®n fue acceder a hacer llegar las notas a la Administraci¨®n tras el compromiso de que el presidente acceder¨ªa a reunirse con ellos para avanzar en sus demandas pendientes desde 2012. Sin embargo, esta tregua tambi¨¦n ten¨ªa fecha de caducidad y el coordinador del colectivo sindical GRAND CADRE, Mamadou Lamine Diant¨¦, establec¨ªa un periodo m¨¢ximo de una semana para que el Estado diera muestras de avanzar en la negociaci¨®n. ¡°Si ¨¦ste no es el caso, vamos a tener que reanudar la lucha¡±, advert¨ªa en declaraciones recogidas por el portal Seneweb. Algunos ni siquiera aceptaron esta interrupci¨®n, tanto es as¨ª que el d¨ªa siguiente del anuncio del cese de la incautaci¨®n de las calificaciones, veinticuatro profesores se manifestaron ante esta decisi¨®n y fueron arrestados por la polic¨ªa en Mbour, al este del pa¨ªs, mientras los alumnos y compa?eros presentes se quejaban de esta detenci¨®n.
En cualquier caso, el profesorado va contrarreloj para cumplir con la entrega de las evaluaciones de un curso escolar que se ha retrasado hasta finales de julio. Y el Gobierno, por la parte que le toca, ha anunciado la devoluci¨®n del salario descontado a aquellos docentes que no hab¨ªan seguido la huelga o estaban de baja; no as¨ª a los que s¨ª expresaron su disconformidad con sus condiciones laborales. Pese a esto ¨²ltimo, parece que desde el Ejecutivo se ha dado un paso importante. Ocurr¨ªa el pasado 29 de junio, cuando el Congreso senegal¨¦s aprobaba la modificaci¨®n de la Ley de Finanzas Rectificativa que prev¨¦ asignar m¨¢s de 28.000 millones de francos CFA (m¨¢s de 42 millones de euros) para ¡°la correcci¨®n de las derramas de integraci¨®n y ascenso en instancia del personal de ense?anza y el aumento de la inversi¨®n del sueldo de los profesores y maestros contratados inicialmente previsto para 5.000 agentes en la ley de finanzas iniciales 2016 y que pasa a 10.000 agentes¡±, seg¨²n ha explicado el ministro de Econom¨ªa Amadou B? a APS.
Vivo explotado con un salario miserable en un Senegal car¨ªsimo y con una familia que mantener¡± Omar, profesor
La Uni¨®n Nacional de Padres de alumnos y Estudiantes de Senegal (UNAPEES, por sus siglas franc¨¦s) ha instado a los sindicatos de docentes a ver esta medida con buenos ojos. A trav¨¦s de un comunicado difundido en los medios, han calificado esta previsi¨®n de incremento econ¨®mico destinado a los profesionales de la ense?anza como un acto positivo que llevar¨¢ por fin ¡°paz a las escuelas durante el pr¨®ximo curso¡±. Pero para los colectivos sindicales cuentan m¨¢s los hechos que las previsiones y, dos d¨ªas despu¨¦s del anuncio de la posible asignaci¨®n monetaria a la escuela p¨²blica, denunciaron que los profesores han sufrido de nuevo recortes en sus salarios este mes de julio, tras cumplir con su compromiso de hacer entrega de las calificaciones de los alumnos.
Mientras tanto, Omar el profesor lee todas estas informaciones en la prensa sin encontrar ninguna concordancia entre los gestos del Gobierno y su cuenta bancaria. Desde un aula de su centro de ense?anza en Louga, echa la vista atr¨¢s al 2012, el a?o en el que los representantes sindicales del profesorado pactaron con el entonces nuevo Gobierno de Macky Sall un acuerdo para mejorar su situaci¨®n laboral que se fue disuadiendo en el tiempo. A Omar le invade una sensaci¨®n de d¨¨ja vu y explica: ¡°Somos muchos profesores pensando c¨®mo comprar arroz y c¨®mo pagar medicinas para nuestros hijos delante de nuestros alumnos. En estas condiciones, ?c¨®mo conseguir una educaci¨®n de calidad?¡±.
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